Jorge Yoshiyama Sasaki, testigo clave y sobrino de Jaime Yoshiyama Tanaka, volvió a declarar ante el equipo especial Lava Jato. Lo hizo el último lunes 4 de noviembre en el despacho de la fiscal Elvia Caro Izquierdo, la adjunta del fiscal José Domingo Pérez, en el marco de la investigación por lavado de activos y crimen organizado contra Keiko Fujimori y la cúpula de su partido, en la que se acogió a la confesión sincera para evitar la prisión preventiva.
En esa manifestación ampliatoria, a la que tuvo acceso La República, no solo reveló que tanto Keiko Fujimori como su tío sabían que Odebrecht financió la campaña y que encubrieron ese dinero a través de falsos aportantes, sino que además confirmó que el ex fiscal de la Nación Pedro Chávarry Vallejos fue parte del complot fujimorista para tumbarse la investigación por lavado de activos.
Agregó que Vicente Silva Checa, el asesor en las sombras de Fuerza Popular, tuvo un papel decisivo en este tema y que incluso le reveló detalles de cómo pretendían obstruir la acción de la justicia. Ahí le mencionó al excongresista Daniel Salaverry, que renunció a Fuerza Popular poco después de su elección como presidente del Legislativo y hoy es enemigo declarado del fujimorismo, como la persona a cargo de tomar contacto con Chávarry se forma sigilosa a nombre de Keiko Fujimori.
"Vicente Silva Checa me informó que la persona encargada de comunicarse en forma reservada con el ex fiscal de la Nación Pedro Chávarry Vallejos a nombre de Keiko Fujimori era el excongresista Daniel Salaverry, en ese momento vocero de la bancada de Fuerza Popular. Silva Checa me comentó que ambos Pedro Chávarry y Daniel Salaverry se juntaban de forma sigilosa en sitios diferentes y acordado por terceros, hasta a veces cambiaban de carro para llegar a sus reuniones para coordinar el apoyo mutuo, entre la fiscalía y el partido Fuerza Popular".
Chávarry precisamente afronta una investigación por obstruir el trabajo del equipo Lava Jato, ya que siendo fiscal de la Nación, el último día de diciembre de 2018, en cuando el país se aprestaba a celebrar el Año Nuevo, sacó del caso a los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez, pero luego tuvo que recular ante el escándalo político y la presión ciudadana. Poco después renunció ante las evidencias de sus vínculos con el fujimorismo, que lo siguió blindando en el Congreso y evitó que sea destituido del Ministerio Público. Luego, ya como fiscal supremo siguió hostigando el trabajo del equipo especial.
Lee también
Equipo especial insiste con pedido de suspensión contra Chávarry por "reiterancia delictiva"