Los dos candidatos con mayor intención de voto a la Presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton y Donald Trump, participaron el último jueves de la cena de caridad de la fundación Alfred E. Smith en Nueva York, que tiene como objetivo que los políticos e invitados sean parte de un ambiente relajado y hagan gala de su sentido del humor con bromas durante sus discursos.
Sin embargo la edición de este año tuvo la particularidad de coincidir con el final de la campaña de este 2016, por lo que más allá de la ironía ambos candidatos utilizaron sus intervenciones para lanzarse algunos dardos.
Clinton señaló, por ejemplo, que agradecía que su oponente fuera tan caballero de haberle enviado un vehículo para trasladarla hasta el hotel Waldorf Astoria, lugar del evento, aunque lamentaba que este haya sido un coche fúnebre.
El magnate por su parte, dijo que era la primera vez en que la exsecretaria de Estado hablaba con personalidades tan importantes "sin que le paguen por ello", o que ya sabía que si el Gobierno Demócrata continuaba en la Casa Blanca, sería designado embajador de Estados Unidos en Irak o Afganistán.
Pero sin duda la 'broma' que resultó de sumo mal gusto, aunque muchos la celebraron en el recinto, fue cuando Trump re-confirmó que su esposa Melania dio partes de un discurso plagiado de otro pronunciado de Michelle Obama. Un momento incómodo para la propia Melania Trump que tuvo que pararse para ser aplaudida a insistencia del multimillonario.
"Michelle Obama dio un discurso y todos lo amaron, era fantástico, todos piensan que estuvo genial. Mi esposa, Melania, dio exactamente el mismo discurso y todos la critican. No entiendo por qué".
Como se recuerda, Melania Trump intervino en junio pasado en la Convención Nacional Republicana pronunciando un discurso que tenía partes idénticas a uno dado por la actual primera dama en el año 2008. Lo peor fue que dos días después, creyendo que limpiarían su imagen, salió a pedir disculpas ¡la redactora del discurso! Es decir, pidió perdón quien copió, pero evidenció que la señora Trump ni siquiera podía dirigirse a los republicanos espontáneamente.
Aunque se trató de un momento vergonzoso para Melania, la broma despertó las carcajadas de los asistentes a la cena. Con el transcurrir de los minutos, sin embargo, los 'chistes' del candidato no fueron bien recibidos y las pifias no se hicieron esperar. Donald Trump quiso ser gracioso... y no le salió.
Aquí al completo.
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