Tras casi 20 días de iniciados los incendios en la Amazonía de Brasil, el presidente Jair Bolsonaro, dio marcha atrás y aceptó su responsabilidad en la crisis que ha consumido 20.000 hectáreas del gran pulmón planetario, al ordenar el despliegue del Ejército para combatir el fuego que sigue incontrolable: solo este semana, un total de 1.663 nuevos focos se declararon entre el jueves y el viernes, más de la mitad en la región del Amazonas.
Pero Bolsonaro reaccionó tras una fuerte presión internacional, que incluyó una advertencia de Francia de bloquear el acuerdo comercial con el Mercosur si Brasil no protegía la Amazonía y de protestas convocadas en las embajadas brasileñas en varias ciudades del mundo.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, afirmó este sábado al llegar a la cumbre del G7 en Biarritz (Francia) que es difícil imaginar que el bloque europeo ratifique un pacto de libre comercio con el Mercosur mientras que Brasil no frene los incendios que devastan la Amazonía.
Así, el controversial Bolsonaro, un negacionista consumado del cambio climático, anunció la noche del viernes por cadena nacional que movilizará al Ejército a las regiones amazónicas para intentar atajar los incendios. Sin embargo, defendió sus políticas ambientales y afirmó que los incendios forestales hay "en todo el mundo" y que eso "no puede ser pretexto para sanciones internacionales", en alusión a las amenazas de líderes europeos.
Según el mandatario brasileño, su gobierno "es ejemplo de sostenibilidad" y "tiene una ley ambiental moderna", pero lo cierto es que al menos ocho exministros del Ambiente en Brasil lo acusan de desmontar la política medioambiental de su país. Ahora incluso habla de "combatir la tala ilegal y cualquier tipo de actividad criminal que ponga la selva en riesgo", pese a que en su campaña llegó a decir sinsentidos como que la "Amazonía no es nuestra" y que la quería explotar junto con EEUU, al sostener que la protección de la selva como un obstáculo para el desarrollo de su país, pese a la evidencia científica que señala que la Amazonía es fundamental en los esfuerzos por contener el cambio climático.
Así, el presidente brasileño anunció el envío de ayuda militar a las nueve regiones que comprenden la Amazonía. Mediante un decreto, llamado GLO Ambiental, se prevé el uso de las Fuerzas Armadas hasta el 24 de septiembre en caso de que "lo requieran los gobernadores [de los Estados]".
Este sábado el Ejército brasileño informó que aviones militares y 44.000 soldados ya están listos para combatir los incendios en la región amazónica.
Solo entre el jueves y el viernes, el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués) declaró un total de 1.663 incendios. Bolsonaro ha minimizado las cifras oficiales de la catástrofe, incluso despidió por ello al jefe del INPE. Incluso el jefe de Estado dejó entrever que las ONG estarían detrás de los incendios para llamar la atención en su contra, luego de que el gobierno cortó sus fondos.
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