Crecen las dudas en torno a la veracidad de la versión que dio Jaime Yoshiyama Tanaka respecto a que el empresario Juan Rassmuss Echecopar le entregó más de un millón de dólares en efectivo para la campaña de Keiko Fujimori en 2011. Ya no es solo que, como ya lo admitió el abogado del dirigente fujimorista, Humberto Abanto, de que no hay pruebas ni documentos que acrediten los donativos —solo un "registro mental" de su cliente—; ahora también contradice la versión el registro migratorio del supuesto benefactor fallecido hace dos años.

"El señor Rassmuss venía con cierta regularidad. Cada vez que venía, según la declaración de Jaime Yoshiyama, lo llamaba o lo contactaba para preguntarle si necesitaba dinero para la campaña", había dicho Abanto al explicar la versión oficial de Yoshiyama, sobre quien pesa una orden de prisión preventiva de 36 meses y su nombre ya figura en la base de búsqueda y captura de la Interpol.

Pero lo cierto es que durante la campaña presidencial de Keiko Fujimori, entre diciembre de 2010 y junio de 2011, Rassmuss llegó a Lima solamente tres veces: el 11 de enero, el 15 de febrero y el 29 de marzo, reveló La República. Y en todas ellas, debió reportar el dinero en efectivo ante la Sunat que supuestamente iba a donar, por lo que deben existir registros del ingreso de esos montos. Sin embargo, Abanto dice que no hay pruebas documentales de ello.

Abanto Verástegui también señaló que Yoshiyama Tanaka le dijo que, cada vez que venía, el empresario dejaba el dinero bajo custodia de las empresas de seguridad Prosegur y Hermes. De ser cierto, ambas compañías deberían tener la información documental que el abogado fujimorista dice que no existe.

Consultado por La República, Abanto alegó que Yoshiyama hasta el momento no le ha precisado qué cantidades y cuántas veces Juan Rassmuss le entregó caudales para Keiko Fujimori. Preguntado por el citado medio también de que el benefactor  tiene solo cuatro ingresos a Perú antes del 5 de junio de 2011, fecha de la segunda vuelta, respondió que deben contarse los viajes de Rassmuss a Lima en el 2010 y agregó que no necesariamente cada vez que vino a Lima le dio dinero a Jaime Yoshiyama.

"Es mucho más de cuatro. La campaña comienza en octubre de 2010. Es lo que cualquier persona debe considerar en una campaña. Incluso podría considerar un mes antes", alegó Abanto, pero lo cierto es que Keiko Fujimori recién oficializó su candidatura el 7 de diciembre.

Abanto tuvo que admitir también que lo ingresos de Rassmuss al país no acreditan la entrega de dinero. "Es posible por lo menos ubicarlo (a Rassmuss) en el Perú. Yo no digo que establezca nada porque erróneamente la gente cree que cuando yo digo que el movimiento migratorio lo coloca acá en el Perú significa acreditar un aporte. Son cosas diferentes", alegó.

Si el desaparecido Rassmuss entró al país y no declaró en el aeropuerto los alijos de dinero que llevaba consigo, habría cometido delito. "Como empresario, Juan Rassmuss  sabía de que para ingresar al país en efectivo sumas de dinero que superaban los 10 mil dólares debió formular las declaraciones respectivas y en los archivos deben constar los documentos. De no existir evidencia, habría incurrido en ilícitos penales", señalaron fuentes de Aduanas de la Sunat a La República.

Lo mismo pasa con las empresas de caudales, porque registran el traslado de fondos en efectivo e informa a las autoridades respectivas de la existencia de importantes movimientos de dinero. "Sumas como las referidas (por Yoshiyama y su abogado Abanto) han debido de ser reportadas obligatoriamente", explican  fuentes de las compañías de seguridad que custodian caudales.

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