Después de que el Papa Francisco arribara a la ciudad de Morelia, la capital de Michoacán, un lugar azotado por la violencia y el tráfico de drogas, realizó una misa en donde les pidió a los sacerdotes y monjas que no se paralicen ni se resignen ante el narcotráfico y sangrienta tensión que se vive en el estado. 

"¿Qué tentación nos puede venir de ambientes muchas veces dominados por la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas, el desprecio por la dignidad de la persona, la indiferencia ante el sufrimiento y la precariedad?".

Y el mismo se contestó diciendo que esta tentación puede presentarse como una 'resignación' que 'nos paraliza y nos impide no solo caminar, sino también hacer camino'. 

Es así que pidió hacerle frente a la violencia y seguir el ejemplo de otros como Vasco de Quiroga, un obispo español que durante el siglo XVI enfrentó las injusticias que vivían los indígenas. 

Cabe indicar que la llegada del Papa a la capital de Michoacán es vista como un gesto hacia el arzobispo de Morelia, el monseñor Alberto Suárez Inda, el único cardenal mexicano nombrado por Francisco y quien, al igual que el Papa, ha hecho un llamado a la iglesia para dejar de lado sus comodidades y convertirse realmente en 'pastores de ovejas', acompañando a su gente en los momentos más duros por los que atraviesa el país. 

El recibimiento

Francisco fue recibido por monjas, sacerdotes y seminaristas. Y todos ellos no paraban de cantar y bailar hasta el momento en el que el Papa llegó al estadio con Suárez Inda. En ese sentido, el padre Leopoldo Sánchez, el vicario de pastoral y la mano derecha de Suárez, dijo:

"Él comparte las exigencias del Papa de alejarse de una mirada adormecida. Es un hombre crítico pero que puede dar respuestas.  Tiene la habilidad para tender puentes y relacionarse de igual forma con el gobierno y con los indígenas".

Michoacán

La violencia está muy presente en este estado mexicano. Y es que Michoacán es la cuna de sanguinarios cárteles y un importante centro de distribución de drogas. Por muchos años, el lugar estuvo dominado por el cartel de la Familia y luego por el de Los Caballeros Templarios. 

Es así que hartos de la violencia de los últimos años, los habitantes de Michoacán se armaron en el 2013 y crearon grupos de autodefensa para hacerle frente a los narcotraficantes. 

Sin embargo, este movimiento, que en un inicio fue aplaudido por la población, extendió más violencia por decenas de municipios e inclusive terminó dividido y penetrado por algunos de los capos de la drogas que combatía. 

En ese sentido, José Luis López, un hojalatero de 43 años, dicce de manera pesimista:

"Nunca va a haber paz en Morelia aunque venga el papa o quien sea, porque estamos en manos de la mafia, desde la policía a los políticos".

Cabe indicar que luego del surgimiento de las autodefensas, las autoridades federales iniciaron una nueva ofensiva contra Los Caballeros Templarios. Es así que capturaron y mataron a sus principales líderes. Además, también fueron detenidos varios funcionarios estatales y municipales que trabajaban para la organización delictiva. Al respecto, López detalla:

"La situación ahora se calmó un poco en los últimos meses pero los problemas siguen intactos" Las supuestas autodefensas que vinieron a defendernos resultaron tan mafiosos".

(Con información de infobae)

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