Luego de varios días de presión para abordar sobre la crisis política, económica y social en Venezuela, el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos(OEA) se sentó a la mesa con grandes expectativas. El resultado fue que 20 de los 35 países miembros están de acuerdo con plantear una hoja de ruta para salvaguardar la democracia en el país llanero, donde el regimen chavista la ha puesto en jaque. 

El documento resultante es el inicio para una resolución que se preparará en “los próximos días” y que fijará “el mecanismo” con el que la OEA dará seguimiento a la situación en Venezuela, explicó a los periodistas el embajador mexicano ante este organismo, Luis Alfonso de Alba, después de la reunión.

El texto, al que tuvo acceso Efe, solo tiene tres puntos y no incluye las demandas de fijar un calendario electoral, liberar “presos políticos” y respetar las decisiones de la Asamblea Nacional de Venezuela, que sí recoge la declaración conjunta de 14 países publicada el pasado jueves.

Se limita a emplazar a la OEA a "seguir examinando opciones, con la participación de todas las partes en Venezuela, para apoyar el funcionamiento de la democracia y el respeto al Estado de Derecho dentro del marco constitucional venezolano".

"Coincidimos en la necesidad de que encontremos propuestas concretas para definir un curso de acción que coadyuve a identificar soluciones diplomáticas, en el menor plazo posible, en el marco institucional de nuestra organización y a través de consultas incluyentes con todos los Estados miembros".

Entre los firmantes del texto están Canadá, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, Jamaica, Santa Lucía, Antigua y Barbuda, Barbados y Guyana, según confirmaron fuentes diplomáticas a la agencia Efe.

La tensa reunión de más de tres horas de discursos fue liderada por México, Estados Unidos y Canadá. De Alba, al que se atribuye el liderazgo del llamado “grupo de los 15” países preocupados por Venezuela en la OEA, planteó analizar periódicamente, con plazos no mayores a un mes, la situación en ese país y la evolución de los distintos esfuerzos de mediación que se den entre el Gobierno y la oposición.

El subsecretario adjunto para Latinoamérica de EEUU, Michael Fitzpatrick, propuso enviar una delegación a Venezuela para hablar "con todos los involucrados" y un equipo de trabajo para seguir el tema en la OEA.

Maduro contra secretario general de la OEA

Al mismo tiempo, el presidente venezolano Nicolás Maduro solicitó a su vicepresidente, Tareck el Aissami, que presentará una denuncia contra el secretario general de la OEA, Luis Almagro, ante organismos internacionales por encabezar una supuesta ofensiva para desestabilizar al país llanero.

El Aissami tomó este pedido de manera personal, ya que el informe presentado por Almagro para activar la carta democrática en Venezuela menciona las denuncias por presuntos nexos del Gobierno con el tráfico de drogas.

El 14 febrero, El Aissami y Samarck José López Bello, un empresario señalado de ser su testaferro, fueron incluidos en la lista negra de la Oficina de Control de Recursos Extranjeros (Departamento del Tesoro de Estados Unidos) por sus supuestos vínculos con el narcotráfico.

El vicepresidente de Venezuela declaró que demandaría a Almagro por vincularlo con el narcotráfico en una concentración chavista en Caracas . “Me acusó a mí, y no es a mí, es al gobierno, a la revolución, al pueblo, de que supuestamente me congelaron $3,000 millones. No solo en el terreno político lo vamos a enfrentar”, agregó.

Las agencias estadounidenses involucradas en la decisión han insistido en que se trata de una acción contra un individuo, no contra un gobierno, y que es el resultado de una "larga investigación".

El chavismo argumenta que estas acusaciones obedecen a un complot internacional. “Hemos derrotado al Departamento de Estado, a la Cancillería mexicana y a la coalición de gobiernos de la fracasada derecha. ¡Gracias América Latina!”, resaltó Maduro.

Imagen de cabecera: EFE

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