El mundo se levantó este miércoles con una noticia que supone una revolución en la política de la primera potencia mundial. El magnate Donald Trump, el 'outsider' de la campaña más polémica de los últimos tiempos en EEUU, será el nuevo inquilino de la Casa Blanca, hasta el 2021 en principio.

La victoria de Trump sobre Hillary Clinton, luego de obtener más de los 270 votos electorales necesarios, en una elección en que los estados del medio oeste del país fueron decisivos para un triunfo histórico que no solo significa una enorme incógnita para los 56 millones de latinos que viven en Estados Unidos, sino que también podría desatar un tsumani en América Latina.

Es casi un hecho que la llegada del magnate y estrella de la telerrealidad a la Casa Blanca supone que las relaciones de EEUU con buena parte del mundo no serán las mismas. Las consecuencias para nuestra región son aún imprevisibles. De hecho, en el Perú, el presidente del Banco Central, Julio Velarde, dijo hace un par de meses que se le ponían "los pelos de punta" si Trump hace solo el 10% de lo que promete. 

¿Qué riesgos implica Trump para América Latina?

El triunfo de Trump abre un periodo de incertidumbre en la región. Durante su campaña prometió construir un muro en la frontera con México, deportar de forma masiva a inmigrantes sin papeles y aumentar el proteccionismo comercial, pero lo cierto es que el primer efecto se sentirá en los mercados, como se vio incluso antes de que sea electo, cuando las encuestas le daban posibilidades de ganar.

Michael Shifter, presidente Diálogo Interamericano, centro de análisis en Washington D.C., le alertó a la BBC Mundo: "Si Trump lleva a cabo lo que está diciendo, esto va a reventar relaciones no solamente con América Latina sino con todo el mundo"

Si Donald Trump deporta a los 11 millones de indocumentados que viven en EEUU, la mayoría mexicanos, como dijo en campaña, aunque luego morigeró su discurso y se enfocó en los que tienen antecedentes, el impacto para la región será directo, porque las economías de América Latina reciben cada año más de US$65.000 millones en remesas enviadas por inmigrantes en territorio estadounidense, según estudios.

El magnate también tiene en la mira el tratado de libre comercio de EEUU con Canadá y México, el llamado Nafta, y lo calificó como "el peor" jamás firmado. Incluso ha hablado de imponer un arancel de 35% para importaciones desde su vecino del sur, medida que tendría un impacto fuerte en México, que exportó en el 2015 bienes y servicios por US$316.400 millones y logró un superávit comercial bilateral de US$49.200 millones. De hecho, el triunfo de Trump ya hundió al peso mexicano hasta su mínimo histórico, y la caída se prolongaría hasta una banda de entre las 22 y 26 unidades por dólar.

Las medidas proteccionistas de Trump luego se extenderían a otros países de la región, como Perú, con el que tiene vigente desde 2009 un TLC. Las exportaciones de nuestro país a Estados Unidos representan alrededor del 18% de todas nuestras colocaciones en el exterior.

De los dichos a los hechos, ¿cuánto trecho hay?

Latinoamérica es un socio estratégico de Estados Unidos, que además precisa de la cooperación regional para protegerse. En ese contexto, lo que está por verse ahora es cuánto de lo que dijo Trump que hará lo podrá concretar realmente, porque los gobiernos funcionan en un contexto de instituciones y contrapesos.

El poder de decisión de Trump no es absoluto ni definitivo. Es decir, no podrá hacer lo que se le dé la gana, menos en un país como EEUU, donde las instituciones son fuertes y funcionan. 

"Tiene cierto margen de decisión como presidente, pero también hay temas donde está muy limitado lo que puede hacer, como el tema de aranceles o compromisos de recursos, que tiene que ser decisión del Congreso", dijo Shifter.

Es una gran ventaja para el magnate, eso sí, que el próximo partido de gobierno, el Republicano, haya ganado también el control de las dos cámaras en el Capitolio. Pero incluso así, no tendrá libertad absoluta para operar. La relación de Trump con su partido fue tensa en la campaña, muchas de sus ideas son resistidas, y por ahora todo apunta a que esta dinámica no cambiará.

En lo que coinciden la mayoría de analistas es que con Trump en la Casa Blanca será muy difícil establecer una relación de confianza con la región. "Va a haber muchísimas más dificultades para cooperar en cualquier tema", anotó Shifter.

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