Más allá del anecdótico y esperamos que sugerente hecho de que el nuevo Presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, haya recibido hace un mes al Cardenal de Lima, Juan Luis Cipriani, con la misma ropa que usó para el spot con el que apoyó a la Unión Civil el año pasado, ciertas medidas protocolares en la ceremonia de su juramentación y posterior primer mensaje a la nación de hoy fueron preocupantes.
En primer lugar, vimos a Cipriani ocupando un espacio asignado al lado y en la misma fila de asientos que el nuevo gabinete ministerial. Además, se podían observar diferentes 'puntos purpuras' entre los invitados a la sede del Congreso.
De la misma forma, la Iglesia y su representante principal en el país estuvieron presentes de una manera privilegiada en las palabras de nuestro nuevo Presidente en su primer mensaje como tal. Frente a una audiencia con los mandatarios de Argentina, Chile, Colombia, México, Costa Rica, etc. Kuczynski saludó al iniciar su discurso al Cardenal antes que a las autoridades extranjeras y al mismo pueblo peruano.
Tal vez estemos pecando de desmemoriados, pero no recordamos ningún otro gobierno elegido democráticamente donde la iglesia católica y, particularmente, un representante de ella tengan una posición tan privilegiada dentro de esta ceremonia. Ni siquiera podemos hablar de alguna 'herencia colonial' para explicar esto pues PPK saludó a "Su Majestad" el Rey de España después del "pueblo peruano". ¿Por qué esta posición de poder? Sabemos que esta es una pregunta retórica pero: ¿No que eramos un Estado laico? ¿Aunque sea podríamos aparentar eso?
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