El 27 de febrero del año 380 es la fecha que marcaría para siempre al catolicismo. Aquel día, el emperador romano Teodosio firmó un decreto -Cunctos populos- que convertía al cristianismo en la religión del Estado. A su vez el documento establecía la persecución a quienes practicaban cultos paganos. Con ello, el cristianismo obtenía poder político, luego de que, anteriormente, el emperador Constantino diera por terminada la persecusión contra los seguidores de Jesús, la cual todos los peruanos conocemos gracias a las películas que se programan en Semana Santa, una y otra vez, cada año. 

La Iglesia Católica no solo es una institución que congrega a millones de fieles que ven, en la figura del hijo de María y José, un modelo a seguir; también es un aparato político (no olvidemos que el Vaticano es un Estado con representación diplomática en varios países) que ha usado su influencia para causas nobles -como la lucha contra la pobreza y el respeto a los derechos humanos- pero también a favor de una agenda particular. 

Por supuesto, como en toda gran familia, existen diferencias. A raíz de la elección de Jorge Mario Bergoglio como Papa, el mundo pudo conocer, con mayor detalle, el enfrentamiento entre conservadores y progresistas. Estos últimos apuestan por cambios moderados como el respeto a la comunidad homosexual (sin llegar a aceptar el matrimonio igualitario) y la apertura del catolicismo hacia las personas de otras confesiones e incluso agnósticos. En el plano económico abogan por un sistema preocupado por el bienestar de las personas, especialmente por los más pobres.  

alan garcía le besa la mano a juan luis cipriani. la imagen dice mucho sobre el poder de la iglesia en el Perú

El conservadurismo, no obstante, aún es muy fuerte. Uno de sus principales exponentes es Juan Luis Cipriani, cardenal del Perú, quien desde el púlpito no ha dudado en exponer su agenda conservadora.

TE DEUM: ¿HOMILÍA O MENSAJE POLÍTICO?

Sentado en una silla dentro de la Catedral de Lima -que recuerda por su lujo al asiento de un rey- Cipriani se ha dado el gusto de criticar todos los planteamientos ciudadanos (nacionales e internacionales) y políticas de gobierno con los cuales no está de acuerdo. 

Durante su homilía del Te Deum del 28 de julio del 2006, el religioso tras exponer sobre la riqueza mestiza de nuestro país, decidió referirse al trabajo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CRV) -cuyo informe final se hizo público en agosto del 2003- en estos términos: 

" [...] mi rechazo a gran parte de los juicios emitidos por la CVR: por un lado, especialmente aquellos que hacen referencia a la actuación pastoral de las iglesias locales de Huancavelica, Apurímac y Ayacucho; a las que rindo mi homenaje por los durísimos años que les tocó vivir y que de una manera injusta la CVR ha enjuiciado muy negativamente; a mis hermanos de la Sierra Central, mi cercanía y apoyo".

¿A cuáles juicios hizo alusión? En base a la investigación que realizó, la CVR llamó la atención sobre el silencio que tuvieron las autoridades eclesiásticas, en las regiones que refiere el arzobispo de Lima, "frente al proceso de muerte y sufrimiento causado al pueblo por ambos bandos (Sendero Luminoso y las Fuerzas del orden)"

Como se recuerda, Cipriani fue nombrado obispo auxiliar de Ayacucho en 1988 y siete años después se convertiría en arzobispo de dicha jurisdicción. Durante su estancia en dicha región, se caracterizó por ser indiferente a las denuncias sobre violaciones de derechos humanos (DDHH). Precisamente, la CVR recuerda sus declaraciones en una entrevista concedida a El Peruano. 

"Yo creo que estos organismos [de DDHH] abusan y manipulan el concepto de derechos humanos. En segundo lugar, quien hace una denuncia debe firmarla e identificarse. Normalmente estas instituciones utilizan documentos que no tienen ni firma ni identificación de nadie. [...]. Lo que yo sostengo es que la proporción de errores o de abusos de los derechos humanos no es tal como anuncian estos organismos", dijo aquella vez. 

El cardenal, sin embargo, tiene 'otras preocupaciones' de nivel global. Durante su homilía de las fiestas patrias del 2011 (el último año del segundo gobierno de Alan García), Cipriani habla de un "crisis planetaria moral y social", que se origina en la liberación social y en la "ideología de igualdad de género". Sobre este último punto lo que, indirectamente, hizo el 'primado del Perú' fue criticar a los movimientos ciudadanos y feministas que luchan por el establecimiento de políticas públicas que defiendan sus derechos que han sido ignorados, de manera histórica, por el Estado peruano. Nos referimos a la capacidad de decidir sobre su cuerpo (en casos de embarazo por violación, por ejemplo) o el acceso gratuito a métodos anticonceptivos, como la Anticoncepción Oral de Emergencia (llamada pastilla del día siguiente), que no es accesible para las mujeres peruanas más pobres debido a una polémica decisión del Tribunal Constitucional que según denunció Demus -a través de un documental- estuvo influencia por el sector más conservador de la Iglesia Católica.

Por supuesto, no podemos olvidar otro 'de los temas preferidos' del religioso: el matrimonio entre personas del mismo sexo. El 28 de julio de 2015 manifestó: 

"Todo lo que dañe la familia tiene la desaprobación del pueblo. No aceptemos el neocolonialismo promovido por instituciones y organismos de países poderosos materialmente hablando,pero espiritualmente enfermos". 

Tras leer estas declaraciones, nos preguntamos: ¿quién le ha dado la potestad de hablar en nombre del pueblo? ¿Acaso Cipriani también representa a los peruanos que profesan otras religiones e incluso a los agnósticos ateos? Y si ahondamos más en este tema, es muy difícil pensar que todos lo católicos peruanos piensen igual que el cardenal. Más aún, si tenemos en cuenta que la fe y la educación religiosa están marcadas por la cultura y los cambios generacionales. No olvidemos tampoco -tal como mencionamos anteriormente- que existen sectores conservadores y progresistas dentro de la Iglesia. 

Volviendo a la homilía del Te Deum del año pasado, el arzobispo de Lima lamentó que la Corte Suprema de los Estados Unidos avalara el matrimonio igualitario, como tantos otros países de América y Europa, y pidió no seguir ese camino. En otras palabras, pidió a los peruanos que 'entierren la cabeza' ante la conquista de derecho civiles en diversas partes del mundo porque -según él- nos llevarán a la 'oscuridad'. 

¿QUE NOS ESPERA EN ESTAS FIESTAS PATRIAS?

Posiblemente una crítica más dura hacia la propuesta de la Unión Civil -que será promovida por el Frente Amplio y Peruanos por el Kambio (que tiene dos parlamentarios pertenecientes a la comunidad LGTBI)- disfrazada bajo el discurso de la defensa de la familia (mejor dicho de un modelo específico de familia). A manera de preámbulo, el pasado sábado, en su programa radial, volvió a criticar al llamado relativismo: 

"Si rompemos ese mínimo de acuerdo sobre unos valores previos a la política, previos a la ideología, la familia, constituida por un hombre y una mujer, complemento, no ideología de género, sino el hombre y la mujer con iguales derechos e iguales deberes, pero con unas particularidades que le viene del origen de las misma creación. ¿Cómo vamos a estar discutiendo cosas elementales?"

¿Alguna vez  tendremos un gobernante que no asista al Ted Deum, para dejar en claro que las políticas de un Estado no obedecen a un dogma sino al bienestar de sus ciudadanos?

[Imagen de portada: Canal N]

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