Actualmente nuestras miradas están dirigidas hacia la pandemia de COVID-19. Gobiernos, organizaciones civiles, empresas, la ciencia, la academia, la ciudadanía,  todos estamos abocados a evitar la expansión del virus. Las economías están detenidas y los bolsillos de los que menos tienen están más vacíos que nunca. La crisis sanitaria nos conmueve, nos preocupa, nos mata, nos hace migrar. Pero ello no debe hacernos perder otra severa crisis: la climática, pues la devastación social y económica causada por la alteración del clima será muchas veces mayor que la pandemia actual. 

¿Cómo relacionar el tema del medio ambiente, la acción climática, la sostenibilidad con el coronavirus? ¿Qué le sucede al planeta cuando estamos ausentes por primera vez? Todo indica que se beneficia. Suena bien, pero ello debe ocurrir cuando estamos dentro y fuera de casa. Para reflexionar sobre ello, conversamos con Manuel Pulgar-Vidal, líder de Práctica Global de Clima y Energía del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y exministro de Ambiente del Perú.

En su opinión, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero durante esta emergencia nacional refleja cuán mal es nuestro comportamiento permanente y definitivo respecto del cuidado del medio ambiente. 

"Espero que esta crisis nos enseñe que debemos cambiar los patrones de producción y consumo, a fin de permitirle al planeta una mayor capacidad de resiliencia y una mayor capacidad de mantener sus condiciones ambientales... el planeta tiene límites y siempre los hemos desbordado. Siempre nos excedemos en la manera en la que consumimos los recursos. Se incrementa la temperatura y, por lo tanto, se pierden espacios naturales. Siempre emitimos por encima de lo que es la capacidad de resiliencia del planeta. Nos hemos regido por patrones de producción y consumo que son inadecuados" explica.

Pulgar-Vidal, quien es reconocido mundialmente por su activo papel para que los países miembros de la ONU firmaran el Acuerdo de París, el más ambicioso tratado climático, en el 2015, reconoce que la actual cuarentena global -que ha detenido los sectores productivos- genera una severa afectación económica. 

"Va a ser difícil para los países y sus economías, sobrellevar estos siguientes meses después de esta emergencia. Pero aun cuando todo esto es verdad, eso no debe significar que en los planes de recuperación o de estímulo fiscal no se reconozca el origen ambiental de esta pandemia. Si hacemos una recuperación sin consideración ambiental y climática, lo único que estamos haciendo es patear para adelante la siguiente pandemia que nos acompañará", añade.

Él considera que una de las grandes lecciones de la pandemia es que eventualmente necesitamos un nuevo contrato social, y que este debe incluir medidas que nos permitan incentivar cambios de comportamiento y un fuerte contenido climático. Sin embargo, señala que en Perú muy poco se está hablando de hacer un cambio de chip a partir de esta pandemia. 

"No veo ninguna señal clara. Me gustaría saber cuál es el plan climático, sobre biodiversidad y ambiental, que va a acompañar la recuperación. Eso ya debería estar planteándose. Más que dar un mensaje de qué bien se está recuperando la naturaleza, el mensaje debería ser qué mal lo estábamos haciendo. Por lo tanto, esos son los nuevos elementos que deberíamos tener para el futuro cercano. Un Ministerio del Ambiente que defienda severamente el plan de recuperación económica que incorpore estas consideraciones".

  

Para el exministro, el origen de la actual pandemia tiene consideraciones ambientales, por lo cual reitera que la respuesta ante esta crisis conlleva una integración de una agenda que no solo es política, sino también social, ambiental y económica. "Debemos dejar de considerar al tema ambiental como un tema ajeno que está fuera de nosotros", subraya.


 A continuación, compartimos la entrevista

(Foto: Soledad Cisneros)


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