El daño que el COVID-19 ha causado al mundo ya supera de largo la peor de las previsiones iniciales realizada por los especialista. A la fecha, la pandemia ha causado 25.000 muertes, ha desatado una crisis económica sin precedentes y está obligando a los países a adaptarse a un futuro que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como “la nueva normalidad”. 

Pese a que algunos países europeos han mostrado mejoras en sus indicadores respecto a la enfermedad, el ejecutivo de Ursula von der Leyen propone a las capitales un levantamiento “gradual” y “coordinado” de los confinamientos impuestos por la pandemia en el que se sustituyan los estados de emergencia que rigen en más de la mitad de los países por medidas más concretas, pero igualmente restrictivas, hasta que se halle una vacuna o un tratamiento. 

El escenario en el que el COVID-19 ha colocado al mundo ha obligado también a la Organización Mundial de la Salud a actualizar su estrategia frente a la pandemia. Su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, destacó el martes que mientras “algunos países están estudiando cuándo pueden levantar” las restricciones impuestas, “otros lo que están valorando es si introducirlas y cómo hacerlo”. 

“En ambos casos, el objetivo debe ser proteger la salud de las personas y [las medidas] deben estar guiadas por lo que sabemos del virus. Todos estamos aprendiendo y adaptando nuestras estrategias a la última evidencia disponible”, afirmó Ghebreyesus en una declaración telemática.

En la actualización de su estrategia, el organismo ha establecido seis criterios que deben cumplir los países antes de levantar las medidas de confinamiento. El primero es que la transmisión del virus “debe estar controlada”. El segundo, que los sistemas sanitarios están en disposición de “detectar, realizar pruebas, aislar y tratar cada caso”, además de “rastrear sus contactos” de riesgo para adoptar las medidas oportunas con ellos. El tercer punto pone énfasis en áreas clave en la evolución del virus: las residencias y hospitales. “Los riesgos de brotes en estas instalaciones deben ser minimizados”, precisó.

Los otros tres criterios destacados por la OMS son la adopción de “medidas de prevención” en todos aquellos espacios donde la gente deba seguir acudiendo (centros de trabajo, establecimientos educativos, etc), la gestión adecuada de los casos importados y la formación a la sociedad para que aprenda a convivir y reducir los riesgos frente al virus.

En Europa Austria y Dinamarca han fijado un calendario para ir recobrando, paso a paso, la normalidad. Ante esos primeros pasos, la Comisión Europea busca evitar que la salida del confinamiento genere las disputas entre países que provocó la entrada de la enfermedad a inicios de año. 

En ese entonces, algunos países (como Francia y Alemania) impusieron restricciones a las exportaciones de mascarillas; se cerraron fronteras, dificultando la circulación de equipamiento sanitario; y alguna capital se negó a acoger enfermos de COVID-19 de otros socios de la Unión Europea. 

El País de España tuvo acceso a la hoja de ruta diseñada por la Comisión Europea donde se fija tres criterios principales en los que debe basarse un país para tomar la decisión de poner en marcha el engranaje económico y social de nuevo. El documento, elaborado con los consejos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), pide que las capitales se aseguren antes de que la “propagación de la enfermedad ha decrecido de forma significativa por un periodo de tiempo sostenido”, que el sistema sanitario puede asumirlo en términos de acceso a medicamentos y equipamiento de protección o de disponibilidad de camas para cuidados intensivos, y que hay suficiente capacidad para detectar y controlar la propagación del virus, incluyendo pruebas a “gran escala”. 

Respuesta a Trump

Estados Unidos, el mayor financiador de la Organización Mundial de la Salud, (OMS), anunció este martes a través su presidente Donald Trump que retiraba sus aportaciones presupuestarias a la entidad que está al frente de la lucha contra el coronavirus. Un día después, el segundo mayor donante mundial de la organización, la Fundación Bill y Melinda Gates, informó de que va a aumentar su contribución a la batalla contra la pandemia, hasta los 250 millones de dólares. Esta constribución se dividirá entre diferentes iniciativas y entidades, entre ellas la propia OMS. 

En una llamada con varios periodistas desde Seattle, donde la Fundación tiene su sede, Mark Suzman, director ejecutivo de la organización, aseguró que "es lícito que se cuiden los intereses y necesidades nacionales y que los gobiernos no descuiden a sus propios ciudadanos; pero ahora todos necesitamos trabajar en común los esfuerzos globales y unirnos para afrontar esta crisis". 

En una llamada posterior con Reuters, Melinda Gates fue más allá: "Dejar de financiar a la OMS no tiene absolutamente ningún sentido durante una pandemia. Necesitamos una respuesta coordinada global. Cuando estás en una crisis como esta, todo está en juego. Es un gesto muy peligroso".

Asimismo, el empresario estadounidense Bill Gates criticó este miércoles la decisión del Gobierno de Donald Trump de suspender los fondos que destina a la Organización Mundial de la Salud (OMS). A través de su cuenta de Twitter, el fel cofundador de Microsoft señaló que el organismo cumple un papel de vital importancia en la lucha global contra el COVID-19 y que "el mundo necesita a la OMS ahora más que nunca".

(Foto de cabecera: Andina)

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