Cuando se usa la Biblia para estar en contra de la Unión Civil
Comunicado de la Conferencia Episcopal en contra del proyecto de ley que defiende los derechos fundamentales de los homosexuales deja entrever un uso caprichoso de su texto 'sagrado'.
La Biblia es un conjunto de libros creados en distintos momentos socioculturales, y, por consiguiente, son distintos los receptores según el lugar y tiempo donde fueron enunciados. Los obispos responsables del comunicado de la Conferencia Episcopal, han utilizado algunas citas de las 'sagradas escrituras' para atacar el proyecto de la Unión Civil.
Este uso de la biblia puede distorsionar la comprensión necesaria sobre algunos hechos sociales de relevancia. En este caso, algunos sectores religiosos se niegan a que se le concedan derechos a minorías, en nombre de un conservadurismo que se pinta como autoridad moral.
Veamos uno de los puntos del comunicado:
4. Como enseñan las Sagradas Escrituras: “Por esta razón deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos se hacen uno solo” (Gn2,24). Dios dijo al hombre y a la mujer: “Crezcan y multiplíquense” (Gn1,28).“Lo que Dios unió que no lo separe el hombre” (Mt19,6). El matrimonio es la unión natural y perpetua del hombre y la mujer que, en una comunidad de vida, de manera digna, procura el propio bien de los cónyuges, la generación responsable de los hijos y la mejor educación de éstos.
Recordemos que los cuatro primeros libros, pero sobre todo los dos primeros libros del Génesis, son libros que narran los orígenes del mundo, son construcciones ficticias que buscan explicar el origen del cosmos, adaptado al horizonte cultural de los hebreos, y esto pertenece a la tendencia universal de querer entender el mundo, medio siglo antes de nuestra era, a través de mitos. Aunque existen hipótesis que sostienen que la base oral del texto escrito del Génesis se alarga hasta un milenio antes de Cristo.
Lo que no entiende la mente dogmática de alguno que otro obispo, y clérigo ferviente, es que se debe reconocer humildemente las limitaciones culturales de los textos y, por consiguiente, sus usos, lecturas e incluso aplicaciones -si es que ya no pueden con su genio-.
Que la construcción del concepto de familia que se concluye del Gn 1,28 haya sido principalmente guía moral y fundacional para el pueblo de Israel, no quiere decir que pueda extrapolarse para comprender a cabalidad la realidad del siglo veintiuno de América Latina, en una sociedad donde las minorías, con la esperanza que trajeron las repúblicas, buscan tener las mismas oportunidades y derechos.
El texto bíblico no cuenta la realidad, no es un documento histórico -aunque sí tiene marcas históricas-, y si se va a creer el concepto de familia que se pregona desde lecturas bíblicas, debe tomarse en cuenta lo siguiente: la problemática social de las minorías, aquella que ya existe, uniones familiares entre homosexuales, tanto aquí como en otros países, seguirá existiendo a pesar de los principios en los que se crea. Depende ahora del gobierno si las normaliza o no. ¿Por qué la negación de lo real?
No debe sorprender que seamos suspicaces y críticos cuando vemos a la Iglesia tratando de influir en las políticas públicas desde una autoridad moral que, la historia demuestra no solo en el Perú, decae y se vuelve un tanto hipócrita -por decir poco-.
Sobre la cita del evangelio de Mateo, vinculado al divorcio, solo cabe decir que la felicidad de las parejas con problemas ha sido la prioridad de las leyes vigentes. Además, ¿por qué elegir textos creados en distintas épocas y además contradictorios para defender la construcción moral dogmática que pregona la Iglesia?
Aquí la manipulación de los textos es evidente, al servicio de no querer perder presencia en las esferas gubernamentales. Utilicemos la misma lógica del comunicado: en un polémico pasaje del Deuteronomio -perteneciente al Pentateuco, rollos fundacionales de la religión judía, y en donde también se encuentra el citado Génesis-, Abraham les da permiso moral, como otorgando ley, de divorcio al pueblo que lideraba (inicios del capítulo 24 del Deuteronomio).
La contradicción en el comunicado es evidente, porque, como se dijo, son libros creados en otros contextos socioculturales, con una diferencia de cientos de años (entre el evangelio de Mateo y el Deuteronomio). Para aquellos que gustan de interpretar la Biblia y otorgarle criterio de verdad, siempre dirán que lo que se dice en Isaías puede corroborarse en los Evangelios, y viceversa. Bajo esa misma lógica, la Conferencia Episcopal mal oculta la paradoja de citar libros creados en distintos momentos para justificar un mismo argumento.
El comunicado solo muestra e hila lo que esté al servicio de sus intereses políticos, como los evangelistas, que cogen cualquier parte de la Biblia para fundamentar lo que necesitan de su audiencia (diezmo obligatorio, miedo al castigo, reforzar el 'poder milagroso' de sus líderes).
Sigamos con la misma lógica obispal. En Mateo, más adelante de lo citado por la Conferencia Episcopal, Jesús dice que no todos están preparados para el matrimonio, ante las preguntas de sus oyentes (Mateo 19, 11-12), y la utilización del término "eunucos", es una metáfora de carácter moral, dentro de la cosmovisión de costumbres judías. Pues claro, la Unión Civil no es un matrimonio, y sí existen diferencias jurídicas entre los dos tipos de uniones. Otra vez: reconozcamos las limitaciones culturales de los textos.
Ya pues, que la Iglesia no se venga con estas argucias.
Ver también:
El comunicado medieval de la Conferencia Episcopal
Ocho claves sobre la Unión Civil para personas del mismo sexo
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avilamonroydaniel@gmail.com
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