Para casi nadie a estas alturas es un secreto que el fujimorismo ha hecho uso y abuso de la mayoría parlamentaria que ostenta en el Congreso en estos casi tres años, y aunque ha sufrido considerables bajas, sus métodos no han cambiado.
Así lo confirman nuevas conversaciones del ya tristemente célebre chat 'La botica', que agrupa a los congresistas de Fuerza Popular cercanos a Keiko Fujimori ─hoy bajo prisión preventiva─, las cuales que evidencian prácticas de corte extorsivo, reveló La República.
Mensajes de WhatsApp intercambiados entre legisladores fujimorisras revelan que han convertido las comisiones en las que tienen mayoría en un arma para atacar y castigar a sus rivales y blindar a sus miembros cuestionados, todo en función a sus propios intereses.
El último caso se dio en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, bajo el control de Fuerza Popular, donde acaban de archivar dos denuncias contra Moisés Mamani, acusado y suspendido por el caso de tocamientos indebidos, que ahora es investigado en la vía judicial. La consigna parece apuntar a evitar que sea desaforado con el objetivo de sumar votos ante la próxima elección de la Mesa Directiva, la cual buscan recuperar.
La Comisión de Ética también la utilizan para sus fines particulares y para atacar, presionar y amedrentar a sus adversarios, a pesar de que ya no la presiden pero sí tienen mayoría. Así, en el chat grupal de La Botica, el congresista Marco Miyashiro escarbó en los antecedentes del hermano de la congresista Janet Sánchez, quien dirige el grupo de Ética, y encontró una resolución del Tribunal Constitucional de abril del 2011, que desestima un hábeas corpus interpuesto por el suboficial EP (r) Guillermo Sánchez Alva, condenado a 25 años de prisión por vender armamento.
Miyashiro, instó a sus colegas de bancada a usar esta información contra Janet Sánchez, porque desde que asumió la presidencia de la Comisión de Ética, evitó que los fujimoristas siguieran imponiendo sus decisiones en función a sus propios intereses. Y parece que lo han logrado, porque hace poco, la misma Sánchez evitó, con su voto dirimente, que se investigue a la fujimorista Úrsula Letona por sus nexos con el prófugo empresario Óscar Peña, conocido como 'el rey de la pesca negra'.
El fujimorista Mario Mantilla también instó a sus colegas a tomar represalias contra Tania Pariona, de Nuevo Perú, porque los calificó de ser una mafia organizada en el Congreso en una entrevista.
Así, Mantilla escribió en el chat: "Tania Pariona (de Nuevo Perú) de Mafia Organizada (en el) Congreso por haber aprobado ley de 80 años". Karina Beteta, que es parte de la Comisión de Ética, replicó el mensaje de su colega: "Debemos denunciar a (la Comisión de) Ética y sancionar, solo así (nos) van a respetar".
Úrsula Letona, otra de los rostros visibles de La Botica, se sumó y lanzó una consigna: "Hay que enviar a Bankada el listado de los casos que están en (la Comisión de) Ética porfa de nuestros congresistas. Y los escandalosos de otros partidos". La misma Letona, en otro momento, escribe: “Es el momento de atacar a Vizcarra”.
Aunque en Fuerza Popular insisten en minimizar estos mensajes de chat grupal, al alegar que son privados, de coordinación de su labor parlamentaria y que no tienen mayor relevancia, es notoria la similitud con métodos que usó el fujimontesinismo durante la dictadura contra sus adversarios.
El congresista Marco Marco Arana, del Frente Amplio, dijo citado por La República, que los mensajes confirman que el fujimorismo concibe la política como una guerra sucia en la que todo vale:
"Nosotros no somos sus adversarios, sino sus enemigos, y califican a todos los demás como ‘malnacidos’ o ‘desgraciados’. Luego se hacen los ofendidos. Conducta política propia de quienes no han dejado los métodos de la peor época de Alberto Fujimori y Montesinos y todo coordinado con Keiko [Fujmori]".
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