"Cumbia que te rompe el corazón, cumbia que te mata por amor te está convirtiendo en un gran pecador con las solteras", afirma entre el canto y la exclamación Aldo 'El Chama' Asenjo en el momento cúspide de 'Gran Pecador', una de las canciones que mejor ejemplifican el vacilón que es Chico Trujillo. Compuesto, en este momento, por once músicos de distintas formaciones y tradiciones, el grupo chileno parece capaz de convertir a cualquiera en un 'gran pecador con lxs solterxs'.
Chico Trujillo se fundó en 1999 por iniciativa del Macha Asenjo, que ya tenía éxito internacional con su banda La Floripondia. Asenjo se juntó con amigos suyos de Villa Alemana, un suburbio de Valparaíso, para formar un grupo que interpretase la cumbia colombiana adaptándola a los ritmos chilenos. El resultado, gracias a la formación y el gusto más bien rockeros de los integrantes originales, fue una cumbia que representa con mayor fidelidad que muchas bandas de rock actuales, el sentido original del rock and roll: "volver a abrir las cosas, volver a las raíces del pasto, a las manos de la gente", como diría Patti Smith.
"Yo siento que toco rock cuando toco cumbia", afirma, por su parte, el baterista y percusionista de Chico Trujillo, Rodolfo 'Tío' Fuica, un autodidacta rockero que se niega a tener celular y a dar entrevistas por televisión porque prefiere darlas tomándose un chilcano en el bar Juanito, de Barranco. Efectivamente, el rock trasluce en la música y el espectáculo de Chico Trujillo aunque su estilo inequívoco es la 'cumbia chilombiana', como ellos mismos la han denominado de la manera más rockera posible:
"Allá por los años 90 en Chile había una marihuana que se llamaba la chilombiana", cuenta Fuica. "Era una semilla Colombiana plantada en Chile y era muy buena. Para nosotros fue lo mismo: la cumbia era una semilla colombiana que se expandió por todo Sudamérica.
"
Lo que ha hecho Chico Trujillo es seguir esa expansión por todos los países de Latinoamérica, coleccionando estilos y ritmos que se traducen con naturalidad a sus discos de estudio. El último de ellos, Reina de todas las fiestas, es el octavo y pone el énfasis en la música afro y su particular manera de hacer que músicos y espectadores se unan en una especie de trance. Es como parte de la gira promocional de Reina... que Chico Trujillo se presenta este viernes 6 de noviembre en Lima, con un concierto que será la última de 64 presentaciones en el extranjero del año.
Como invitados especiales del espectáculo que celebra los veinte años del programa Sonidos del mundo, presentado por Mabela Martínez, los integrantes de Chico Trujillo tocarán con Los Mirlos y DJ Shushupe en la primera edición de Cumbia Fest después de tres semanas de gira por Europa, donde tienen un éxito inusitado: han tocado en la mayor parte de capitales y grandes festivales de música del Viejo Continente.
- ¿Por qué crees que los públicos europeos tienen interés en la cumbia, que es un ritmo tan latino?
- Creo que la competencia que debería tener la cumbia es la salsa, que es el otro ritmo tropical, latino que es popular, pero es un ritmo complicado, difícil de tocar.
- Difícil de bailar.
- Muy difícil de bailar. En cambio la cumbia es un ritmo muy fácil de tocar y de muy buena llegada, muy simple de bailar. Para los europeos la salsa es una complicación y la cumbia es simplemente libre. Cada uno baila a su estilo, es casi un freestyle.
- Ustedes son rockeros, pero Chico Trujillo no hace rock. ¿El rock es más una actitud que una cuestión musical?
©raúl garcía / lamula.pe
En Chile el rock ha perdido espacio con la cumbia. Los adolescentes que antes se juntaban a tocar rock con una guitarra y dos notas ahora con esa misma guitarra y dos notas hacen cumbia. Mis primeras bandas fueron de rock, hard rock, hardcore, greencore. El punk rock está desprestigiado, porque un concierto de rock significa pelea, cuchillas, muertos. Eso era interesante para mí, pero la fiesta es mala y las condiciones para tocar mal... todo mal.
- ¿Cómo es pasar del rock a la cumbia?
- Yo siento que toco rock cuando toco cumbia. Es natural. La cumbia siempre ha estado metida en Chile, en las fiestas familiares, en cada celebración está presente. Desde chico, a pesar de que uno tenga gusto rockero, podía hacer música con el espiral del cuaderno y siempre había canciones divertidas, letras picarescas con las que uno se identifica fácilmente.
- En Perú hay cada vez más grupos de cumbia de gente con estudios profesionales de música. ¿Allá pasa eso?
Sí, pero creo que la cumbia es más... intuitiva. A veces mucho conocimiento ensucia lo que es básico, la cumbia es un ritmo básico. No creo que nadie necesite estudiar para tocar cumbia, todo lo contrario: estudiar quizá ensucia.
- ¿Ustedes improvisan en el proceso de composición?
- Hay mucha improvisación. Parte de los temas se improvisan también en vivo, pero no es improvisación de solos en los que cada músico demuestra sus virtudes sino que tiene que ver más con un trance del ritmo, el baile, la fiesta. Lo otro es para la salsa.
- ¿Les gusta grabar?
©Raúl garcía / lamula.pe
No especialmente. Nos gusta más tocar, generalmente grabamos... no improvisando, pero si hay una canción lista la grabamos donde estemos. Cada vez que hay canciones las vamos grabando. No nos sentamos a grabar un disco, sino que compilamos lo que tenemos. Se hace una lista de temas, desechamos algunos y seleccionamos los que más nos gustan. Siempre hay canciones nuevas que grabar. Las canciones salen solas, van llegando y una vez que se arme un grupito de canciones que suenan bien juntas se hace el disco.
- ¿En qué momento llegan las letras?
- Las hace el Macha, Aldo Asenjo. Tiene que ver con las cosas que pasan alrededor. Siempre son sobre algo que está pasando, algo que le ha pasado a él o a nosotros y que se refleja en las canciones. Es complicado, haces una letra y no puedes decir cualquier cosa porque eso mismo lo vas a repetir incesantemente quizá hasta el final de tu vida. Hay que tener mucho cuidado con lo que se dice para no estar después cantando cosas de las que te arrepientes.
- ¿Los temas más políticos entran en la música?
Siempre están presentes, pero más que políticos son de la realidad cotidiana. Todos se dan cuenta que hay poca gente que tiene el poder. Se definen con distintos colores, pero al final son un solo grupo. La gente común está atrapada en ese sistema, y por más que voten o no voten, para un lado o para otro las cosas no cambian. Cómo invade la televisión la mente de la gente en vez de cultura interesante. Cómo la tecnología atrapa a la gente, la gente que chatea todo el día con sus celulares. Esas cosas aparecen entremedio de las canciones. No es muy divertido estar machacando a la gente con los pesares de la vida, pero tampoco está mal nombrar que hay un descontento.
- ¿Se unen ahí la política y la fiesta?
- Un amigo lo llamaba el 'vacilón consciente': vas a vacilar y el concepto de la banda no te lo dice literalmente, pero todo lo que se genera alrededor sí.
- ¿Qué esperan del público peruano?
Hemos tocado varias veces acá y nos ha ido bien. El público es muy agradecido, hay mucha gente buena onda y ya tenemos gente que le gusta la banda y no se pierde los conciertos. Es como encontrarse con amigos. Un buen lugar para terminar la gira.
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