El veto migratorio que Donald Trump quiere ejecutar a toda costa en Estados Unidos se ha convertido en un dolor de cabeza para el Gobierno. El juez federal de Hawái, Derrik K. Watson, falló en contra de la iniciativa gubernamental y ordenó que no entre en vigor el nuevo decreto sobre inmigración del presidente estadounidense.
El magistrado Watson no entra a evaluar el fondo de la orden ejecutiva, pero lo que hace es conceder una medida cautelar, una Orden de Restricción Temporal (TRO) mientras resuelve la demanda de insconstitucionalidad planteada contra la medida. Para ello, el juez ordenó la paralización de la medida bajo los mismos argumentos que usó su colega James Robart, de Seattle, cuando bloqueó el primer decreto migratorio de Trump.
Para tomar esta decisión, Watson deja entrever que los demandantes tienen posibilidades de ganar el proceso para declarar ilegal el nuevo veto y también alega que los perjuicios que causaría la medida migratoria en caso de entrar en vigor serían graves e irreparables.
El fiscal general de Hawái, el demócrata Douglas Chin, en un escrito presentado ante un tribunal federal en Honolulu, solicitó el 8 de marzo el bloqueo del decreto antes de que entre en vigencia, este 16 de marzo. El Estado de Hawái argumenta de nuevo que la dispositivo legal supone un perjuicio para su sistema universitario, daña su principal fuente de ingresos, que es el turismo y, sobre todo, supone una discriminación contra los musulmanes.
Para argumentar su demanda, Hawái utiliza las propias palabras de Donald Trump y su equipo, que dieron a entender que el decreto migratorio era el “veto total a musulmanes” que el presidente anunció en campaña electoral y que luego fue matizando según avanzaba la elección.
En contraparte, la actual administración trata de defenderse y sostiene que “los seis países afectados representan una pequeña parte de los 50 países de mayoría musulmana y tienen menos del 9% de la población musulmana global”.
“La falta de lógica de la afirmación del Gobierno es patente. La idea de que uno pueda demostrar el ánimo contra cualquier grupo de personas solamente si apunta a todos a la vez es básicamente errónea. La Corte declina relegar su análisis de no discriminación a un mero ejercicio matemático”, subrayó el juez Watson, al comentar la defensa de la Casa Blanca.
A diferencia del primer decreto, el nuevo veto de Trump excluye de la lista a Irak, elimina la suspensión indefinida para los refugiados sirios y permite el ingreso de aquellos ciudadanos de naciones musulmanas que ya tengan visado, residencia legal o doble nacionalidad.
Sin embargo, la medida mantiene la esencia de su propósito: suspende 120 días el programa de refugiados y lo reduce a más de la mitad (de 110.000 a 50.000), y veta a ciudadanos de seis países de mayoría musulmana (Yemen, Sudán, Libia, Siria, Somalia e Irán) bajo el argumento de la seguridad nacional.
A poco de conocer el nuevo fallo contra su polémico decreto, Trump se pronunció en una actividad pública en Nashville (Tennessee) el mismo miércoles por la noche, y sostuvo que su nueva medida migratoria, es una "versión rebajada" de la original, por lo que consideró que la decisión del juez Watson es una "extralimitación judicial sin precedentes". "Vamos a pelear hasta el Tribunal Supremo. Vamos a ganar para mantener a nuestros ciudadanos seguros", insistió.
Trump preguntó, con sarcasmo, a sus seguidores: "No pensaran que el juez ha hecho esto por razones políticas, ¿verdad? ¡Nooo!". El presidente se encuentra convencido que el nuevo bloqueo judicial contra su veto migratorio forma parte de una campaña dirigida por sus detractores políticos y deja "indefenso a nuestro pueblo". "Nos hace parecer débiles", aseveró.
(Foto de cabecera: RTVE.es)
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