La peor pesadilla del gobierno de Dilma Rousseff comienza a hacerse realidad. A menos de un mes para que se inicie el Mundial de Brasil, la población vuelve a las calles en la denominada "jornada de lucha", convocada hoy por diversos movimientos sociales en al menos quince ciudades brasileñas.  

Así, a tan solo 300 metros del estadio inaugural del Mundial, el Arena Corinthians en Sao Paulo, y escoltados por neumáticos en llamas, unos 5.000 manifestantes del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) protestaban contra los gastos en la Copa exigiendo su derecho a una vivienda digna.

"Esta manifestación es contra el legado de especulación inmobiliaria y aumento de los alquileres en la zona del barrio de Itaquera que dejó la construcción del estadio", dijo a Efe Guilhereme Boulos, uno de los dirigentes del MTST.

Además, las protestas se repitieron en otros puntos de Sao Paolo, donde los Sin Techo cortaron avenidas y carreteras en las zonas sur y norte de ciudad, generando  grandes atascos. 

El descontento por los gastos del Mundial, uno de los más caros de la historia, se suma a los retrasos, la sobrefacturación y las sospechas de corrupción en torno a las obras. Entre los reclamos de los indicatos y organizaciones se exigen mejores servicios como la educación y el transporte público, que consideran deficientes.

Las obras del Mundial se han cobrado la vida de 8 trabajadores de la construcción: tres muertes en Manaos, otras tres en Sao Paulo y una en Brasilia. 

Las cifras dejan un alarmante escenario y las voces críticas achacan el alto índice de fallecimientos a la aceleración de las obras a medida que la Copa se aproxima. 

Y es que Brasil acabó el 2013 con seis estadios sin concluir. Aún faltan, además del Arena Corinthians y del Pantanal, la Baixada (en el Estado de Paraná) y Beira-Rio (Porto Alegre). 

Mientras, una encuesta de Unicarioca reveló la semana pasada que únicamente el 55% de la población de Río de Janeiro apoyará a la selección brasileña durante el Mundial: al 23% no le gusta el fútbol, y el 22% restante no quiere que Brasil gane.

Las cifras:

Hace unos meses, el gobierno informaba que costó del Mundial rondaría los 15 mil millones de dólares. Sin embargo, esa cifra fue aumentado en gastos a estadios (3.500 millones de dólares), transporte (4.300 millones), aeropuertos (3.400 millones), seguridad (950 millones), puertos (350 millones), telecomunicaciones (200 millones), etc.

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