Esta mañana, Juan Luis Cipriani realizó -en su programa radial- unas lamentables e indignantes declaraciones respecto a las mujeres del Perú que han sido víctimas de violación sexual. Estas fueron sus palabras:
"Las estadísticas nos dicen que hay abortos de niñas, pero no es porque hayan abusado de las niñas, sino porque, muchas veces, la mujer se pone, como en un escaparate, provocando".
Estas expresiones son, de alguna manera, una continuación de las ofrecidas en su homilía del Te Deum hace dos días y que criticaban lo que él denominó "la ideología de la igualdad de género".
Sus palabras de esta mañana, sin embargo, son de una gravedad absoluta y reflejan un desconocimiento sobre la violencia que sufren las mujeres en nuestro país.
LaMula.pe se comunicó con Susana Chávez, directora de Promsex, para preguntarle sobre sus impresiones de lo dicho por el cardenal del Perú.
"Realmente es indignante y evidencia un desconocimiento que hay sobre el concepto de género. Este, además, no ha sido un tema de interés para acabar con la desigualdad que sufren las mujeres. La Iglesia no ha sido una instancia que haya respetado la igualdad con las mujeres. Más bien [con las palabras de Cipriani] se está justificando que sean marginadas", señala.
Agregó que la Iglesia Católica tiene una deuda con la sociedad por haber tolerado, dentro de su institución, abusos contra personas vulnerables como son los menores de edad. Al respecto, hay que recordar los abusos (físicos, psicológicos y hasta sexuales) que sufrieron varias personas (cuando eran niños o adolescentes) dentro del Sodalicio. Sobre la referencia de la autoridad religiosa al aborto y las niñas. "Eso creo que es lo más insultante que ha podido decir".
En otro momento, explicó las cifras de violación sexual en las mujeres menores de edad.
"Tenemos alrededor de 26 mil denuncias anuales contra el pudor sexual. Esta cifra apenas representa menos del 5% de los casos que efectivamente suceden. Nosotros hemos encontrado en un pequeño distrito de la selva que el reporte de denuncias representa, solamente, el 0,02%. Esto refleja que una de cada cinco mujeres ha sido víctima de violación siendo menor de 15 años", manifestó.
Por su parte, Ana María Vidal, secretaria ejecutiva adjunta de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) apuntó que Cipriani ha mostrado con sus palabras, un desprecio hacia las mujeres y sus derechos.
"No puede ser que el líder de una iglesia esté justificando la violencia contra las mujeres y, especialmente, a las niñas. Bajo ningún supuesto la víctima de una violación sexual tiene la culpa. Me parece muy grave", manifestó.
Aseveró, además, que el arzobispo de Lima -al señalar que la sociedad está conformada "solamente por hombre y mujeres"- está desconociendo las diversas identidades que existen en el mundo y que, de manera histórica, han sido violentadas y discriminadas. Y nuestro país no ha sido la excepción.
"Al hacer esta separación, lo que está haciendo también es desconocer las múltiples identidades de género y negar los crímenes de odio contra miembros de la comunidad LGTBI, a quienes se les está matando por no adaptarse a esa concepción binaria que él [el cardenal Cipriani] quiere instaurar".
En ese sentido, Vidal recordó que la igualdad de género es un derecho humano reconocido por diferentes instancias internacionales.
Debido a la gravedad de estas declaraciones, consideró que no solo la actual ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Ana María Romero, sino el gobierno en pleno de Pedro Pablo Kuczynski debería rechazar este tipo de declaraciones que exhiben "desprecio por los numerosos casos de violencia, de cualquier tipo, contra las mujeres, especialmente las más vulnerables, como las víctimas de las esterilizaciones forzadas".
¿SE PODRÍA DENUNCIAR A CIPRIANI?
Tras conocer las declaraciones de Cipriani, recordamos a nuestros lectores lo que señala el Código Penal peruano en su artículo 323:
"El que, por sí o mediante terceros, discrimina a una o más personas o grupo de personas, o incita o promueve en forma pública actos discriminatorios, por motivo racial, religioso, sexual, de factor genético, filiación, edad, discapacidad, idioma, identidad étnica y cultural, indumentaria, opinión política o de cualquier índole, o condición económica, con el objeto de anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos de la persona, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos años, ni mayor de tres o con prestación de servicios a la comunidad de sesenta a ciento veinte jornadas".
[Foto de portada: Andina]
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