Aún tiene esperanzas. Tras la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) a la Presidencia y las denuncias por corrupción contra otros políticos, el Perú no debe voltear la página rápidamente y debe iniciar un proceso de transición hacia una democracia que esté "al servicio de la gente", señala la lideresa del Nuevo Perú (NP), Verónika Mendoza.

En un artículo publicado en el diario La Jornada de México, Mendoza considera que "los peruanos estamos ante una nueva oportunidad histórica de recuperar la democracia para ponerla al servicio de la gente". "Se debe abrir una transición democrática que empiece esa recuperación con –por lo menos– algunas reformas en el sistema electoral", propone.

Para la excandidata presidencial, la caída de PPK es el "resultado de un problema más estructural". Kuczynski era, afirma, "el sueño hecho realidad de los grupos de poder económico, uno de los suyos, un agente neoliberal sin pudor ni antifaz".

"Y si ha caído en desgracia no es sólo por sus errores, sino porque los grupos de poder que lo respaldaban también están afectados. Con el escándalo Lava Jato no sólo son todos los últimos presidentes electos posdictadura y la candidata Fujimori los que hoy están procesados por corrupción, sino también los más insignes representantes de la clase empresarial, como por ejemplo los representantes de grandes constructoras aliadas de Odebrecht", sostiene Mendoza.

Esto es, según la lideresa del NP, la "prueba de que subyace un sistema que ha permitido y promovido esta corrupción generalizada". "Es el sistema consagrado en la Constitución fujimorista del 93 que ha mantenido nuestra democracia secuestrada por el poder del dinero y las mafias", agrega.

Por ello, Mendoza propone cambiar este sistema. "Si no cambiamos ese sistema vamos a repetir la misma historia", dice, recordando lo que ocurrió luego de la caída de la dictadura de Alberto Fujimori en el 2000, cuando se logró sancionar a los corruptos y violadores de derechos humanos, pero "se mantuvo ese andamiaje fujimorista cuyos efectos vemos en la crisis actual".

En contra de lo que afirman algunos analistas políticas y la derecha peruana, Mendoza tiene claro que "no basta con ponerle parches ni cuñas", tiene que "reconstruirse sobre bases nuevas".

"Por ello desde las fuerzas de izquierda planteamos la necesidad de un nuevo pacto fundacional político, social y ciudadano sobre la base de la soberanía, la justicia, la igualdad y la solidaridad, una nueva Constitución para un nuevo Perú. Es una tarea que requiere de amplio debate, movilización y organización con protagonismo popular. En esa tarea estamos", sostuvo.

Mendoza es lideresa del movimiento izquierdista Nuevo Perú. En las elecciones presidenciales del 2016, fue candidata con el partido Frente Amplio (FA) y quedó en el tercer lugar con 18% y obtuvo el primer lugar en siete regiones. Antes de candidatear a la Presidencia, fue congresista (2011-2016). Llegó al Parlamento con el Partido Nacionalista de Ollanta Humala, pero renunció a la entonces bancada oficialista por el mal manejo de los conflictos socio ambientales en Cajamarca (Conga) y Cusco (Espinar).

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