La izquierda peruana debería haber un balance histórico y discutir su relación con los movimientos sociales, señala el sociólogo Sinesio López.
El miembro de Ciudadanos por el Cambio, agrupación que acompañó en un inicio al gobierno de Ollanta Humala, respondió a las críticas que recibió en redes sociales luego de publicar una columna titulada "Traiciones y explicaciones", en la que señalaba que las acusaciones contra Susana Villarán o Vladimiro Huaroc por traición a sus supuestos principios izquierdistas carecía de un elemento importante: que las izquierdas rechazaban a políticos como estos porque no compartían "los principios de sus pequeñas capillas".
En un texto publicado en Facebook, López reconoce que "es muy difícil discutir en las redes". "Se dicen tantas generalidades y barbaridades impunemente que impiden un razonamiento esclarecedor", señala.
A continuación, compartimos los apuntes del exasesor de la Presidencia del Consejo de Ministros sobre lo que hace falta para la unidad de la izquierda peruana:
En primer lugar, yo discuto y no insulto a nadie, menos a personas que están en el campo del pueblo.
En segundo lugar, veo que se necesita un balance histórico -no maniqueo- de la izquierda peruana, de su diversidad, de sus concepciones ideológicas y de sus apuestas, de sus luchas, de sus relaciones complejas con el movimiento social, de sus aciertos y sus errores, de sus éxitos y sus fracasos. Ese balance permitiría entendernos a todos dentro de un mismo proceso histórico y político y dentro de un mismo esfuerzo de construcción de un actor político, capaz de enfrentar y derrotar a un enemigo común. Ese balance permitiría a los recientes grupos políticos que han salido de rupturas con actores más antiguos a no verse pretenciosamente como la ultima coca cola en el desierto. Su sicología es típica de todo grupo rupturista del pasado: negar al padre para afirmar su propia identidad. El resultado de eso es la mayor fragmentación y polarización de la izquierda.
En tercer lugar, hay que discutir los grandes cambios en los movimientos sociales y su relación compleja con las izquierdas. Los movimientos sociales no tienen dueño. Nadie los puede maniatar ni desatar. Ellos definen a los políticos como sus colaboradores. No son ideológicos, son pragmáticos. Mientras les sirvas estarán contigo, si ya no les eres útil te despiden. Ellos cambian. El gran cambio en los movimientos sociales ha sido la diferencia -casi ruptura- entre modernidad y post modernidad que dio origen a los nuevos movimientos sociales.
En cuarto lugar, tenemos que discutir el mundo globalizado, sus características (dominio del capital financiero, la destrucción capitalista del medio ambiente, la revolución científica tecnológica y la revolución de las comunicaciones), los desafíos que nos plantea (la competitividad a nivel global, la defensa de la naturaleza y del medio ambiente, la profundización de la democracia y la lucha contra la desigualdad).
Una clara visión de todo esto no nos debiera separar sino unir para librar las mismas batallas contra los mismos enemigos. Saludos a todos y felices fiestas. Un gran abrazo fraterno.
(Foto de portada: La República)
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