El presidente de EEUU, Donald Trump, volvió a marcar distancia de sus aliados en Europa, y anunció que no validará el pacto nuclear con Irán, pero tampoco lo rompe a la espera de que sea el Congreso de su país la instancia el que decida su futuro, siempre que imponga nuevas limitaciones. 

Sea como fuere, sacudió el tablero internacional, porque la medida de Trump, pese a que supone su promesa de ruptura del acuerdo, sí abre una postura más agresiva con Teherán y abre un capítulo incierto para Oriente Próximo. 

"Cuando más tiempo se ignora una amenaza, mayor se vuelve. Voy a cerrar un camino que lleva al terror, la violencia y el arma nuclear. En cualquier momento puedo acabar con el pacto", afirmó el presidente estadounidense, quien dijo que su objetivo es ampliar su perímetro punitivo y que se sancione también el programa balístico. 

En caso de incumplimiento de las nuevas líneas rojas, se reanudarán los castigos, subrayó Trump. "Buscamos neutralizar la capacidad de desestabilización del Gobierno de Irán y aminorar su apoyo al terrorismo", se lee en un documento de la Casa Blanca.

La decisión de Washington no solo generó inmediato rechazo de Irán, sino que han disparado las alarmas en la comunidad internacional, porque es un paso más de EEUU que rompe los equilibrios logrados durante el mandato de Barack Obama. La no ratificación del acuerdo nuclear, que fue visto como un hito del multilateralismo y el diálogo en su momento, es el último de una serie de pasos que ha dado Trump y que algunos analistas han bautizado como la "doctrina del abandono".

Esta semana, la Administración Trump concretó la salida de la Unesco, y antes ya había sacado a su país del Tratado Transpacífico (TPP), del Acuerdo de París sobre el cambio climático y ahora está en curso la amenaza de anular el tratado de libre comercio con México y Canadá.

En acuerdo con Irán, que se firmó en 2015 en Viena bajo el mandato de Obama, limitaba el programa atómico iraní a cambio del levantamiento de sanciones económicas, y fue refrendado por otras cinco potencias (Francia, Rusia, China, Reino Unido y Alemania), con lo que se volvía un modelo para resolver conflictos, pero también generó resistencias, sobre todo de Israel, que tiene una desconfianza secular sobre Teherán.

Trump siempre ha tenido una percepción similar. En la campaña lo calificó como el "peor tratado del mundo" y prometió romperlo si llegaba a la Casa Blanca, pero ya en el poder, no ha podido cumplir esa promesa, como tantas otras que le valieron la victoria, pero sí lo ha dado un fuerte golpe, pese a que el secretario de Estado, Rex Tillerson; el jefe del Pentágono, Jim Mattis, y el jefe del Estado Mayor, Joseph Dunford, se mostraron a favor de mantener con vida el acuerdo.

Ahora, la decisión final está en manos del Congreso, que tiene 60 días para tomar una decisión, pero el desenlace final es una incógnita. 

Irán busca respaldo en UE

Mientras Trump rompe los puentes con Europa justo cuando EEUU está en medio de una escalada de tensión con Corea del Norte, Teherán busca respaldo en este bloque frene la estrategia de Washington contra el acuerdo nuclear.

El presidente de Irán, Hasan Rohaní, expresó este sábado durante la visita de varios embajadores europeos su esperanza de que la Unión Europea (UE) tenga "un papel constructivo" para salvaguardar el acuerdo nuclear de los recientes "movimientos erróneos" de Estados Unidos.

"Creemos que socavar el pacto implica socavar la seguridad y la estabilidad de la región y del mundo. Esperamos que la UE impida movimientos erróneos que sean perjudiciales para la paz y la cooperación internacionales", dijo Rohaní, según un comunicado de la presidencia.

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