En diciembre pasado, al tiempo que la revista estadounidense Time la designaba personaje del año, Greta Thunberg captó la atención de la prensa internacional en Madrid, durante la COP25, tanto al interior de la sede de la cumbre climática como en las calles de la capital española, donde más de medio millón de personas acudieron a su llamado de marcha ciudadana global en demanda de una pronta acción climática de parte de los países que más contaminan el planeta. Era el colofón de sus acciones durante el 2019, año en el que miles de jóvenes se sumaron a su lucha por enfrentar la crisis climática.

La joven sueca demandó a los negociadores que debían discutir la implementación del Acuerdo de París a que actúen con prontitud a la vez que fueran más ambiciosos para contrarrestar los efectos del cambio climático.

Oídos sordos

Casi un mes después, la semana pasada, la activista estuvo en Davos, durante una nueva edición del Foro Económico Mundial, para decirle a los líderes mundiales que abandonen la economía de los combustibles fósiles. "Exigimos a los participantes de todas las compañías, bancos, instituciones y gobiernos que detengan de inmediato todas las inversiones en exploración y extracción de combustibles fósiles, que pongan fin de inmediato a todos los subsidios a los combustibles fósiles y se desprendan inmediata y completamente de los combustibles fósiles", dijo. "No queremos que se hagan estas cosas para 2050, 2030 o incluso 2021, queremos que esto se haga ahora, en este momento", añadió. 

Greta, acompañada de otros jóvenes activistas, señaló que entienden y saben que el mundo es complicado y que lo que piden puede no ser fácil. Pero la crisis climática también es extremadamente complicada, y esto es una emergencia. "Las generaciones mayores y los que están en el poder decepcionan a los jóvenes. Para algunos puede parecer que estamos pidiendo mucho. Pero este es solo el mínimo esfuerzo necesario para comenzar la transición rápida y sostenible. El hecho de que esto todavía, en 2020, no se haya hecho ya es, francamente, una desgracia", subrayó.

Desde que se lograra el Acuerdo de París, en 2015, 33 grandes bancos globales han invertido colectivamente casi US$2 mil millones en combustibles fósiles, según el informe de Rainforest Action. El FMI concluyó que solo en 2017, el mundo gastó US$5.2 mil millones en subsidios de combustibles fósiles.  

Thunberg participó en dos paneles en el foro, y aunque muchos delegados hablaron sobre la importancia de los problemas climáticos, la acción real fue más difícil de encontrar. "Antes de venir aquí teníamos algunas demandas para este foro y, por supuesto, esas demandas han sido completamente ignoradas, pero no esperábamos nada menos", indicó.


La paz sea con Greta

Esta semana inicia con una nueva noticia en torno de la adolescente sueca. Dos legisladores en Suecia la han nominado para el Premio Nobel de la Paz 2020. Jens Holm y Hakan Svenneling, que son miembros del Partido de la Izquierda de Suecia, dijeron que Thunberg "ha trabajado duro para que los políticos abran los ojos a la crisis climática" y que "la acción para reducir nuestras emisiones y cumplir con el Acuerdo de París también es un acto de hacer la paz". Hay que recordar que Greta ya fue nominada el año pasado, cuando ganó el primer ministro etíope Abiy Ahmed Ali.

Greta no se ha manifestado al respecto, lo que sí hizo recientemente fue una conferencia de prensa para dar la voz a activistas climáticos africanos de Kenia, Uganda y Sudáfrica (en la COP25 hizo algo similar). En especial a Vanessa Nakate, ambientalista ugandesa, quien acusó a The Associated Press (AP) de racismo por haberla retirado de la imagen en la que ella estaba retratada junto con otros activistas.

Es apenas el inicio de año, y este 2020 es considerado crucial para llegar a compromisos reales y urgentes para enfrentar la crisis climática. Greta y los demás jóvenes se encargarán de recordárnoslo.  


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