La mayoría de bancadas coincidieron que la jefa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, no está en condiciones de llamar a un diálogo nacional porque tanto ella como su partido han perdido legitimidad por sus acciones, por lo que le exigieron, como una señal real de cambio, que deje de blindar al fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, en el Congreso, donde aún hay tres acusaciones constitucionales pendientes en su contra por sus sindicados nexos con la mafia 'Los cuellos blancos del puerto'.
El martes por la noche, a pocas horas de la audiencia que se decidirá el pedido de prisión preventiva por 36 meses que solicitó la fiscalía en su contra, Keiko, en un pronunciamiento público, acompañada de su esposo, Mark Vito, pidió al Ejecutivo y a los partidos un "reencuentro nacional", porque la confrontación y el odio —que ella se encargó de promover como cabeza de la oposición— le hacen mucho daño al país.
"Más allá de lo que pueda ocurrir mañana (hoy) en la audiencia, el camino de la paz y el reencuentro sin condiciones voy a impulsarlo con todas mis fuerzas este donde este (...) Invoco al presidente Vizcarra a una agenda de reencuentro nacional. Solicito a la bancada de Fuerza Popular iniciar un diálogo con todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso para así alcanzar una agenda consensuada que promueva este reencuentro nacional".
Según dijo Keiko Fujimori, se dio cuenta de ello, casi como una revelación divina, en los días que estuvo bajo detención preliminar, en el marco de la investigación por lavado de activos que afronta y que desató una grave crisis interna en Fuerza Popular. Pero el fujimorismo ha dado señalas contradictorias, porque acaban de volver a contratar en el Congreso al exmilitar Walter Jibaja, quien como jefe de Seguridad de Parlamento se dedicó a insultar y a atacar a los legisladores críticos de su partido y hasta amenazó al presidente Martín Vizcarra. Esto sin contar los términos en los que se refieren al mandatario en el chat 'La Botica'.
"El fujimorismo es arbitrario, veo que esas palabras son huecas y poco creíbles, y que su llamado al diálogo no es sincero sino una manipulación", dijo a la agencia Andina el legislador Yonhy Lecano, de Acción Popular, al precisar que su partido no aceptará una eventual convocatoria al diálogo de Fuerza Popular.
Lescano agregó que para que ese llamado sea creíble, Fuerza Popular debería "dar señales reales de su cambio" y dejar de "blindar" a personajes cuestionados en el Congreso, como Chávarry, quien ya ha empezado a devolver los favores a Keiko.
En ello coincidió su colega Gloria Montenegro, de Alianza Para el Progreso (APP), quien sostuvo que no cabe ninguna duda de que la medida más contundente que puede asumir la bancada naranja, si realmente quiere dejar de ser "obstruccionista" y sumarse a la lucha contra la corrupción, es dejar de proteger al cuestionado jefe del Ministerio Público. "Keiko Fujimori solo ha mostrado fines partidarios, políticos, y personales como sus procesos judiciales, por lo que ahora es difícil creerle", dijo.
Humberto Morales, vocero del Frente Amplio, indicó que el caso Chávarry debe quedar cerrado y sin blindaje, antes de poder entrar a una nueva etapa de diálogo como pretende la excandidata de Fuerza Popular. Agregó que otra señal de cambio sería que el congresista Héctor Becerril se ponga a derecho ante la Comisión de Ética, donde se le investiga por supuesta interferencia en el Consejo Nacional de la Magistratura.
A su turno, el congresista Richard Arce, de Nuevo Perú también subrayó que "Keiko Fujimori debe dar disculpas públicas al país, y para que sea consecuente con sus acciones, debe dejar de proteger al cuestionado fiscal".
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