Desde que a fines del año 2016 sectores conservadores iniciaran una campaña de desprestigio contra el Currículo Nacional de Educación Básica (CNEB), pasaron varios meses en los que se trató de explicar de todas las formas posibles lo que se buscaba realmente con la inclusión en él de un enfoque de género: poner fin a los estereotipos y el acoso escolar.

La Primera Sala de la Corte Superior de Justicia de Lima presidida por la jueza Ana Valcárcel, declaró nula "en parte" la Resolución Ministerial 281-2016 del Ministerio de Educación (Minedu), que aprobaba el CNEB, calificado por sus detractores como promotor de una supuesta "ideología de género".


Sin embargo, desde que dicha resolución se hiciera pública la pasada semana, el halo de desinformación en torno a la decisión se ha manejado de la misma forma que durante todos los meses en que mediáticamente se buscó que el documento elaborado por el Minedu fuera visto como poco menos que el Apocalipsis.

Y es que aunque aquellos que se definen como 'profamilia' aseguran que se trata de un triunfo judicial, lo cierto es que la Sala ha encontrado reparos únicamente en un párrafo de todo el Currículo. Reparos, además, sobre los que tiene la última palabra la Corte Suprema, hasta donde llegará la demanda por medio de una apelación del Ministerio de Educación o por oficio. 

Desde LaMula.pe nos comunicamos con la abogada Patricia Carrillo, coordinadora del Programa Sexualidad y Autonomía Física del Movimiento Manuela Ramos, para recoger sus impresiones sobre lo que supone este fallo y la importancia de defender la implementación del Currículo en la educación pública. 

La pregunta a estas alturas puede resultar repetitiva en este caso, pero dado el nivel de desinformación de distintos sectores sigue resultando necesaria: ¿cuál es la diferencia entre sexo y género? 

El sexo alude a lo biológico, es decir, a un conjunto de características físicas y biológicas con las que nacemos las personas. Cuando nacemos nos dividimos, de alguna manera por estas características en dos sexos: masculino y femenino. Esa es una diferencia biológica, incuestionable, evidente. Sobre esta diferencia es que todas las culturas, no solo la occidental, han construido distintas características a las personas, distintos roles, distinta importancia social, económica y política. El género es todo ese conjunto y paquete de características, mandatos incluso de cómo debemos de ser las personas, cómo debemos pensar, qué clase de tareas podemos tener, cuál va a ser el rol en la sociedad, quién se va a encargar de qué en la casa, en el mundo público, en el mundo privado. Todo esto la sociedad lo construye en función de esta característica con la que nacemos. Por eso decimos que el género es una construcción social y cultural. En cada cultura opera esta construcción en función de lo biológico. 

¿Dónde está la confusión entonces?

Hay una definición un poco más elaborada, más académica, que dice que el género es la construcción social de la diferencia sexual. No quiere decir, y esto es lo que ha sido tan malinterpretado por estas corrientes fundamentalistas religiosas, que culturalmente queremos decirle a los niños y niñas tú naciste hombre entonces puedes ser mujer si quieres. Tú naciste niña, entonces puedes ser un hombre. Esto es una tergiversación interesada, malintencionada. Ahí es donde está lo ideológico y no en el enfoque de género.

"El género, no el sexo, es lo que se construye culturalmente. Se trata de un concepto analítico que proviene de las ciencias sociales, de la antropología, de la investigación y que conceptualmente es un consenso universal, científico, académico".


La Sala señala que no se tuvo en cuenta la participación de los padres de familia para la elaboración del Currículo. ¿Cuál es el proceso para involucrarlos?

Los padres de familia tienen derecho a decidir sobre la educación de sus hijos. Está en la Constitución y en la Ley General de Educación, pero los espacios de participación están regulados precisamente para la implementación territorial de la política. Existen a nivel regional los consejos regionales, el Copare y el Copale. Si tú tienes un proyecto educativo institucional aprobado, necesariamente tiene que haber existido la participación de padres y madres. Para este currículo se han hecho procesos de consulta donde han participado más de 50 mil personas a nivel nacional, que es un nivel alto de participación para un documento así. Se han recogido opiniones de la sociedad civil general, de las instituciones que ven temas de educación, de las iglesias y padres de familia. Los espacios existen, están regulados.

¿Se busca que el enfoque de género salga de todas las políticas públicas y no solo de lo referente a la educación? 

Si queremos que eso salga de toda la política pública, tendríamos que atacar muchísimos instrumentos. Tal pareciera que los peticionantes no se han enterado que existe un plan nacional de igualdad de género, que existe una ley de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, que existe un decreto supremo del año 2007 de la PCM con políticas nacionales de obligatorio cumplimiento, que hay una serie de mandatos de un rango mayor que le están diciendo al Estado peruano que tiene que promover la igualdad de género, porque es fundamental para construir relaciones equitativas de respeto.

Los detractores del Currículo han señalado que el Minedu debió elaborar un texto "que se fundamente en valores como el respeto y la autoestima". ¿Cambiarían su posición si en lugar del párrafo que se busca eliminar, se señalara entonces que 'se debe respetar a todas las personas independientemente de su género y orientación sexual'?

