En los últimos días ha trascendido la posibilidad que el expresidente Alejandro Toledo solicite asilo político en Israel para evitar una eventual extradición al Perú, luego que el fiscal Hamilton Castro Trigoso, a cargo del caso de los sobornos que pagó Odebrecht a exfuncionarios en Perú, denunciara que el exmandatario recibió 20 millones de dólares en coimas de la empresa brasileña, le abriera investigación y se apreste a pedir su detención preventiva y su captura internacional.
Un dato que acentúa las sospechas sobre la posible llegada de Toledo a Israel, además de ser un país cuya nacionalidad tiene su esposa Eliane Karp, es que Alfredo Chuquihuara Chil, embajador de Perú en ese país, tiene una relación muy cercana al expresidente desde algunos años.
Chuquihuara Chil fue jefe del gabinete de asesores del excanciller Oscar Maúrtua y hermano de Luis Chuquihuara, secretario de Palacio durante el gobierno de Toledo y un hombre muy cercano al también excanciller Manuel Rodríguez Cuadros. Es, en consecuencia, un diplomático vinculado a la pareja Toledo-Karp.
En junio del 2006 ocurrió un hecho resaltante que involucró a Toledo, Maúrtua y Chuquihuara. Resulta que el excanciller designó a su asesor, Chuquihuara Chil, como embajador de Perú en Panamá. Sin embargo, el entonces presidente de este país, Martín Torrijos, no aprobó este nombramiento y se lo comunicó a Alan García -presidente electo para el periodo 2006 y 2012- de las presiones Toledo para que su recomendado reciba las credenciales.
La intención de colocar a los miembros más leales a su entorno en puestos claves, antes de abandonar Palacio de Gobierno, llevó a provocar un impasse diplomático con Torrijos. Incluso, según La República, Maúrtua habría dejado de lado algunas normas y estilos de la diplomacia al solicitar, de forma insistente al gobierno de Panamá, que se acredite a Chuquihuara como embajador de Perú en dicho país. Pero el gobierno de Torrijos nunca respondió al pedido.
Según la diplomacia, cuando un país no responde a la solicitud de otro respecto al nombramiento de un diplomático, se entiende que dicho país no está de acuerdo con acreditar el embajador que le proponen; sin embargo, Óscar Maúrtua olvidó el protocolo e insistió a las autoridades diplomáticas de Panamá para indagar sobre las razones de la demora de un trámite que normalmente se resuelven en un plazo breve. La Cancillería panameña respondió mediante su embajador en Lima y pidió la opinión de García, quien advirtió que no se validaría designaciones de regímenes que estaban de salida.
Antes de que Chuquihuara fuera designado como embajador de Perú en Israel, el 31 de agosto del 2016, ya durante el gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski, en marzo del mismo año, había asumido como jefe de la representación peruana en Eslovaquia. El cambio sede a solo cinco meses de la primera designación se oficializó mediante la resolución suprema N° º 181-2016-RE, que se publicó en el Boletín de normas Legales del Diario Oficial El Peruano.
Sobre la posibilidad de que Toledo busque refugio en Israel, hay algunos expertos, como el exprocurador anticorrupción Luis Vargas Valdivia, que sostienen que sin bien no hay tratado de extradición bilateral, existe un precedente de colaboración por corrupción que impediría que Toledo se proteja en ese país, ya que hace unos años, el Perú entregó a Israel a un juez corrupto. En ese contexto, explicó Vargas, las autoridades peruanas podrían alegar el criterio de reciprocidad en el caso de Toledo.
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