#ElPerúQueQueremos

Los arrieros del Carmen Alto. Pasta modelada y madera policromadas. 40 x 86.7 x 58.7 cm. 1992. Colección Museo de Arte de San Marcos (Donación Cristóbal Aljovín). Foto del archivo MASM

La obra de Jesús Urbano es de las alturas

Que la partida del artista ayacuchano nos sirva para conocer un poco más de su obra y vida. Esta vez, en las palabras de una de sus más importantes investigadoras.

Publicado: 2014-05-25

En 2007, cuando trabajaba en el Museo de Arte de San Marcos, la investigadora y curadora Gabriela Germaná tuvo la oportunidad de organizar la exposición retrospectiva de la obra de Jesús Urbano. 

Para entonces, el artista nacido en Ayacucho había recibido las más importantes distinciones: la Orden del Sol en el Grado de Caballero en 1964 y en 1968, la denominación de Gran Maestro de la Artesanía Peruana en 1993 y el título de Doctor Honoris Causa por la UNMSM en 1999. Había expuesto sus obras por el mundo. Y a pesar de todas estas condecoraciones, el comité organizador de este homenaje en retrospectiva se encontró frente a un dilema.

Lo explica Germaná, en entrevista con LaMula.pe. Cuando le preguntaron a la especialista en arte tradicional andino qué título llevaría la muestra, ella respondió "como todas las retrospectivas: nombre y retrospectiva de tal año a tal año". "'No, pero tienes que poner 'maestro retablista', 'el eximio maestro'" cuenta que le dijeron.

"Para estos artistas que están en este camino intermedio hay esa tendencia a distinguir que son artesanos. ¿Por qué no puede ser como si fuera la exposición de Tola? Ustedes no pondrían 'exposición del maestro pintor José Tola'. Eso ya no se usa en el campo del arte contemporáneo", comenta, criticando algunos hábitos persistentes en los circuitos de arte oficiales.

Retablo "El Mito del Wamani". Pasta modelada y madera policromadas. 67 x 45.5 x 32 cm. 2000. Colección Ramón Mujica. Foto del archivo MASM

El comité del museo comprendió finalmente la importancia de este titulo. La retrospectiva debía hacerse en los términos que rigen para cualquier otro artista. Titular con 'maestro artesano', o utilizando alguna otra denominación de ese tipo, suponía circunscribir la obra de Jesús Urbano al arte tradicional, y fijarla en ese supuesto errado, al obviar que ésta se ubicaba ya en las coordenadas del arte contemporáneo.

Un artesano de las alturas

Las piezas artísticas de Urbano, de acuerdo a Germaná, pueden ser encuadradas en tres periodos, influidos por las circunstancias de una vida llena de asperezas y también de reconocimientos. "Los primeros años hasta Huamanga" (1952-1985), detalla. "Después, cuando migra a Lima en los años ochenta hasta el 2000 (1985-2000). En el 2001, él tiene un derrame cerebral fuerte. A partir de ello, le costó mucho volver a trabajar. Y cuando retorna, ya no está esa obra 'finita', sino que ahora son figuras toscas (2003-2014). Pero para mí eso no desmerecía la obra, porque le daba otra sensibilidad", aclara acerca de ese último periodo.


"Cruz de camino con escena de adoración". Pasta modelada y madera policromadas. 66.5 x 34 x 19 cm. 2007. Colección del artista.
Foto del archivo MASM.
“Los chunchos siempre van a la fiesta de la cruz. El dueño los contrata, tal día se va a hacer el festejo y se da su chunculita, su traguito, su copita y van los chunchos y van a tocar, van a hacer adoraciones”. (Jesús Urbano Rojas).

Contamos líneas más abajo que Urbano no era una persona de trato fácil. Según aquellos que lo conocieron una de sus características era la expresión de su orgullo. Basta ver este documental para conocer cómo se imaginaba como artista en los circuitos en los que se desenvolvía. Esto explica, según refiere Germaná, que luego del derrame, "en un principio no quería reconocer que tenía la ayuda de Doña Genoveva [su última esposa]. En los últimos años llegó a reconocerlo, y él decía 'esto ya lo he hecho con mama Geno'. Incluso en un retablo que yo les encargué para una exposición que hice sobre la Sirenas, firma 'autor Jesús Urbano, discípula doña Genoveva' (...).

 "Para él decir 'discípulo de' era súper importante, porque él siempre se consideraba el único discípulo de López Antay. Él lo dijo en los últimos años: 'ella es la que ha aprendido todo de mí. Si alguien va a seguir en esto de mi parte es ella'", cuenta. 

esta sería la única obra autorreferencial. podemos ver a jesús urbano representado en el centro. "Los arrieros del Carmen Alto". Pasta modelada y madera policromadas. 40 x 86.7 x 58.7 cm. 1992. Colección Museo de Arte de San Marcos (Donación Cristóbal Aljovín). Foto del archivo MASM

Germana dice que la originalidad en Urbano radica en sus referencias: "Lo que él representa son las costumbres de las alturas", a diferencia del retablo ayacuchano tradicional, asociado a costumbres de los alrededores de la ciudad de Huamanga o Huanta, de donde es originario.

