En Chile, aunque con mayores logros, la lucha por el reconocimiento de los derechos LGTBI tiene entre sus principales opositores a grupos religiosos que rozan con el fanatismo y que tienen como uno de sus representantes más 'pintorescos' al denominado 'pastor' evangélico Javier Soto.

Soto es en el país sureño uno de los personajes más polémicos por el mediatismo que ha adquirido al atacar de distintas formas a miembros de la comunidad LGTBI, impidiéndoles el libre tránsito en la vía pública y acaparando a los gritos -y con biblia en mano- los espacios que se le pretende dar en distintas tribunas para que intente sustentar su postura contraria a que gays, lesbianas, trans, bisexuales y cualquier persona que se reconozca como no heterosexual -o no creyente- cuenten con los mismos derechos que el resto de ciudadanos.

La última 'entrega' de ese actuar irrespetuoso que ya lo caracteriza, se dio el último miércoles durante la emisión del programa El Interruptor de la cadena Vía X, conducido por el locutor José Miguel Villouta, quien es además abiertamente homosexual.

El 'pastor' fue invitado para lo que de arranque pareció ser una entrevista dentro de los límites de la tolerancia, y así lo hizo notar Villouta al presentarlo y preguntarle a qué edad conoció la religión evangélica. 

Soto evitó responder señalando que primero iniciaría el 'encuentro' con una oración, algo que Villouta le dejó hacer aunque después le preguntaría si es algo habitual realizar este tipo de prácticas frente a alguien que no comparte sus mismas creencias y teniendo en cuenta, además, que él era el invitado. Lejos de pedir disculpas o explicarlo, el 'pastor' se justificó señalando que se trataba de algo necesario teniendo en cuenta la 'condición' del presentador, en clara alusión a la orientación sexual de este.

Sin embargo, el momento más incómodo ocurrió segundos después cuando el entrevistador intentó -manteniéndose en el mismo tono del principio- iniciar nuevamente la conversación repitiéndole la pregunta inicial. Fue allí donde Soto sacó de uno de sus bolsillos una bandera -que a simple vista parecía el símbolo del Orgullo LGTBI-, la puso bajo sus pies como un tapete y la pisó mientras se refería a esta como un "trapo de inmundicia". 

Villouta pidió en más de una ocasión que recogiera la bandera sosteniendo que se trataba de una falta de respeto y transmitió la misma molestia de parte del equipo de producción del canal. Ante la negativa de Soto la misma directora del espacio ingresó al estudio y le pidió que se retirara. Segundos después agradeció al entrevistador por su paciencia.

Curiosamente la bandera que tan alegremente pisó Soto no era la que actualmente usa la comunidad LGTBI alrededor del mundo, sino la segunda versión de esta que se utilizó únicamente el año 1978 y que se diferencia de la actual al tener de más una franja celeste. Es más, la bandera que pisoteó tan alegremente el señor Soto no era otra más que la de la ciudad peruana del Cusco, que cuenta precisamente con los siete colores y que fue adoptada precisamente el mismo año en que la bandera LGTBI pasó a tener solo seis franjas.


Otros excesos del 'pastor' Soto

Pero como decíamos líneas arriba, no es la primera vez que este señor cae en este tipo de actitudes en el vecino país. Al contrario, lo hecho el último lunes podría considerarse simplemente una más. Aquí solo algunos de los episodios en los que -no cabe duda- buscó ser el protagonista.

Juzga tú mismo, mulero.







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