En 1995, David Bowie llamó personalmente a la bajista y cantante Gail Ann Dorsey para pedirle que toque en su banda durante la gira que hizo con Nine Inch Nails. Desde entonces, Dorsey participó en la mayor parte de proyectos del músico más influyente de los últimos cincuenta años, desde el álbum Earthling (1997) hasta The Next Day (2013), pasando por la gigantesca gira Reality, que culminó con una de las últimas presentaciones en vivo de Bowie, Dorsey fue su colega, amiga y admiradora.
Una semana después de la sorpresiva muerte de David Bowie, la revista Rolling Stone habló por teléfono con Dorsey para saber cómo era esta leyenda viviente en la vida real y cómo fueron las experiencias con la delicada salud del cantante.
A continuación, lee algunos extractos que hemos traducido de la entrevista en inglés, que puedes encontrar completa en este enlace.
Rolling Stone: ¿Cómo era Bowie en ese momento? ¿Cómo se comparaba con la imagen que te hacías de él en tu cabeza?
Gail Ann Dorsey: Supongo que era más normal. Obviamente su imagen era que sería un tipo raro que se vestía gracioso. Todos habíamos visto los personajes que había representado durante los años. Pero creo que lo que era interesante es que era un verdadero caballero. Nada en él era espectacular u ostentoso o desorbitado. Era muy normal. Era solo que todo lo que había alrededor suyo era inmenso, pero él solo era un hombre muy, muy cortés.
También es muy, muy inteligente. Suponía que lo podía ser, pero era mucho más inteligente de lo que imaginaba. Muy intelectual y un lector voraz, siempre leyendo. Retenía muy bien información. No sé cómo recordaba todas esas cosas, especialmente después de años de tomar y hacer drogas y otras cosas que solía hacer. En algún momento me dijo que le alegraba que yo no lo hubiese conocido en esa época. Puede haber sido muy distinto en ese entonces. No sé qué estaba haciendo, pero durante el tiempo que lo conocí estaba muy sobrio y muy concentrado. También era muy gracioso. Tenía un sentido del humor increíble, muy listo y rápido. Podría haber sido comediante.
RS: La gira Reality de 2003 y 2004 fue increíblemente larga, con 112 conciertos. ¿Cómo fue esa experiencia?
GAD: Increíble. Tuve la oportunidad de oírlo luego cuando lanzaron el CD (en 2010). Él no hizo nada de prensa para eso. Lo recuerdo diciendo “ustedes hagan la prensa, yo no necesito hablar de eso de nuevo”. Cuando oímos la música antes de las entrevistas todo regresó. Era uno de los proyectos más especiales en los que he estado involucrada. Estaba todo el arreglo del escenario, la ropa, la riqueza del material que cubrimos. Aprendimos unas 80 canciones y ensayamos por tres meses enteros para llevar todas esas canciones bajo el brazo.
Él odiaba estar aburrido, no le gustaba tocar la misma canción una y otra vez, así que era importante que aprendiésemos tantas cosas como podíamos e incluso algunas nuevas en las pruebas de sonido en el camino.
RS: Eso fue nuevo en él. La mayor parte de giras anteriores a esa tenían listas de canciones más o menos rígidas, pero en esta sacaron cosas como “The Bewlay Brothers” de la nada algunas noches. Tenían que estar listos para todo.
GAD: Exacto. Esa es toda mi experiencia con él en dos palabras. Era un mentor increíble. Me siento muy privilegiada de haber tenido esta oportunidad de aprender sobre la música y ser profesional y estirarme y hacer cosas que creía que no podía hacer, como “Under Pressure”. Yo le dije “no hay forma de que pueda cantar y tocar eso, ¿es broma?”. Y él dijo “te doy dos semanas”. Se fue de la habitación y yo tuve que arreglármelas.
Esto fue muy temprano durante la gira con Nine Inch Nails. Nos volvimos mejores en eso durante los años siguientes. Empezó con él preguntándome si había visto cómo lo hizo con Annie Lennox en el tributo a Freddie Mercury. Yo dije “sí, claro, todo el mundo vio eso”. Él dijo “tengo una cinta con eso, escúchala y quizá podemos hacer nuestra propia versión”. Yo dije “¿alguien más va a tocar el bajo mientras canto?”. Fue emocional para mí porque Queen es mi banda favorita de todos los tiempos. Cada noche antes de cantar esa canción solía mirar hacia arriba, a las luces, y enviarle una oración a Freddie. Decía “espero hacerte justicia, Freddie”.
