Un comando del Estado Islámico irrumpió en una peña de aficionados del Real Madrid en la ciudad de Balad (Irak), donde se encontraban al menos 50 fanáticos, y ejecutó al menos 16 de ellos dejando heridos a otros 25. 

Según relató el presidente de la peña, Ziad Subhan, los fanáticos se encontraban en la sede del Real Madrid para ver los partidos del equipo español cuando entraron tres terroristas armados:

"Un grupo de terroristas islámicos de ISIS entró en la sede empuñando varios fusiles de asalto AK-47 y dispararon al azar a todos los que estaban allí".

Asimismo Subhan dio cuenta, cuando explicó los motivos del ataque, que a los yihadistas 'no les gusta el fútbol puesto que consideran que es antimusulmán':

"Al final, cometen atrocidades así. Estamos todos destrozados por lo que ha sucedido". 

Por su parte, las autoridades de la ciudad informaron que los terroristas huyeron y que se lanzó un operativo en su búsqueda. Uno de los atacantes, acorralado por la policía, hizo estallar un cinturón explosivo que llevaba adosado al cuerpo, causando su propia muerte, la de los agentes de seguridad y la de dos miembros de una milicia civil. 

Otro de los yihadistas fue capturado en una casa cercana por los habitantes de la localidad, que lo quemaron vivo y colgaron su cuerpo boca abajo de una farola. 

Horas después el Estado Islámico hizo público un comunicado en el que se atribuía este y otros ataques. 

El Real Madrid hizo público un documento oficial lamentando el hecho 'profundamente' y ha anunciado que mañana todos los jugadores lucirán un brazalete negro como señal de luto por las víctimas: 

"El madridismo de todo el mundo llora hoy por sus aficionados, a los que no olvidará".

Cabe indicar que Balad es una ciudad ubicada a unos 80 kilómetros de Bagdad y su población es casi completamente chiita, aunque rodeada de zonas rurales de mayoría sunita. 

Días atrás, se supo que el grupo terrorista había prohibido la venta y el uso de casacas deportivas, en especial las de equipos de fútbol internacionales, en Mosul, la capital del califato del Estado Islámico en Irak, actualmente acechada por las fuerzas kurdas e iraquíes. En compensación ordenaron a los negocios de indumentaria deportiva que vendan 'espadas y lanzas'. 

Según la prensa kurda, se trata de un nuevo giro en la vida cotidiana de las personas impuesto por las fuerzas de seguridad de los yihadistas, más conocidas como Hisba Police. La restricción fue impuesta para 'impedir una ciega imitación de los infieles occidentales'. 

(Con información de infobae.com y elperiodico.com)

(Foto de cabecera: Reuters)