Mientras las agroexportaciones siguen creciendo y han generado 1,210 millones de dólares durante el primer bimestre del 2020 pese al impacto económico del Covid-19 en Perú, otra es la situación de la agricultura que abastece a los mercados a nivel nacional. César Espinoza, líder de la Asociación de Pequeños Productores de Espárrago de Chicama (La Libertad), afirmó que más de 30 000 (treinta mil) pequeños productores del valle están prácticamente quebrados por falta de mercado y deudas con la banca privada. 

“Nosotros apostamos por la siembra de espárrago como parte de la reconversión de caña de azúcar, maíz y arroz, con aceptables logros, incluso actualmente tenemos unas 6 000 hectáreas para cosechar, pero resulta que ahora que nadie nos compra los turiones y se están pudriendo en las chacras. Ni siquiera podemos llevarlo al mercado por falta de peones cosechadores y, además, por el poco hábito de consumo de los peruanos”, dijo Espinoza al portal Agronoticias.

El dirigente de Chicama recordó que antes los acopiadores compraban los turiones a su asociación por 1,5 soles el kilogramo, "pero ahora nadie nos compra", agregó.

Además, considerando que el espárrago es un producto de exportación, Espinoza señaló que las grandes empresas agroexportadoras tampoco le pueden comprar y agregó que estas manejan sus propios campos.

“No recibimos ni un solo apoyo del Gobierno, nada de bonos para el campo, solo tenemos para alimentar a nuestras familias pero, en paralelo, estamos endeudados con los bancos, a ello se suma la sequía en la sierra”, afirmó.

Ante esta situación, el dirigente propone que el Gobierno implemente programas de préstamos de subsistencia con intereses mínimos. 

Por otro lado, en Madre de Dios, la Cooperativa Agraria de Servicios Múltiples Sur Oriente (COOPSSUR) reportó que aproximadamente 15 toneladas de pulpa de copoazu (cacao blanco), valorizadas en 100,000 soles, "fueron arrojadas a un relleno sanitario porque no hay compradores locales para este producto", según informó el diario El Comercio.

“Nosotros estamos echando la pulpa de copoazu porque no hay mercados para vender, ni refrigeradoras para guardar”, dijo el agricultor Alex Huanca Quispe

La COOPSUR explicó que sus principales compradores eran restaurantes, heladerías y hoteles de Puerto Maldonado, donde ahora todos estos establecimientos están cerrados en cumplimiento del aislamiento social obligatorio por el Covid-19.

Otros compradores de copoazu, agregó la cooperativa agraria, se ubicaban en Lima y la Macro Región Sur del Perú, pero el traslado hasta estos lugares tampoco es posible debido a las restricciones ante la pandemia del nuevo coronavirus.


[Foto de portada: Marca Perú]


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