La automotriz estadounidense Ford anunció este martes la cancelación de una inversión de US$1.600 millones para una planta en San Luis Potosí, en México, y a cambio anunció que invertirá US$700 millones en la fábrica de Flat Rock, ubicada en Michigan, EEUU, donde creará 700 puestos de trabajo directos.
La decisión de la Ford además es sintomática: llega luego que el presidente electo, Donald Trump, amenazó a su rival General Motors por vender modelos que fabrica en México en el mercado estadounidense. Ya en plena la campaña en EEUU, Trump había objetado los planes de expansión en México que anunció la multinacional de Michigan, con un discurso proteccionista contra las corporaciones que pretendían invertir en regiones con los costos laborales más bajos.
El magnate saludó el 'cambio estratégico' que la Ford Motor anunció: "En lugar de llevar el empleo y la riqueza fuera, EEUU se convertirá en el mayor imán del mundo para la innovación y la creación de empleo".
Incluso, el máximo ejecutivo de compañía automotriz, Mark Fields, mostró su confianza en las propuestas del presidente electo en el ámbito de las inversiones en infraestructuras y la reforma fiscal, porque -consideró- permitirá el desarrollo económico en el país.
GOLPE A MÉXICO
Se trata también del primer golpe desde Trump ganó las elecciones de noviembre para uno de los sectores estratégicos de la economía mexicana, el automotriz, ya que -junto con la manufactura- depende casi en su totalidad de la demanda del vecino del norte.
La llegada del magnate neoyorquino a la Casa Blanca ya había disparado los temores en México, por el impacto que tendría en la economía azteca, que tiene una fuerte dependencia de EE UU: casi un 80% de sus exportaciones van a las tierras de tío Sam y más de la mitad de la inversión extranjera directa proviene de ahí.
"La decisión de Ford confirma el riesgo de una caída de la inversión extranjera directa en México a partir de 2017 y hace probable que el tipo de cambio alcance nuevos máximos en el corto plazo", alerta Gabriela Siller, directora de análisis de Banco Base.
De hecho, pocos después del anuncio de Ford, el tipo de cambio en México tocó un máximo de 20.9 pesos por dólar. El triunfo de Trump hizo que la monda mexicana alcance el pasado 11 de noviembre su máximo histórico de 21.3 pesos por dólar.
Ford había anunciado en abril, en plena campaña en EEUU, la inversión de la que ahora desiste. Esos US$1.600 millones los iba a destinar a construir una planta en San Luis Potosí, que daría empleo a 2.800 personas en 2020 y donde tenía previsto producir la nueva generación de sus modelos Focus, Fiesta y C-Max, que tienen un margen de beneficio más reducido. Estos autos se harán en la fábrica que ya opera en Hermosillo.
La mitad de esa inversión se irá a la planta de Michigan, en donde potenciará la producción de nuevos vehículos eléctricos, dotados con tecnología de conducción autónoma. Además, expandirá las líneas de ensamblaje del Mustang y el Lincoln Continental, sus modelos más rentables.
En México, Ford Motor tiene dos plantas de ensamblaje y un centro de ingeniería que dan empleo a 8.800 personas. El país azteca representa el 6% de la producción global del gigante automotriz estadounidense.
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