El grupo de arte Íntegro se ha pasado las últimas tres décadas proponiendo puestas en escena que escapan a las definiciones tradicionales de teatro y danza: superponiendo coreografía, texto, proyecciones y música, sus iniciativas son una especie de amalgama en la que cada elemento tiene un efecto envolvente sobre el espectador. Oscar Naters y Ana Zavala, fundadores y miembros principales de Íntegro, describen el proyecto más reciente del grupo como “una propuesta que va entre las fronteras entre las artes plásticas, musicales o escénicas, tratando de plantear al espectador una experiencia sensorial sinestésica que pueda llevarlo a otro estado”.
Puesta en escena por primera vez durante la edición de 2014 del Festival de Artes Escénicas de Lima gracias a la convocatoria para obras de gran formato, Ino Moxo regresa este abril para diez funciones en el Teatro del Británico, en Miraflores. Se trata de una adaptación o, más bien, una inspiración a partir de la novela Las tres mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonía, del poeta peruano César Calvo.
“Para pensar la estructura, en vez de tomar la novela misma para trabajar con capítulos y hacer una obra de teatro, hemos creado de una forma casi musical a partir de los ritmos, los tonos que también pueden ser pictóricos”, afirma Naters. “La obra se acerca más a un tratamiento rítmico o poético de la novela que a una narrativa.”
Así, aunque en Ino Moxo aparecen ciertos elementos que se pueden relacionar con personajes y escenas de la obra de Calvo, lo que hacen los artistas de Íntegro es imitar la búsqueda espiritual y física de los personajes de la novela. En Las tres mitades de Ino Moxo…, dos hombres se internan en la selva amazónica para buscar a un líder blanco que fue secuestrado durante la infancia por una tribu. Durante la búsqueda, los dos primos conocen a otros brujos que les dan indicaciones para encontrar a Ino Moxo mientras ambos empiezan a internarse en la Amazonía de una manera similar que Marlow, el protagonista de El corazón de las tinieblas: persiguiendo a un hombre occidental que, cada vez está más claro, se ha convertido ya en un hombre de la selva.
De esta trama, Naters y Zavala han mantenido solamente la esencia: Ino Moxo se trata de buscar y reconocer una sabiduría natural a la que solo tenemos acceso mediante el conocimiento y uso de plantas como el ayahuasca. “La obra está planteada como entrando a visiones de lo que la planta te muestra cuando estás en ceremonias de curación”, afirma Zavala. Para Naters, “La resonancia precisa entre todas las partes permite que la contemplación que tiene el espectador pueda convertirse en una experiencia muy intensa y real”.
Se explica, entonces, que Íntegro se resista a formular sus proyectos como obras de teatro o como danza en términos tradicionales: la estructura racional de un diálogo entre actores no permitiría que Ino Moxo se convierta, para el espectador, en un viaje similar al que viven sus personajes, tanto en la puesta en escena como en la novela. “De alguna manera, impedir el razonamiento que te dan las palabras permite una catarsis tremenda”, ensaya Naters. “Algo se mueve internamente y hace que sea más claro el razonamiento de lo que se ha producido en el cuerpo. Muchas veces eso no sucede, estamos desconectados del cuerpo”.
La experiencia de conexión con el cuerpo de la que habla Naters tiene, además, una dimensión política. En el contexto de un país como el Perú, cuyas políticas extractivistas son indiferentes ante cualquier lógica que escape de la exclusivamente pragmática, Íntegro aborda la obra de Calvo “por el lado de la madre tierra que es violentada, extraída”, según Zavala. Así se entiende, además, la decisión de poner a tres mujeres en escena, con solo un hombre actor y otro cantante. Aunque no se trate directamente el tema del género, Ino Moxo incorpora en su viaje elementos de los retos que el mundo contemporáneo le plantea a la Amazonía y pretende recuperar una cosmovisión en que el mundo femenino tiene que ver con la creación, la diversidad y la diversidad.
Una apertura ante el mundo de Ino Moxo como es representado con Íntegro, para Zavala, puede permitir una nueva conexión “con las cosas que a uno lo transforman en un ser humano mejor. Lo que tratamos de hacer es ir en contra de la banalidad de los medios de comunicación, que hacen cada vez más difícil que uno se estime, se pregunte y contemple”. Para el espectador atento, Ino Moxo será una exploración de aristas múltiples: de las artes escénicas, de los mundos amazónicos y del contacto con el propio cuerpo. Como la definen sus creadores y ejecutores Naters y Zavala: una experiencia.
Ino Moxo, del grupo de arte Íntegro, se presenta del 31 de marzo al 11 de abril, de jueves a lunes, a las 8 pm, en el Teatro Británico (Jr. Bellavista 527 - Miraflores).
Entradas en Teleticket y en la boletería del teatro.
Dirección general: Oscar Naters
Performers: Ana Zavala, Marisol Otero, Francesca Sissa, Rawa, Gonzalo del Águila y Mbock Gabriel.
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