Todo indica que, si todo sigue como ahora, la demócrata Hillary Clinton se enfrentará al republicano Donald Trump en las elecciones generales de noviembre para hacerse con el máximo cargo dentro de la Casa Blanca. 

Desde el lado republicano, las primarias de Indiana de este martes demostraron ser explosivas y definitivas. Mientras Trump insinuó que el padre de Ted Cruz estaba involucrado en el asesinato de John F. Kennedy, el senador por Texas calificó al magnate como inmoral, mentiroso patológico y mujeriego empedernido. 

Sin embargo, horas más tarde cuando los votos fueron contabilizados, los ánimos se calmaron y se confirmó que Trump derrotó a su más obstinado rival. Es de esta manera que ahora podrá enfocarse en la convención republicana y en la campaña presidencial de finales de año. 

Por el otro bando, Hillary Clinton, aunque fue derrotada por Bernie Sanders en Indiana, posiblemente tendrá que perpararse para enfrentarse a un oponente republicano nada convencional. 

El muro que frena a Donald

La semana pasada, el magnate anunció que ya se consideraba el nominado por su partido. Y aunque en ese momento pudo sonar algo presumido, ahora, tras la renuncia de Cruz y Kasich, es todo un hecho. 

Pero, si llegar a la victoria republicana fue una gran hazaña, eso le parecerá como una suave brisa en comparación a lo que se le viene: enfrentarse a una resuelta rival demócrata. 

Y es que de por sí, un nominado republicano enfrenta fuertes obstáculos en la campaña presidencial puesto que los demócratas tienen más estados a su favor que los conservadores. Y como si fuera poco, a esto hay que sumarle los rechazos que origina Trump luego de arremeter contra los votantes hispanos y las mujeres, hechos que se presentan como un muro que le corta la viada. 

Además está el tema económico. Aunque Trump es multimillonario, no es tan rico como para financiar la empresa de casi mil millones de dólares en que se ha convertido la campaña presidencial moderna de los Estados Unidos. 

Acumular esta cantidad de dinero requiere de una bien desarrollada red de donantes, algo con lo que Trump no cuenta hasta ahora. Especialistas afirman que quizá podrá lograrlo pero solo con la ayuda del Partido Republicano, que antes admitió su preocupación por la nominación del neoyorquino. 

Es de esta manera que las siguientes semanas y meses serán decisivos puesto que los conservadores que ven a Trump como una mala alternativa para liderar el país tendrán que decidir si quedarse en casa o votar por Clinton. 

Los abandonos y las adhesiones

El multimillonario ha demostrado su habilidad para llegar a los estadounidenses que normalmente no se inclinan por el bando republicano, como la clase trabajadora y todos aquellos que están bajo presión económica. 

La interrogante está en que si esas adhesiones podrán contrarrestar la pérdida de apoyo dentro del Partido Republicano y lo que apunta a ser una masiva participación de otros sectores del Partido Demócrata. 

Frente a ello, la campaña de Clinton ya empezó a atacar a Trump haciendo referencia a su personalidad impetuosa. Es así que tratarán de pintar la imagen de un peligroso y errático huésped de la Casa Blanca. En ese sentido, John Podesta, el asistente de campaña de la exsecretaria de Estado, indicó:

"A lo largo de esta campaña, Donald Trump ha demostrado que él es demasiado divisivo y no posee el temperamento para liderar nuestra nación ni el mundo libre. Con tanto en juego, Donald Trump es simplemente un riesgo demasiado grande". 

Clinton y su falta de estrategia

A pesar de haber perdido ayer contra Bernie Sanders en Indiana, Hillary ya hace campaña para las elecciones generales. Sin embargo, después de ocho años de espera para ser la abanderada de los demócratas, nunca se esperó enfrentarse a un oponente de tal naturaleza. Y es que Trump será un adversario impredecible para la exprimera dama. 

Así como lo ha demostrado en las primarias republicanas, no habrá tema que el magnate no toque y ninguna línea de ataque que deje de utilizar. Es así que recientemente declaró a The Washigton Post sobre la demócrata:

"Su pasado es realmente lo que vale, no lo que planea hacer en el futuro. Su pasado está lleno de problemas, para hablar sin rodeos". 

Además también está el factor Sanders. El senador por Vermont ha demostrado ser un gran e inesperado desafío para Clinton. Sus críticas al apoyo de la demócrata para los tratados de libre comercio y a sus vínculos con la clase dirigente, han mermado la imagen de la candidata. Y así, Bernie continúa atrayendo seguidores. 

Por su parte, Trump atacó a la única postulante mujer alegando su respaldo a las regulaciones de carbono que han generado desempleo en estados como Pensilvania y Ohio. Asimismo mencionó que Bill Clinton apoyó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, al que calificó como 'el peor acuerdo comercial jamás visto'. 

Las alternativas para los favoritos

Si Trump logra atraer a los estados del Medio Oeste del país, el muro mencionado antes podría no ser tan imponente después de todo.
Si debaten sobre migración, el magnate estará ubicado a la derecha de Clinton. Pero en otras áreas como política y comercio exterior, podría atacarla desde la izquierda. 
Para Clinton enfrentarse aTrump requerirá de una campaña ágil y creativa, algo que nunca ha sido fácil para la cautelosa y controlada demócrata. 
Es así que solo queda esperar cómo enfocarán sus estrategias para derrotarse el uno al otro, en una lucha sin precedentes en el país norteamericano. 

(Con información de la BBC Mundo)

(Foto de cabecera: Composición con imágenes de EFE)