El inicio del segundo año en Palacio de Martín Vizcarra ─luego de doce meses en que la narrativa de lucha contra corrupción parece haber toca su techo─ ha estado marcado por el conflicto minero en Las Bambas, en donde las comunidades en la zona de influencia del proyecto cuprífero mantienen bloqueada la vía de acceso a la mina que opera la china MMG hace más de 50 días.
Y aunque el diálogo entre el Ejecutivo y los comuneros de Fuerabamba se reanudó este fin de semana, con la mediación de la Iglesia, el jefe de Estado dijo que irá a la zona de conflicto "cuando sea necesario", porque el Gobierno primero enfocará sus esfuerzos en que las conversaciones den sus frutos.
"Cuando sea necesario iré (a Fuerabamba), con todo gusto recuerden que yo he estado personalmente ahí, pero primero lo que se ha visto en función de la conversación que hubo el sábado entre el Ejecutivo y el presidente de la comunidad, es continuar con el diálogo", refirió.
"Lo que queremos es darle solución a los problemas, y cuál es la mejor forma, a través del diálogo y la coordinación, eso es lo que nosotros planteamos".
Vizcarra subrayó que su gobierno tiene la mejor predisposición de atender los problemas y respaldos los pedidos que hace la comunidad de Fuerabamba y de toda la provincia de Cotabambas, en la región Apurímac, debido a que "hay una postergación que debe ser atendida".
Según dijo el mandatario, hay un plan de desarrollo para Fuerabamba que tiene un 23% de avance cuando debería estar en 40%. "Tenemos que conversar con ellos para corregir las deficiencias, acelerar los procedimientos y trabajar juntos, dado que tenemos la mejor predisposición", aseguró en declaraciones a la prensa, al señalar que es interesante plantear un mecanismo de coordinación entre los tres niveles de gobierno para establecer prioridades y empezar a trabajar.
"Lo que hemos dicho como Gobierno, que lo tiene que ir es el desarrollo por lo que se tiene que plantear de manera conjunta. Aquí los conflictos se solucionan atendiéndolos y no dándoles la espalda".
Pero la solución del problema va más allá de las buenas intenciones, porque es un conflicto que va más allá de una carretera bloqueada por los comuneros, porque esta vía destapada por donde MMG saca el cobre de la mina Las Bambas en camiones está sobre terrenos de las comunidades.
En principio, el proyecto decía que se tenía que construir un mineroducto para el transporte del mineral, pero luego se modificó el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) original, aprobado en 2011, sin consulta previa, con la venta del proyecto de Glencore-Xstrata a MMG Limited. En realidad, el EIA de Las Bambas se modificó hasta de nueve formas desde el 2014.
Las comunidades afectadas ahora no solo exige un pago por concepto de servidumbre minera, sino también que el Estado garantice garantice que la actividad extractiva no afecte su entorno, como lo hace actualmente con la polvareda provocada por el paso de camiones cargados de cobre.
El Gobierno ha estimado, a través de Ministerio de Transportes, pagar unos 300 millones de soles a 38 comunidades por el uso de sus terrenos y que la mina financie el asfaltado de la carretera para mitigar el impacto de la polvareda que generan sus camiones. El Ejecutivo también ha ofrecido revocar el estado de emergencia en la zona a cambio de que se levante el bloqueo de la vía.
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