[La Mula desde Madrid] Este miércoles 11 de diciembre, a dos días de finalizar la COP25 que se lleva a cabo en Madrid, estuvo marcado por acciones de activistas. La jornada empezó con una presentación de Greta Thunberg en un panel sobre emergencia climática al lado de Hilda Flavia, joven activista de Uganda; Freddy Sebastián Medina, de Fridays for Future Chile y Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace.
“Estamos desesperados por cualquier signo de esperanza", dijo Thunberg. “He dado muchos discursos y aprendí que cuando hablas en público debes comenzar con algo personal o emocional para llamar la atención de todos, decir cosas como 'nuestra casa está en llamas', 'quiero que entres en pánico' y 'cómo te reto.' Pero hoy no haré eso, porque esas frases son todo en lo que la gente se enfoca. No reflexionan sobre los hechos, la razón por la que digo esas cosas”.
Tras incidir en datos científicos sobre el cambio climático, fue directo al grano. Les dijo a los negociadores que deben enfrentar la ambición que se necesita para proteger al mundo del desastre del calentamiento global. "Encontrar soluciones holísticas es de lo que debe tratarse, pero en cambio parece haberse convertido en una especie de oportunidad para que los países eviten aumentar su ambición. El peligro real es cuando los políticos y los CEOs hacen que parezca que está sucediendo una acción real, cuando en realidad casi no se está haciendo nada, aparte de una contabilidad inteligente y relaciones públicas creativas", señaló la sueca.
Tras hablar ante la audiencia en dos momentos, Greta dio pase a alrededor de 40 jóvenes activistas, entre miembros de Fridays for Future e indígenas, quienes entonaron cánticos de protesta y exigieron justicia climática. Aunque pacífica, la sorpresiva acción desconcertó a la seguridad de la ONU, que ante la imposibilidad de dispersarlos anuló la señal de los micrófonos inalámbricos.
Desazón por la COP25
Algunos periodistas habíamos recibido la alerta de que algo pasaría este miércoles en el venue (sede de la cumbre). Cuando vimos a los jóvenes, pensamos que de eso se trataba. Sin embargo, horas después indígenas de América Latina y del Norte y miembros de organizaciones civiles se agruparon en los exteriores del salón de la plenaria Baker, en el hall 10, justo donde iba a presentarse António Guterres, secretario general de la ONU. A diferencia de la anterior manifestación, el 'cacerolazo' sí generó que personal de seguridad de la ONU en pleno la repeliese quitando carteles y retirando a los activistas de la sede de la COP.
En un comunicado, más de una docena de ONG acusaron a la ONU de silenciar sus voces en lugar de expulsar a los "países industrializados ricos que se niegan a cumplir sus compromisos" y "contaminadores corporativos". Las autoridades climáticas de la ONU no ofrecieron un comentario inmediato.
Minga indígena
El día anterior las agrupaciones indígenas asistentes a la COP25 entregaron una carta climática a representantes de la Presidencia de la cumbre en la que trazan sus perspectivas y demandas en relación con la crisis climática.

En la carta, dirigida a los gobiernos del mundo, los líderes indígenas exigen que los políticos actúen inmediatamente para detener la crisis climática y la destrucción de bosques, ríos y tierras. La carta también pide que las personas indígenas, como guardianes de la Tierra, ser consultados sobre las decisiones que afectan a sus comunidades y territorios y que su voz sea escuchada como parte de las negociaciones globales sobre el clima, incluyendo las conversaciones climáticas de la ONU, a través de los espacios establecidos y regulares.
Las manifestaciones se dan en los días decisivos de la conferencia climática. Mientras los ministros de Ambiente han desfilado por las plenarias, las negociaciones -que duran hasta altas horas de la madrugada- se han entrampado y todo indica que muchos puntos pasarán a la siguiente COP debido a que no se llegaría a consensos, como por ejemplo en los temas del mercado del carbono, y pérdidas y daños, puntos clave del Acuerdo de París.