Un informe divulgado por la revista alemana Der Spiegel muestra que finalmente los europeos están comprendiendo mejor la modalidad para combatir al yihadismo. Y al parecer dieron en el clavo pues los terroristas amenazaron con atacar el aeropuerto de Colonia y hasta la oficina de la canciller Ángela Merkel.

Atrás quedaron las estrategias basadas en elitismo teológico, político y multinacional que se utilizaron en la preparación y ejecución de los atentados del 11 de septiembre, con la participación de egipcios, libaneses y saudíes coordinados por medio de complejos sistemas de comunicaciones. 

En la guerra de hoy librada en las calles europeas, las hamulas ('las familias y el clan' en castellano) cumplen un papel muy importante pues que los lazos familiares vienen nutriendo e impulsando el flujo de terroristas procedentes de Europa que viajan para unirse al Estado Islámico. 

Es así que los primos convencen a sus hermanos, y los hermanos mayores alistan a los menores, quien a su vez hacen lo propio con sus amigos de la infancia. Es de esta manera que los terroristas se radicalizan en el seno familiar, adquieren entrenamiento a través de él y llevan a cabo los atentados en familia. 

Aquí algunos yihadistas conocidos que ejemplifican esta nueva teoría:

Abdelkhader y Mohamed Merah, ambos implicados en los ataques de Toulouse del 2012; Tamerlán y Dzhojar Tsarnaev, responsables de las bombas de la maratón de Boston en el 2013; Sharif y Said Kouachi, atacantes de Charlie Hebdo en el 2015; Salah y Brahim Abdeslam, autores de la matanza del 13 de noviembre pasado en París; y Khalid e Ibrahim al-Bakraui, responsables de los crímenes en el aeropuerto y metro de Bruselas.

Todos tiene dos cosas en común: ser jóvenes que nacieron y crecieron en sociedades occidentales abiertas y ser familiares (hermanos o primos). Estas dos características confirman lo que en el mundo árabe se llama 'el terror de la hamula'. 

Y es que cuando los yihadistas regresan al territorio europeo después de enrolarse en la organización terrorista, la familia tiende a convertirse en la base de las células terroristas alrededor de las cuales se planifican y ejecutan los atentados. En torno al tema, las agencias de seguridad descubrieron que en el caso de Abdeslam, la familia fue el lugar de cobijo y escondite de los asesinos después de perpetrar sus crímenes. 

Las autoridades tienen grandes limitaciones para detectar a tiempo este tipo de células formadas por amigos, primos y hermanos que han crecido y se han educado juntos. Y es que no solo la familia acoge a los criminales buscados por la justicia, sino que también las comunidades en las que la familia está inserta les dan su amparo ya sea por indiferencia, complicidad o miedo. En todo caso, la explosión demográfica en estos lugares, como producto de la alta natalidad y del desorden migratorio, agrava aún más los problemas. Un caso muy representativo es el del barrio de Molenbeek.

En ese sentido, muchos han culpado a las agencias de seguridad belgas de haber fallado en conocer que Salah Abdeslam vivió durante varios meses con familiares y amigos en Bruselas sin ser detenido. Otros consideran injusta esta crítica pues dicen que hay un factor importante que no han tomado en cuenta: varios barrios escapan al control de Estado y de las autoridades.

Y no solo se trata de Molenbeek, sino que los hermanos Kouachi y los hermanos Merah venían de barrios parecidos de París y Toulouse. Y es que en Francia, Bélgica o Gran Bretaña han aparecido agujeros negros del Estado donde el islamismo se ha fortalecido por medio de redes familiares.

La hamula y el ejemplo de los jóvenes

Los yihadistas que vuelven del combate en Siria se convierten en héroes de la calle. Es así que para los jóvenes migrantes de tercera generación, los abuelos no son un ejemplo de vida, sino más bien los combatients que regresan de Oriente Medio envueltos en el aura de una guerra santa con historias de crímenes como bastión. 

Frente a ello, ni la familia más ejemplar puede evitar que los hijos o hermanos tomen el camino del terrorismo.

(Con información de infobae.com)

(Foto de cabecera: telemundo.com)