Esto se explica por el período de vida de Don Jesús como arriero en las alturas de Ayacucho, intercambiando mercancías con campesinos y agricultores, transportándolas en recuas y llamas para venderlas en la ciudad. "Una serie de imágenes se ha repetido en los retablos constantemente, pero lo que él representaba era esta vivencia propia, que nadie había representado en los retablos", así intenta darle sentido a la imaginería de Urbano, diferenciándola de la producción en serie artesanal.

Kausay

La vida de Jesús Urbano ha sido dura e intensa como la vida de muchos hombres que vivieron y trabajaron en las punas durante muchos años. Ya en Lima, y tras haber trabajado como cargador en el antiguo mercado de La Parada, recibe el apoyo del coleccionista de arte, John Davis. Fue en su conocida galería-centro cultural "Art Center", que funcionaba desde mediados de los cincuenta, que se expuso la obra de Urbano por primera vez en Lima.

Urbano se instala definitivamente, con vivienda y taller, en Huampaní Alto, en 1984. "Él decide vivir allí porque -él siempre lo ha dicho- quería estar en un lugar que le recordara de alguna manera de donde provenía. Por eso no quería estar en la ciudad. Desde su casa ves el río y los cerros", rememora Germaná el hogar y centro de trabajo de Urbano, al que siempre vuelve, pero ahora con otra razón: la festividad dedicada al Apu Rasuwilllca, celebración instaurada por el propio Urbano en su barrio, celebrada cada 3 de mayo, en concordancia con la Fiesta de las Cruces que se vive en todo el país. 

Retablo "Fiesta de las Cruces de los Chuturunas". Pasta modelada y madera policromadas. 41 x 41.5 x 12.4 cm. 1952. Colección Alfredo Davies. Foto del archivo MASM.

Su primer proyecto de taller-escuela -la que quizá le habría dado la experiencia y visión para la que fundaría luego en Lima- lo realizó en Ayacucho: una escuela de capacitación artesanal en su propia casa, para la que llamó a los artesanos de la zona.

Cuando la escuela empezó a tener éxito, cuenta Germaná, el Ministerio de Educación recién se enteró de su existencia. Y como toda burocracia, el interés solo fue revisar si todos los papeles estaban en regla. Como toda burocracia, le dijeron que no podía seguir funcionando, que usted no tiene los documentos, que usted no es profesor, al fin y al cabo. Fue el fin de ese proyecto -al menos allí-.  

Mucha de la dureza de trato y 'mandonería' de Urbano se explica, según Germaná, por "esa necesidad de reconocimiento por todo el esfuerzo puesto en su trayectoria". Una vida dura de arriero en las alturas, habérsele negado el funcionamiento de un centro de producción artesanal colectivo en su tierra, perder a uno de sus hijos víctima del terrorismo, las injusticias practicadas por los hacendados contra la gente pobre que trabajaba la tierra y el ganado, vistas por Urbano, y que estimularon, al entender de la investigadora de su obra, una forma de conciencia social sobre la realidad del país, en la que incluía también a la Iglesia: para Don Jesús, los curas eran unos ladrones, y solo estaban interesados en 'sacarte plata'.

Cruz de camino. Cerámica modelada y pintada. 20.5 x 17.5 x 2.5 cm. Década de 1960. Colección Alfredo Davies. Foto del archivo MASM.

Ella nos cuenta cómo podía llegar a ser Don Jesús. "Era malhumorado con ganas. Decía 'esto no' y punto, 'tienen que traerme tal cosa' y se molestaba, era de un carácter bien fuerte. Y si una cosa tuvo suerte en esta vida, fue encontrar a doña Genoveva. Tú podías ver el trato fuerte que a veces tenía con doña Geno. Pero ella vivía para cuidarlo, y ella no se molestaba. Por eso le decíamos: Don Jesús, tuvo suerte en encontrar a alguien que lo aguante". 

Algunos datos

- Gabriela Germaná trabajó con el artista ayacuchano en "Jesús Urbano Rojas. Exposición Retrospectiva 1952-2007 (2007)"; en "Rojas, Mérida, Urbano, Sánchez. Grandes maestros del arte peruano" (co-curaduría con Giuliana Borea, 2008), y también le pidió que hiciera una obra en especial para una exposición dedicada a la mitología de la Sirena en el Perú, pieza que pertenece a su colección personal. 

- En la actualidad, la investigadora coordina una muestra de arte popular en el ICPNA, y organiza el proyecto museográfico que se podrá apreciar en el futuro Parque del Migrante.

- Pablo Macera fue el mayordomo de la primera festividad dedicada al Apu Rasuwilllca, fundada por el Jesús Urbano. Gabriel Germaná, años después, tuvo también el honor de serlo ("Ahora ya sé cómo organizar una fiesta patronal", dice). El 2015, le tocaría ser mayordomo a Gustavo Buntinx.


Esperamos que revises toda nuestra cobertura sobre Jesús Urbano:

"En Ayacucho nació todo el arte" 

Jesús Urbano, Honoris Causa

Los apus lloran a Jesús Urbano

Hablando el retablo

"Yo soy Patrimonio de la Nación, y sigo vivo"


Escrito por

Daniel Ávila

avilamonroydaniel@gmail.com


Publicado en

Redacción mulera

Aquí se publican las noticias del equipo de redacción de @lamula, que también se encarga de difundir las mejores notas de la comunidad.