No se arrepiente. Tanto Álvaro Vargas Llosa como su padre, el premio Nobel en Literatura, Mario Vargas Llosa, fueron los "garantes" del expresidente Ollanta Humala en aquella segunda vuelta del 2011 contra Keiko Fujimori en la que se le acusaba al entonces candidato del Partido Nacionalista de instaurar un régimen autoritario y de reformas drásticas en la economía de llegar al poder.

Hoy, con Humala y su esposa Nadine Heredia cumpliendo una orden de prisión preventiva por 18 meses por presunto delito de lavado de activos, el escritor y periodista afirmó no estar arrepentido. “Siento decepción pero no me arrepiento de haber votado por la única de las dos opciones de aquel entonces que ofrecía cierta garantía de preservación de la democracia y las instituciones republicanas [Poder Judicial]”, señaló en entrevista con El Comercio.

Para el hijo de Mario Vargas Llosa, la prueba de que el gobierno de Humala Tasso preservó la democracia y la autonomía del Poder Judicial es que, justamente, esta institución será la encargada de juzgar y condenar los presuntos delitos cometidos en su quinquenio como presidente.

“La mejor prueba es que hoy esas mismas instituciones lo investigan y eventualmente lo juzgarán y, si hay delitos cometidos, lo condenarán. Humala no fue chavista ni acabó con el modelo de mercado (insuficiente e imperfecto) que tiene el Perú. Se equivocaron quienes pronosticaron eso y acertamos quienes dijimos lo contrario”.

Respecto a su análisis sobre la medida de prisión preventiva dictada por el juez Richard Concepción Carhuancho contra el expareja presidencial, considera que debe haber acusaciones fiscales consistentes que prueben que el dinero entregado para las campañas del 2006 y 2011 fueron destinados al patrimonio personal. Esto, claro está —remarcó Vargas Llosa—, mediante un juicio con las garantías debidas.

“Lo primero seguramente derivará en un acusación de la fiscalía y por tanto un juicio con las garantías debidas, y si los Humala han delinquido merecen pagar por esos delitos, que representarían una traición al país. Lo procesal es distinto”.

"No veo claro que haya riesgo de fuga de una pareja tan visible, que está dando la cara, a diferencia, por ejemplo, del ex presidente Toledo", indicó el periodista al explicar que los argumentos tomados en cuenta por el juez para el cambio de una medida cautelar quedaron poco claros para su consideración.

(Foto de cabecera: El Comercio)

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