En marzo de este año el complejo metalúrgico de La Oroya será puesto en subasta, así lo informó la agencia Reuters. Son cinco empresas las que estarían interesadas en comprar la fundición; entre ellas, la compañía china GreenNovo Environmental Technology, según Luis Castillo, representante de los trabajadores en el grupo de acreedores que supervisarán la venta. 

En el 2015 se realizó una subasta con los mismos fines, pero ni un licitante fue atraído. La administradora concursal en ese tiempo era Profit Consultoría, quien argumentó que la licitación quedó desierta por los estándares ambientales que siguen rigiendo. "Ello obligaría a un nivel de inversión para cumplir con los estándares ambientales exigidos, que haría antieconómica la reactivación del Complejo Metalúrgico de La Oroya", expresó la consultora en un comunicado.

Incluso desde antes de que se privatizara -Centromin estuvo hasta 1997, previa a la privatización de la misma durante el gobierno de Alberto Fujimori-, la contaminación ya afectaba a la gente de La Oroya y el gobierno hizo muy poco para resolver este problema. Un reporte del Instituto Blacksmith declaró a La Oroya la quinta ciudad más contaminada en el mundo. De acuerdo al Ministerio de Salud, en el 2015, los ciudadanos de dicha región tenían 33.6 ug/dl (microgramos por decilitro) de plomo en la sangre, cuando el máximo recomendable según la Organización Mundial de la Salud es de 10 ug/dl.

Allá por el 2005 se informaba que el 99% de los niños de La Oroya tenía plomo en la sangre, por encima del nivel permitido. Afectaciones respiratorias, en la vista y otros padecimientos están siempre presentes en los testimonios de sus habitantes hasta ahora, incluso luego de que el complejo cerrara tras la liquidación de la empresa Doe Run -en bancarrota-. Recordemos que ellos, los vecinos de la zona, han sido amenazados y hostigados por denunciar esta serie de hechos, además por exigir los fallos de los tribunales a favor de sus derechos.

Ahora el próximo comprador deberá atender una crisis ambiental de muchísimos años, responder por los contratos de trabajo de 2.200 personas e invertir 700 millones de dólares para modernizar la fundición de cobre, así lo afirma Pablo Peschiera, director de la consultora Dirige, empresa que está a cargo de la licitación

La (eterna) promesa

Antes de que el presidente Pedro Pablo Kuczynski asumiera el mando, este visitó en julio del año pasado La Oroya y dijo que se esforzaría para que el complejo metalúrgico salga adelante. En cierta ocasión afirmó también que empresarios chinos estaban interesados en invertir en dicho centro.

Luego de terminar su viaje a China, en setiembre del 2016, PPK dijo al respecto que “incluso un grupo con el cual hablamos, medioambiental e industrial, piensa que se podría mantener a los 1600 trabajadores que hay ahí”.

A pesar del daño ambiental experimentado por sus propios habitantes, en La Oroya un importante sector de la ciudadanía quiere que se reactive el complejo. "Queremos que el complejo metalúrgico se reactive pero ambiental y socialmente responsable", pidió el alcalde de La Oroya Carlos Arredondo.


(Foto de cabecera: La República)


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