Del 7 al 18 de noviembre se llevará a cabo la vigésimo segunda reunión de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas por el Cambio Climático (COP22) en Marruecos. Luego del Acuerdo de París que se logró en la COP21 y se suscribió el pasado abril en Nueva York, la expectativa por una nueva COP no ha decaído.

En diciembre pasado, el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, nos decía que la de Marruecos será la COP de la implementación (acción) del acuerdo. Y es que se espera que sea una convención que permita ejecutar las necesidades anotadas en París, incluidos los temas de adaptación, transferencia de tecnología, mitigación, pérdidas y daños, entre otros. 

Y el marroquí Salaheddine Mezouar, presidente de la COP22, lo dijo recientemente. "Esta edición será una oportunidad para escuchar y resaltar las voces de los países más vulnerables frente a los cambios del clima, en particular los países africanos y estados insulares”. 

En efecto, uno de los objetivos es ayudar a los países en vías de desarrollo a elaborar programas contra el cambio climático, apoyar proyectos de energías renovables en África y facilitar la transferencia de tecnologías 

Marruecos está comprometido con los objetivos medioambientales mediante un esfuerzo para aumentar la contribución de las energías renovables al sector energético del país hasta 52% en el 2030

Por su parte, la ministra marroquí de Medio Ambiente, Hakima Haite, también ha destacado objetivos como convencer a los países desarrollados a revisar sus ambiciones de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero de cara al año 2020. Sin embargo, lamentó la poca importancia de los proyectos medioambientales que fueron depositados en el llamado Fondo Verde dotado de US$10.000 millones, por lo que invocó a los países a presentar sus respectivos proyectos a este fondo. 

"No es suficiente tener un acuerdo, su fuerza está en su operatividad y el nivel de compromiso de los países firmantes", subrayó Haite.

El Acuerdo de París sólo entrará en vigor cuando la hayan ratificado al menos 55 de las partes involucradas, que sumen en total el 55% de las emisiones globales. 

Marruecos, el camino hacia la acción

En una reciente conversación, Mariana Panuncio, directora de cambio climático para Latinoamérica y el Caribe de World Wildlife Fund (WWF), nos decía que luego de la suscripción del Acuerdo de París en Nueva York, urge su ratificación (en los parlamentos de cada Estado firmante) y su implementación.  

La COP22 debe definir las modalidades de ejecución, a partir del 2020, de las medidas adoptadas en París. Y la demanda reseñada líneas arriba de la ministra Haite debe tener respuesta mediante fondos para la adaptación al cambio climático, de parte de los gobiernos y del sector privado: urge que se ejecute el compromiso de los países desarrollados para proporcionar US$100 millones anuales a los países en desarrollo, así como la transferencia de tecnología y una economía baja en el precio del carbono.

Es importante mencionar que Marruecos ha afirmado su compromiso en la lucha contra el cambio climático. Al presentar su contribución nacional (INDC), se comprometió a reducir en un 13% sus emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030 o el 32% con apoyo internacional.  

Su compromiso de lucha contra el cambio climático es de larga data, no es solo una pose por asumir la presidencia de la COP22. Por ejemplo, el problema de la escasez de agua que enfrenta, Marruecos tiene desde hace más de medio siglo un gran programa de construcción de presas que ayudó a dotar al país de una infraestructura hidráulica significativa. Además llevó a cabo reformas en su Constitución para reconocer el derecho al acceso al agua y un medio ambiente saludable. Y también apuesta por las energías renovables con el objetivo de alcanzar el 52% de energía procedente de fuentes renovables en su matriz energética para el año 2030.  

Así, la COP22 se desarrollará en un país que apuesta por un desarrollo sostenible y ello puede abrir posibilidades para avanzar en la lucha contra el cambio climático, en una cruzada que siga involucrando a científicos, gobiernos, empresarios y la sociedad civil.

(Foto abridora: EFE)

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