Human Rights Watch (HRW) denunció este martes en Santiago que la Policía de Chile cometió "graves violaciones a los derechos humanos" en los 40 días que tienen las protestas sociales en el país, y aseguró que cuenta con "evidencia sólida" en ese sentido.

En su informe, la ONG calificó de "preocupantes" y alarmantes las denuncias tanto por el uso excesivo de fuerza contra peatones y manifestantes, como los abusos durante la detención de los ciudadanos, que incluyen palizas brutales y violaciones sexuales. 

El director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco, se reunió este martes con el presidente Sebastián Piñera, tras lo cual hizo un llamamiento “urgente” para una reforma de policía uniformada chilena, conocida como Carabineros.

"Los abusos durante el período de detención y las graves lesiones sufridas por cientos de manifestantes ocurrieron en gran medida debido a las falencias estructurales para asegurar una adecuada supervisión y rendición de cuentas por las actuaciones de carabineros, que ya existían antes de las manifestaciones del último mes".

Vivanco remarcó que las denuncias contra los carabineros "no pueden quedar impunes y deben ser pronta y rigurosamente investigadas y sancionadas", pero precisó que no hay antecedentes sobre una violación "sistemática" de los derechos humanos en el país, porque implicaría una orden de las máximas autoridades del país, según el derecho internacional, de lo cual no hay certeza. "No podemos hacer ese tipo de inferencias", apuntó. 

La Moneda se pronunció sobre el informe de HRW a través de la subsecretaria de Derechos Humanos, Lorena Recabarren. "Este informe nos entrega una serie de antecedentes que sin duda nos preocupan y recibimos con dolor", indicó. 

"Nuestro Gobierno ha comprometido todos sus esfuerzos para que sean investigados en forma transparente por el ministerio público y juzgado por los tribunales de justicia".

Recabarren subrayó que fue el Ejecutivo chileno el que invitó al Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Human Rights Watch y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para observar la situación que vive el país desde el 18 de octubre pasado.

En su informe, HRW habla de un uso indiscriminado e indebido de armas y escopetas antidisturbios, "golpes feroces" a los manifestantes, disparos con perdigones de plomo recubiertos de tela, cartuchos de gases lacrimógenos dirigidos directamente contra los protestantes y atropellos con vehículos y motocicletas oficiales. 

"Otra de las acusaciones más frecuentes fue que miembros de Carabineros obligaron a detenidos –incluidos niños y niñas– a desvestirse y hacer sentadillas totalmente desnudos en comisarías",  dice el documento, para cuya elaboración se entrevistaron a 70 personas durante este mes, entre víctimas, policías, abogados, médicos, académicos, representantes de la sociedad civil y altas autoridades del Estado y del Gobierno.

Para la ONG internacional, las protestas en Chile, que empezaron el 18 de octubre, son producto de un descontento masivo, debido a las "profundas deficiencias de  servicios públicos y la desigualdad económica"

"Los Carabineros hirieron a miles de personas, con independencia de si habían participado en hechos violentos o no", se lee en una de la conclusiones del informe. 

Lesiones oculares

HRW dice que un tema "particularmente alarmante" es el uso de escopetas que "disparan perdigones en forma indiscriminada" los perdigones, que causaron al menos 220 lesiones oculares, de acuerdo con el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), un organismo independiente y público.

De ese grupo de lesionados, 16 habían perdido la visión total de un ojo y que 34 habían sufrido heridas graves que podrían resultar en pérdida de visión total y parcial. Para la ONG humanitaria, el uso de las escopetas antidisturbios "debería suspenderse en forma indefinida en todas las circunstancias" hasta que se lleve a cabo una auditoría para determinar los riesgos que entrañan. 

Entre los testimonios recogidos, varios heridos sugieren que fueron alcanzados por múltiples perdigones "que la policía disparó de cerca". 

El informe de HRW remarca que el INDH presentó 442 querellas y 341 se refieren a delitos como torturas y malos tratos y otras 74 a denuncias de abusos sexuales. El pasado 21 de octubre, varios infantes de Marina detuvieron a una mujer de 39 años en la ciudad costera de Valparaíso. 

"Los agentes jalaron su cabello, la arrojaron al suelo y le propinaron golpes en la espalda con sus armas. Le ordenaron que caminara como un perro mientras le apuntaban con sus armas, hasta llegar a una parte de la calle donde corría agua y allí le dijeron que se arrastrara como un gusano", denuncia el informe de la ONG. 

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