Después del deshielo diplomático entre Cuba y Estados Unidos, y la consecuente apertura de la isla a cuestiones tecnológicas y económicas, como por ejemplo el acceso al internet o la televisión pagada por cable, el 5 de noviembre pasado el gobierno de los Castro autorizó la instalación de una compañía estadounidense con sede en Alabama en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM).
Y ahora, más de tres meses después, Barack Obama aprobó la puesta en funcionamiento la compañía, la primera en más de medio siglo en la isla, es decir desde 1959.
Es así que ya se planea empezar los trabajos de construcción de la planta que tendrá como objetivo ensamblar hasta 1.000 tractores pequeños al año, para su venta a los agricultores independientes del país.
La empresa podrá fabricar de manera legal tractores y otro tipo de equipo pesado en una zona económica especial habilitada por el estado cubano (ZEDM) para atraer la inversión extranjera, así lo informó durante la semana pasada el Departamento del Tesoro a los socios de la compañía, Horace Clemmons y Saul Berenthal.
Es de esta manera, que con la venia de los Estados Unidos y del gobierno de Cuba, los inversionistas esperan poner en marcha su producción de tractores para el primer trimestre del 2017. En ese sentido, Horace Clemmons, apuntó:
"Todo el mundo quiere ir a Cuba a vender algo, pero nosotros no intentamos hacer eso. Estudiamos el problema y cómo ayudar a Cuba a resolver los problemas que ellos consideran que son los más importantes de resolver. Creemos que ambos ganaremos a largo plazo si hacemos cosas que son beneficiosas para ambos países".
Esta planta, que tiene un valor de entre 5 y 10 millones de dólares, sería la primera inversión corporativa significativa de una empresa norteamericana en Cuba desde que Fidel asumió el poder el 1959 y nacionalizó miles de millones de dólares de propiedad privada y corporativa estadounidense.
Esta incautación provocó el embargo estadounidense sobre la isla, el mismo que prohibió casi todas las formas de comercio y que multó a aquellas compañías no estadounidenses con millones de dólares si hacían negocios con el país de los Castro.
Es de esta manera que el hecho de que una empresa estadounidense de tractores opere en instalaciones del gobierno cubano hubiera sido impensable antes de que los actuales presidentes: Barack Obama y Raúl Castro, declararan el 17 de diciembre del 2014 que restaurarían las relaciones diplomáticas y que tomarían las medidas necesarias para normalizar el comercio, los viajes, y otros aspectos de los lazos bilaterales que estuvieron rotos por muchos años.
Es desde ese momento que Obama introdujo varias excepciones en el embargo por medio de acciones ejecutivas, unas cláusulas que permiten la manufactura estadounidense en el puerto de Mariel y una zona económica ubicada a unos 50 kilómetros al oeste de La Habana. Esta excepción permite a las compañías estadounidenses exportar productos que llegarán a beneficiar a los agricultores particulares o de cooperativas de Cuba.
Cabe indicar que Berenthal y Clemmons dijeron que solo venderán al sector privado.
Otras aperturas
Cuba anunció el enero pasado que este año aumentará a más del doble el número de puntos de acceso público WiFi y que llevará internet de banda ancha a un reducido número de viviendas, algo que a la fecha es ilegal en la isla.
Por otro lado, el ministro cubano de Transportes y secretario estadounidense de Transportes anunciaron que tienen previsto firmar un acuerdo que permita los primeros vuelos comerciales regulares entre ambas naciones, suspendidos poco después de la revolución de 1959.
Oggun
La planta de tractores de Oggun, que lleva el nombre de un dios de la Santería afrocubana, ensamblará piezas disponibles de forma comercial para construir un tractor de 25 caballos, duradero y de mantenimiento sencillo. Este se venderá por menos de 10.000 dólares, según Clemmons y Berenthal.
Ambos empresarios esperan vender cientos de tractores al año a los agricultores que cuenten con financiamiento de parientes fuera del país o de ONG que intenten ayudar a la agricultura cubana, la misma que viene sufriendo una baja en su productividad debido al control excesivo de suministros básicos y de los precios por parte de una ineficaz burocracia estatal. En ese sentido, Berenthal, un ingeniero de software que nació en Cuba y dejó el país a los 16 años, dijo:
"Tengo dos países que durante 60 años han estado en los peores términos. Cualquier cosa que pueda hacer para acercar a los dos países y a los dos pueblos es tremendamente satisfactorio".
Cabe indicar que Berenthal conoció a Clemmons cuando ambos trabajaron en IBM en 1970. Los dos dejaron la compañía para desarrollar una exitosa empresa de software para máquinas registradoras que llegó a ganar 30 millones de dólares al año. Luego la vendieron en 1995 por un monto que Clemmons calificó como 'suficiente para que no tenga que trabajar'.
Es así que ambos dicen tener, entre su propio capital y con las aportaciones de los inversionistas privados, el suficiente efectivo para construir la fábrica.
Asimismo, se muestran optimistas sobre la alternativa de que también puedan exportar los tractores a otros países latinoamericanos que no tienen ningún arancel sobre productos cubanos, lo que los hará competitivos en el precio. Es así que esperan obtener un beneficio de entre el 10 y el 20% por cada tractor.
En ese sentido, indicaron que en los primeros tres años, exportarían piezas de Estados Unidos para ensamblarlas en Cuba. Sin embargo, esperan empezar a fabricar muchas de las piezas en la isla. Entre sus planes está empezar con 30 obreros cubanos, y si todo va bien, en cinco años tener 300.
Clemmons y Berenthal difundirán los planos de todos sus tractores por Internet para permitir que los cubanos puedan reparar sus equipos con mayor facilidad e idear diseños para otros equipos basados en el mismo chasis y motor.
Sin embargo, ahora sus planes se enfocan en producir excavadoras, retroexcavadoras, perforadoras, montacargas, unos equipos de mucho valor en Cuba donde la mayoría de la infraestructura se desmorona después de años de abandono y mala gestión. Es así que Berenthal concluye:
"Creo que tendremos un impacto tremendo en su capacidad no sólo de ayudar a su economía, sino de ser un ejemplo en el Caribe y América Latina".
(Con información de EFE e infobae.com)
(Foto de cabecera: cartasdesdecuba.com)
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