"Que quede constancia que los miembros del grupo de reforma electoral [nos retiramos] por la imposición del presidente de la Comisión de Constitución [Miguel Torres] por órdenes de su jefa". Esas fueron la palabras que vociferó la legisladora fujimorista Patricia Donayre tras retirarse de la sesión de este grupo de trabajo del último martes 6, por lo que Fuerza Popular le abrió un proceso disciplinario interno por este altercado que podría terminar con su expulsión de la bancada.
Casi todos los reflectores iniciales apuntaron entonces hacia Keiko Fujimori. Se interpretó que ella era "la jefa", no solo porque es la lideresa del partido sino por la cercanía que tiene con Miguel Torres. Pero la misma Donayre dijo que no se refería a la excandidata presidencial sino a Ana Herz Garfias, mejor conocida dentro de los círculos fujimoristas como Ana Vega, por su apellido de casada. "Es una influencia muy importante de los congresistas que presiden comisiones y de los voceros", reconoció la legisladora en una entrevista que publicó Gestión el jueves.
El poder que tiene la asesora dentro de la bancada naranja era un secreto a voces, al punto de que varios legisladores de Fuerza Popular la llaman "la jefa". De perfil bajo, Ana Vega es quizá la persona de mayor confianza de Keiko Fujimori, a quien conoció hace 22 años, cuando la hija mayor del encarcelado expresidente Alberto Fujimori fungía el rol de primera dama durante el régimen de su padre.
Fue una relación que se mantuvo y se fortaleció a lo largo de todos esos años, al punto de que, en el quinquenio 2006-2011, cuando Keiko fue legisladora, la nombró asesora de su despacho congresal. Y en la campaña del 2016 fue una pieza clave junto a Pier Figari, hoy también asesor de la bancada que controla el Congreso.
Ambos, Vega y Figari, usualmente tras bambalinas, saltaron a la escena pública cuando en febrero de 2016, en plena campaña, protagonizaron —junto a Joaquín Ramírez, entonces secretario general de Fuerza Popular y financista de Keiko— un incidente en el aeropuerto de Arequipa, en donde intercambiaron insultos y hasta golpes con manifestantes que se oponían a su presencia en el lugar.
Ana Vega —quien fue acusada de malversación de fondos en 2000, pero absuelta en 2011— se le atribuye ser una de las 'ideólogas' de la tan mentada pero nominal "renovación" del fujimorismo en la última campaña electoral. Incluso, fuentes del partido la señalan como la promotora de la "evaluación" que dejó fuera de la lista congresal a varios fujimoristas de a vieja guardia, como Martha Chávez, Luisa María Cuculiza y Alejandro Aguinaga. Este proceso fue criticado por Kenji en un tuit, en el que escribió: "Una vez un grupo de productores fracasados quiso evaluar a Meryl Streep. La respuesta de sus fans fue: ¿y quién evalúa a los evaluadores?".
En junio de 2015, tras ser expulsado de la bancada fujimorista y desaforado del último Parlamento, el excongresista Alejandro Yovera acusó a Ana Vega de ser la nueva “Montesinos con falda” por el poder que le dio la mayor de los Fujimori.
Pero según recuerda El Comercio, el primero en cuestionar el poder e influencia de Ana Vega en el fujimorismo fue el exlegislador Carlos Raffo, quien la tildó de ser "la madre de la desfujimorización", y la culpó por la última derrota electoral de Keiko Fujimori el año pasado.
"La enfermedad [en Fuerza Popular] se llama soberbia y tiene nombre y apellido: Ana Vega. Ana Vega es la persona más poderosa en Fuerza Popular y, con respecto al manejo del poder absoluto, es una figura muy peligrosa".
(Foto de cabecera: Diario 16)
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