El Ministerio Público formalizó la denuncia penal ante el Poder Judicial contra el secretario general de Fuerza Popular, José Chlimper, a la sazón actual director del Banco Central (BCR), por manipular unos audios en plena campaña presidencial del 2016, con el fin de deslegitimar una denuncia contra el financista de Keiko Fujimori, Joaquín Ramírez, quien era investigado por la DEA por el presunto delito de lavado de activos proveniente del narcotráfico.

La fiscal Elizabeth Figueroa Cortez acusó a Chlimper del delito contra la fe pública por uso de documento privado falso en agravio de Jesús Vásquez, piloto peruano que colaboraba con la agencia estadounidense en una indagación encubierta en contra de Ramírez.

La denuncia fiscal incluye a Pedro Arbulú, ex directivo de Panamericana Televisión, y David Barturén, exproductor del programa "Las cosas como son", que conducían los periodistas Fernando Viaña y Hugo Guerra y donde se pasaron las grabaciones manipuladas. Las pesquisas por este caso se habían iniciado en junio de 2016.

Sin embargo, la de resolución fiscal, formalizada 8 de febrero pasado, señala que si bien hay razones para denunciar a Arbulú y Barturén por la difusión del audio, no existen indicios suficientes para vincularlos a la manipulación de la información. 

El mismo Barturén afirmó que fue Chlimper quien entregó los audios adulterados en un memoria USB, pero además dijo que recibieron dos correos que previamente habían intercambiado Jaime Verástegui, un excandidato fujimorista al Congreso y Chlimper, en los que se adjuntó había más material y un documento en Word con las palabras que luego pronunciaría uno de los conductores, Hugo Guerra, durante la emisión del programa. 

En el primer correo, Verástegui adjunta siete documentos que supuestos "récords criminales" del piloto Vásquez. En el segundo mail, habían cinco audios, entre ellos el de nombre “2016-05-17-AUDIO-0000054.amr”, que era la grabación sin recortar de la conversación entre Jesús Vásquez y Fernando Palomino, que sirvió para luego detectar la manipulación. O sea, el sello del modus operandi de la mafia fujimorista de los 90.

El objetivo era desprestigiar la denuncia de Vásquez, quien había revelado en plena campaña del 2016 que el propio Joaquín Ramírez le confesó que Keiko Fujimori le había dado US$15 millones para que los lave a través de una de sus empresas. En ese entonces, el piloto peruano era colaborador de la DEA en una investigación por los presuntos vínculos del financista fujimorista con el presunto capo peruano del narcotráfico Miguel Arévalo Ramírez, 'Eteco', quien opera en Centroamérica.

Vásquez ahora es un testigo clave en la investigación de la fiscalía peruana contra Ramírez por lavado de activos, bajo la modalidad de Crimen Organizado, en la que está incluida Keiko Fujimori. De hecho, estaba previsto que el fiscal Wilson Salazar Requena viaje a Estados Unidos para recoger su testimonio.

El piloto peruano, quien es objeto de presiones y ha recibido amenazas de muerte expresas para que cambie su versión en la citada diligencia, anunció que ratificará lo que dijo en la campaña de 2016 en la cadena Univisión sobre la confesión que le hizo Ramírez y que está grabada en audios que tiene la DEA.

Según se supo, la Unidad de Cooperación Internacional de la fiscalía peruana ya inició los trámites con la justicia norteamericana para obtener copias certificadas de esas grabaciones.

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