Es emocional para mí en estos días recordar esa época. He crecido muchísimo gracias a él. Le debo tanto como músico. Todo esto cambió mi vida por completo.
…
RS: ¿Recuerdas el penúltimo concierto en la República Checa cuando se fue del escenario y estuvo fuera durante algunas canciones?
GAD: Muy bien. Es probablemente el que recuerdo mejor. Recuerdo que estuvo enfermo en el escenario. El local estaba muy, muy caliente. Se sentía como un gran club. Tenía el techo muy bajo y era una sala larga, rectangular, no muy ancha y con gente hasta el fondo. Recuerdo que me sentí claustrofóbica. Hacía mucho calor con toda esa gente apiñada con las luces y todo. Pensé “dios, va a ser una noche difícil. No hay aire, es asfixiante”.
No recuerdo a cuántas canciones llegamos, pero recuerdo que estábamos tocando la canción “Reality”. Se suponía que cante hasta el mismo final de la canción, y no lo estaba haciendo. o lo estaba observando desde atrás. Todo el mundo estaba mojado porque hacía mucho calor ahí, pero su camisa estaba empapada. Estaba empapado y sostenía el micrófono con su mano izquierda estirada. Estaba parado ahí en una pose, pero sin cantar. Recuerdo preguntarme por qué no estaba cantando la última parte.
Después miró hacia atrás hacia mí y estaba blanco, pálido, casi traslúcido. Sus ojos estaban muy abiertos y tenía dificultad para respirar. Luego recuerdo mirar al público y ver que sus expresiones en la fila de adelante habían cambiado mientras lo veían. Pasaron de alegría y baile a verse algo preocupados. En ese momento, su guardaespaldas y ayudante vio lo mismo. Corrió al escenario y se lo llevó.
Nosotros seguimos tocando. Alguien gritó que tocásemos “Be My Wife” y Cat Russell se encargó de la voz principal. Después tocamos una instrumental de Low (“A New Career in a New Town”). Después de eso, solo nos quedamos ahí parados como “¿qué hacemos? ¿dónde está? ¿qué pasó?”. Nos sacaron del escenario a un área de espera, algo como una cafetería. No era el vestuario porque lo tenían ahí y estaba cerrado.
Estuvimos ahí sentados por unos treinta minutos, si recuerdo bien, y luego nos dijeron que volvería a subir. Aun no sabíamos qué había pasado aparte de que no podía respirar. Volvimos a subir y tocamos un par de canciones más. Pidió una silla para sentarse. Él odiaba cancelar conciertos. Había noches en que estaba tan enfermo que tenía un balde al lado del escenario al que iba entre canciones para vomitar, pero nunca quería cancelar nada. Y no supimos que había tenido un paro cardiaco hasta unos cuatro o cinco días después.
RS: Cierto. Incluso tuvieron un concierto más después de eso.
GAD: Creo que tuvimos el siguiente día libre. Fuimos de Praga a Hamburgo, en Alemania. Fue al doctor antes del concierto y le dieron analgésicos o relajantes musculares o algo así. El dolor venía de su hombro izquierdo y él estaba esperando para tener una cirugía en la articulación, así que asumió que se trataba de eso. Era de un antiguo accidente de ski. Le dieron una inyección de cortisona y cuando la gira terminó se la iba a operar finalmente. No pensaron que era una cuestión del corazón.
El concierto en Hamburgo era en un festival, así que era un set más corto. Recuerdo bajar las escaleras detrás suyo cuando terminamos. Cuando llegamos al final, colapsó. Estaba tan cansado y enfermo. Lo llevaron corriendo al hospital y nos sentamos y esperamos en Hamburgo por unos días, y ese fue el fin. El último concierto.
...
RS: Debe ser increíble pensar cuánto cambió tu vida. Probablemente no estarías en la banda de Lenny Kravitz…
GAD: Tantas cosas en mi vida no habrían sucedido. No sé dónde estaría yo ahora, pero él alteró el curso de mi vida por completo y sin ayuda de nadie.
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