El último miércoles llegó a su fin en Brasil el proceso de impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff en el que 61 senadores decidieron su apartamiento definitivo del cargo para el que fue elegida por más de 4 millones de brasileños.
Las reacciones a nivel internacional no se hicieron esperar y mientras medios de ese país empiezan a informar de la apelación de Rousseff pidiendo la anulación de la sentencia parlamentaria, varios gobiernos expresan su preocupación por la atípica situación política brasileña, e incluso otros como el de Ecuador han decidido 'enfriar' sus relaciones diplomáticas.
Desde nuestro país aún no hay un pronunciamiento oficial de parte del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski ni otros grupos parlamentarios que suelen hacer reclamos por el respeto de la democracia en la región. Sin embargo, desde la coalición de grupos de izquierda Frente Amplio, ya han expresado su posición de rechazo a lo sucedido en las últimas horas en el vecino país suroriental.
A través de un comunicado firmado por su Comisión de Relaciones Exteriores, califican la asunción de Michel Temer a la Presidencia como un golpe institucional-parlamentario, y recuerda que la mayoría de senadores que ejercieron de jueces durante el proceso tienen casos abiertos de corrupción y múltiples cuestionamientos hasta el día de hoy.
Asimismo exhorta al gobierno de nuestro país a no darle legitimidad a la nueva administración brasileña y respetar la voluntad de sus ciudadanos que llevó a Rousseff hasta el Palacio de Planalto.
Aquí el texto al completo:
El Senado Brasileño, monitoreado por Michel Temer y Eduardo Cuhna, representantes de la más conservadora derecha brasileña, consumó el golpe institucional-parlamentario, destituyendo a la legítima Presidenta Dilma Rousseff sin ningún delito que lo justifique. Tal destitución, no solo desconoce la voluntad de 54 millones de brasileros, sino que la mayoría de sus ejecutores tienen abiertos casos de corrupción, por lo que su consumación es un claro atentado contra la democracia en la región y forma parte de la ofensiva de la derecha neoliberal por restaurar su poder en nuestra América.
Por tales razones, exhortamos al Gobierno de Perú a no reconocer al nuevo gobierno de Brasil por ser resultado de la ilegítima destitución de la Presidenta Dilma y no de la voluntad popular de las y los brasileños.
La política exterior de nuestro país debe guiarse por el respeto a los principios democráticos y el Derecho Internacional, siendo fundamental, en ese marco, la actuación de UNASUR la CELAC y la OEA.
Confiamos en que el movimiento popular y la ciudadanía organizada brasileña, defenderán la democracia, avanzando hacia un plebiscito constituyente que produzca una profunda reforma política y permita ejercer al pueblo su derecho de elegir representes legítimos en condiciones democráticas no viciadas por el poder económico.
El Frente Amplio rechaza este golpe institucional y manifiesta su más sincera solidaridad con el pueblo brasileño en momentos en que se escribe una página vergonzosa de su historia.
La lucha por la democracia en Brasil es la lucha de los pueblos latinoamericanos.
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