Un tribunal de Turín dictaminó que la acusación de Laura, una trabajadora de la Cruz Roja, no era creíble por el solo hecho de decir "ya basta" a su colega al que denunció por violación sexual. Por ello, El ministro de Justicia italiano, Andrea Orlando, ha solicitado a las autoridades competentes que examinen el caso que ha indignado a todo un país.
La justificación del fallo fue que la reacción de la víctima fue demasiado débil, ya que no gritó, pidió ayuda o reaccionó violentamente. La denunciante refutó el cuestionable alegato: "No todos reaccionamos igual".
Tras escuchar la decisión judicial, Laura se desmayó. "Cuando supe que lo absolvían, fue como haber sufrido violencia una segunda vez. Estuve en mi casa llorando cinco días. Me sentía vacía. Lo que más me duele es no ser comprendida por esos jueces", declaró para el Corriere della Sera.
Virginia Lorio, abogada de Laura, cuestionó la decisión del tribunal:
“Esta es una sentencia de otro tiempo. Este proceso no puede ignorar el perfil psicológico de la víctima. Se dio por sentado que todos tenemos las mismas reacciones en situaciones similares. Es increíble. Y luego nos preguntamos por qué las mujeres se callan frente a la violencia”.
Por si fuera poco, además de la liberación del acusado, Laura sería denunciada por el cargo de difamación, ya que el juez del indignante fallo no ha considerado "probable" su versión de los hechos.
El fallo ha causado mucha indignación en el país y ha sido duramente criticado por grupos defensores de las mujeres.
La legisladora del partido opositor Forza Italia de tendencia centro-derecha, Annagrazia Calabria, criticó la decisión y afirmó: "Ciertamente, uno no puede castigar la reacción personal de una mujer aterrorizada por lo que le está pasando".
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