La concesión del proyecto del Metro de Lima –la obra emblema del último gobierno aprista– se gestó de una manera controversial. El 19 de febrero del 2009, el entonces presidente Alan García, su ministro de Transportes y Comunicaciones en ese momento, Enrique Cornejo, y el representante de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata, viajaron en el avión presidencial a Cusco para la inauguración de 40 kilómetros de la carretera Interoceánica.
Esa misma noche, García convocó a una sesión no agendada del Consejo de Ministros para discutir el decreto de urgencia que encargaba la obra del Metro de Lima –nombre con el rebautizó el tren eléctrico de su primer gobierno, que se frustró por serias acusaciones de corrupción que lo implicaban directamente– al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). De esta manera, la Municipalidad Metropolitana de Lima debía transferir la ejecución del proyecto al Ejecutivo.
Ante la consulta en el programa dominical Cuarto Poder, Cornejo negó que durante este viaje inusual a Cusco se haya conversado con Barata sobre la concesión de la Línea 1 del Metro de Lima, ya que en ese momento la Municipalidad de Lima aún no entregaba la obra al MTC
“La suspicacia surge por el viaje, pero en ese viaje yo no recuerdo ningún tema que se haya conversado sobre el tren que, además, ni siquiera estaba configurado en su proceso. En la noche, hay un consejo [de ministros] para aprobar este dispositivo [la transferencia de la obra de la municipalidad al MTC], que no tiene que ver con Barata ni con nada vinculado al concurso”, declaró.
Al día siguiente de aquel viaje, después de una sesión del concejo edil, Castañeda y Cornejo firmaron el acuerdo de cooperación interinstitucional, pero la oficialización de ese proceso de transferencia al MTC se oficializó el 28 del mismo mes, con el Decreto de Urgencia 032-2009.
En los siguientes meses se publicaron otros cinco decretos que reforzaban las facultades del MTC sobre la obra, restando incluso posibilidades de fiscalización de la Contraloría General de la República y del Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (Ositran).
El 23 de diciembre de ese 2009, se firmó el contrato entre la MTC y el Consorcio Tren Eléctrico de Lima, que encabezaba Odebrecht e integraba su socia en Perú, la constructora Graña y Montero, para la construcción de la línea 1 del Metro de Lima, con una inversión de 410 millones de dólares.
(Foto portada : SerPeruano)
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