La Contraloría General de la República anunció este martes que acaba de iniciar una auditoría al Proyecto Línea Amarilla de la Municipalidad de Lima, a cargo de la constructora OAS, tras la denuncia de que el alcalde Luis Castañeda negoció con esta empresa brasileña, bajo la mesa y cuando aún no había asumido funciones, para que no se suscriba una adenda al contrato para ejecutar el proyecto Río Verde que promovía su antecesora Susana Villarán.
Los tratos, destapados por IDL-reporteros, se dieron entre agosto y noviembre de 2014, entre el mismo dueño de OAS, Leo Pinheiro -hoy preso y condenado a 16 años por corrupción en Brasil en el marco del caso Lava Jato- y la abogada Giselle Zegarra, quien fue gerente en las dos primeras gestiones ediles de Castañeda.
Este escándalo ya le costó siete puntos de aprobación al burgomaestre, según la última encuesta de GFK, y la apertura de una investigación en la Fiscalía. La única instancia que hasta el momento ha optado por pasar por agua tibia el caso, pese a su gravedad, es el Congreso, dominado por el fujimorismo.
Además, todo indica que el negociado dio resultados, porque, en efecto, Río Verde no se ejecutó. Incluso, apenas instalado en el Palacio Municipal para su tercer mandato, Luis Castañeda usó el fideicomiso de este proyecto para ejecutar su cuestionado by pass en la avenida 28 de julio, obra en la que, por si fuera poco, la Contraloría ya detectó una serie de irregularidades que se pueden resumir en cinco puntos:
- Los precios de diversas partidas y gastos generales considerados en el presupuesto serían elevados en comparación de obras similares, ocasionando el riesgo de no estar optimizando los recursos destinados en el fideicomiso para obras de Integración Urbana.
- Ejecución de obras sin autorización vigente del Ministerio de Cultura generó su paralización y riesgo de propiciar mayores costos al proyecto por eventuales sanciones y gastos generales.
- Invermet no participó en la supervisión contractual de las obras de Integración Urbana, incorporadas con la Adenda N° 1 del contrato de concesión del Proyecto Línea Amarilla, generando riesgo de limitar el control de la entidad sobre estas prestaciones.
- No optimizar adecuadamente la ejecución de los fondos del fideicomiso en Administración, generaría el riesgo de no poder culminar oportunamente las obras de Integración Urbana, ni contar con los recursos previstos para su mantenimiento.
- Fisuras menores y falta de conservación en algunos elementos de las obras, generaría riesgo de afectar la vida útil del proyecto.
Estas irregularidades ya fueron comunicadas al municipio, precisó la Contraloría, pero no han tenido eco en Castañada, cuyo 'modelo' de gestión radica en no dar cuentas a nadie de lo que hace, por lo que ya se puso en marcha una iniciativa del regidor de oposición Hernán Núñez, llamada "Habla Castañeda", para que el alcalde expliqué a los ciudadanos de Lima cómo y en qué usa los recursos ediles.
Los resultados de la auditoría al proyecto Línea Amarilla que se vienen ejecutando se darán a conocer en diciembre de 2016, informó el órgano de control en un comunicado.
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