Es como si le dijeran a la población LGTB, 'bueno, existes pero mejor vuélvete invisible, desaparece, reprime tu identidad, tu forma de ser, tu afectividad, no te expreses'. Y eso definitivamente, incluso si nos ponemos en su lógica religiosa, no es amor, no es caridad, no es compasión. Eso no es amar al prójimo como a ti mismo ni considerar que todos somos hijos de dios. Yo creo que el gran error es no reconocer que lo natural es la diversidad. Ellos hacen más o menos esta interpretación: lo natural es ser hombre y ser mujer, entonces lo natural también es ser heterosexual.

¿Qué debemos esperar de la Corte Suprema en este caso?

Entendemos que los jueces de la Suprema, que conocen mejor y tienen un nivel de análisis jurídico mucho más profundo, van a destruir esta sentencia porque en el único extremo que les ha concedido la razón, también se equivoca. Porque dice que quiten este párrafo cuando se trata de un consenso académico. Y el argumento para ello es la falta de participación, algo que sí se ha demostrado que hubo.

La periodista Rosa María Palacios señalaba que ojalá los jueces de la Corte Suprema hayan leído al menos un libro de género para poder resolver el caso con conocimiento. ¿Cuán importante es capacitar a los miembros del Poder Judicial respecto a estos temas?

Cobra importancia por el derecho que tenemos de por sí los ciudadanos a que se nos brinde esta información. Para que más adelante cuando escojamos ser abogados, abogadas, jueces, maestros y cualquier oficio, conozcamos de esto. Es fundamental, justamente, porque nos va a permitir que en la sentencia se coloque como criterio estándares universales de derechos humanos y no filtrar nuestras concepciones, actitudes y valores discriminatorios sobre las relaciones entre hombres y mujeres. El conocer esta desigualdad va a permitir que un juez en lugar de decirle a una mujer 'sabes qué tu marido te pegó y está bien porque no le calentaste la comida', decirle al marido 'oye, tú tienes que compartir las tareas del hogar, en ningún caso puedes ejercer violencia contra tu pareja y tus hijos'. Y en vez de dictar medidas que van a atentar contra la igualdad y van a profundizar relaciones de subordinación entre hombres y mujeres, van a contribuir a la construcción mucho más democrática en las relaciones entre personas. Es fundamental que los jueces, fiscales,magistrados conozcan el enfoque de género.

Más allá de lo que pueda resolver la Corte Suprema, ¿qué se debe esperar de aquí en adelante del Minedu y demás instituciones estatales para evitar que quienes buscan confundir a los ciudadanos sigan ganando terreno?

Este es un proceso que se debe garantizar desde las familias y también desde el Estado. Es clave reconocer el derecho de las familias de intervenir en la educación y en la formación de sus hijos. Ese derecho está garantizado y tiene sus mecanismos. De aquí para adelante sería importante que el Ministerio, con el respaldo de la PCM, con la relevancia que se le debe dar al acompañamiento y rol del MIMP, realizar una campaña muy intensa para informar que el enfoque de género es fundamental para que las personas nos desarrollemos como seres plenos, para que podemos definir qué cosa es lo que queremos ser y hacer con nuestra vida y que estos mandatos no nos limiten. Eso no significa de ninguna manera el decirle a un niño 'tú cuando quieras puedes volverte niña'. Eso sería erróneo y perverso para la educación de cualquier ser humano.

"Desde niños nos vienen diciendo cómo nos debemos de comportar, dando mandatos de género. Si eres niña, falda, cierra las piernas, calladita, bien peinadita. Si eres niño, patea, salta, grita, despliega toda tu energía pero no llores, no expreses tus sentimientos".


Suprema no podría desconocer sentencia del TC

Si bien la misma ministra de Educación, Marilú Martens, había señalado semanas atrás que se defendería ante todas las instancias la implementación del Currículo Educativo, la apelación del fallo llegará hasta la Corte Suprema de todas modos por oficio.

Las expectativas frente a la decisión del máximo órgano jurisdiccional son altas, tal como lo señala Brenda Álvarez, asesora legal de Promsex, quien resalta además que ya existe una sentencia del Tribunal Constitucional que estableció jurisprudencia respecto a lo que se debe entender de los conceptos de sexualidad.

"Esperamos que la Corte Suprema revoque la vergonzante sentencia emitida por la Primera Sala Civil pues esta no solo no se encuentra debidamente motivada. También, y lo que es bastante grave, se aparta de los criterios establecidos por la doctrina jurisprudencial del Tribunal Constitucional, en el caso Romero Saldarriaga, el que sostiene que la categoría sexo 'no debe siempre ser determinado en función de la genitalidad, pues se está cayendo así en un determinismo biológico, que reduciría la naturaleza humana a una mera existencia física, y ello obviaría que el humano es un ser también psíquico y social'. En esa medida la sexualidad, como nombra la Sala, no puede ser concebida desde un enfoque de la 'diferencia biológica sexual', ya que la sexualidad involucra procesos más complejos que la propia genitalidad. En esa medida, el entendimiento constitucional de las esferas de la sexualidad humana no pueden estar concebidas desde aproximaciones desfasadas y que además encubren la discriminación hacia las personas LGTBI".


Patricia Carrillo es feminista. Consultora en género y políticas públicas, coordinadora del Programa Sexualidad y Autonomía Física del Movimiento Manuela Ramos y ex directora general de Transversalización del Enfoque de Género del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables


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