El 5 de abril de 1992 fue uno de los días más oscuros de la historia republicana. Aquella vez, hace ya 25 años, Alberto Fujimori -hoy purgando una condena de 25 años por delitos de lesa humanidad y corrupción- cerró el Congreso, intervino el Poder Judicial, anuló la Constitución y declaró el estado de emergencia.
Fue un autogolpe de Estado, con todas sus letras. Se de denominó el "Fujimorazo". Contó con el apoyo del Ejército y del 82% de la población, según las encuestas.
¿Son las encuestas las que determinan qué es lo democrático? "Por supuesto que no, sólo establecen el sentir de la opinión pública en un momento determinado. Lo que garantiza una democracia es el respeto de la ley y la Constitución. Para quien no me entienda: que los tres poderes del Estado –Ejecutivo, Legislativo y Judicial– sean realmente independientes unos de otros y generen un equilibro entre sí para que ninguno de los tres domine o invada a los demás y convierta el gobierno en una dictadura", explicó en Lamula.pe el historiador Daniel Parodi.
La excusa para vulnerar el orden constitucional y usurpar los poderes del Estado: que el Congreso obstaculizaba y politizaba la lucha contra Sendero Luminoso y la recuperación económica del país.
El resto de la historia es conocida: la asonada del régimen fujimorista (1990-2000) terminó mal. Instauró un gobierno autoritario y cleptócrata que violó derechos civiles y humanos. Pero ahora, 25 años después, desde su celda en la Diroes, en donde cumple 25 años de cárcel, Fujimori sigue justificando el autogolpe, y sin una pizca de mea culpa. Lo hizo a través de su cuenta de Twitter, con una serie de mensajes que confirman que sigue siendo el mismo.
Ese 5 de abril de 1992 los tanques salieron a las calles, los militares también tomaron a la fuerza algunos medios de comunicación. Fujimori no quería que la prensa publique la palabra "golpe de Estado". El fujmorismo de ayer y hoy odiaba las libertades de prensa y de expresión.
Las redacciones de los diarios La República y El Comercio y la revista Caretas, de las agencias internacionales de noticias Associated Press, France Press y EFE, de los canales 2, 4 y 5 y de la radioemisora Antena 1 fueron cercadas por patrullas militares. También se intervino la imprenta Labrusa, de donde salían las revistas Caretas y Sí, además de los periódicos El Nacional, Gestión, Ídolo y Onda.
El objetivo era claro: amordarzar a la prensa. En aquella época lo hacían así, con las botas. Ahora quieren hacerlo a través de proyectos de ley en el Congreso que controlan.
Ese 5 de abril de 1992 también se detuvo al periodista Gustavo Gorriti, de la revista Caretas y corresponsal del diario español El País, quien había desenmascarado las actividades ilegales de Fujimori y su socio, Vladimiro Montesinos.
"Varios tipos ya se encontraban en el jardín de mi casa con fusiles, avanzando con las armas en alto y la cara descubierta. Entraron como 10 personas con metralletas con silenciador. Me pidieron que los acompañara y me avisaron que si no obedecía, tenían otros 'métodos'. También tomaron mi computadora, y lamenté no haberla destruido antes. Me despedí de mi esposa y me fui con ellos", relató Gorriti sobre aquel incidente que varios años después le costaron 25 años de cárcel de Fujimori.
(Imagen de cabecera: La República)
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