Un padre de familia llamó a una niña de diez años, logró sentarla en sus piernas, la tocó y le pidió un beso. La niña asustada escapó y le contó a su papá. Este hecho denunciado ocurrió en las instalaciones del Club Regatas de Lima.
El caso se hizo público a través de las redes sociales. El escritor peruano José Carlos Yrigoyen compartió una respuesta del club en Facebook. "No sé que influencias tiene este señor que el Club se niega a identificarlo públicamente, aun cuando es un peligro andante e increíblemente alega que es para defender a la niña, lo cual no tiene el menor sentido", escribió indignado.
Yrigoyen consideró "insólito" que el Club Regatas y sus directivos sean "increíblemente complacientes con el abuso y la pedofilia". "Todo esto me provoca una sensación de asco invencible.Dicen que somos mejores que antes, pero para mí somos el mismo país desigual de los años ochenta. No hemos cambiado nada. La impunidad de unos pocos sigue vigente. Esto no debe quedar así", afirmó.
Ante los reclamos, la institución publicó un comunicado:
Pero esto no dejo tranquilos a los usuarios.
La página de Facebook del club no se ha vuelto a pronunciar sobre el caso, pero sí compartió otro tipo de publicaciones en las que los ciudadanos hicieron sentir su indignación:
Una usuaria de Facebook pidió que dejen de atacar al club por este caso y que las autoridades ya están viendo el caso.
Pero el problema es que si esto hubiera ocurrido en otro lugar, no se tendría esta 'reserva' del nombre de un denunciado por agresión sexual contra una menor. Esperemos que se investigue y se castigue con todo el peso de la ley.
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