Hace 200 años un grupo de hombres dirigidos por uno de los primeros dirigentes de Arabia Saudita instauró un nuevo movimiento religioso denominado 'wahabismo'.
Y sobre este, el temido Estado Islámico ha basado su ideología de terror.
El wahabismo
Se trata de una variante muy estricta y conservadora del islamismo que, en la actualidad, es la religión oficial de Arabia Saudita.
Al respecto, el profesor Bernard Haykel, especialista en teología y ley islámica, refirió:
"El wahabismo siempre ha sido descrito popularmente como la madre de todos los movimientos fundamentalistas. Pero para encontrar la inspiración idelogógica de estos movimientos hay que remontarse al salafismo yihadista".
Y es que el salafismo, que data del siglo XIX, es una corriente teológica muy antigua dentro del islam y muy literal que tiende a condenar a los musulmanes que no profesan su ideología.
Uno de sus personajes más recordados fue un hombre llamado Muhammad ibn Abd al Wahhab, un predicador nacido en 1703 en lugar recóndito de la Península Arábiga. Al respecto, Haykel refiere:
"Él creía que los musulmanes se habían desviado del verdadero mensaje del islam. Se sentía horrorizado por lo que veía en la Meca, el lugar sagrado para los musulmanes, con los nobles vestidos de forma extravagante, fumando hachís y escuchando música".
Es así que Al Wahhab quería purificar al islam utilizando los principios básicos de su fe. Poco a poco sus ideas fueron extendiéndose y cobrando importancia.
Sin embargo, no todos estaban de acuerdo con él, y finalmente fue expulsado de su pueblo. Pese a ello, encontró un lugar donde quedarse pues un hombre llamado Muhammad ibn Saud le ofreció refugio en su hogar. Era el líder de su pueblo.
Ambos pactaron un acuerdo en 1744.
Con esta alianza sentaron las bases para formar el wahabismo: Ibn Saud se comprometió a apoyar a Al Wahhab política y militarmente y a cambio, este último le daría legitimidad religiosa.
Y es que la política y la religión son una combinación explosiva.
Juntos tomaron el control de varias ciudades y mientras Ibn Saud gobernaba, al Wahhab predicaba y ponía en vigor todo aquello que creía correcto según las prácticas del islam.
Es así que justificó la yihad (guerra santa) contra los no creyentes, e incluso contra los musulmanes que no seguían su versión de la fe.
En ese línea, el especialista detalló:
"Tenían listas de todos los congregantes y así se aseguraban de que todos acudían a la mezquita cinco veces al día a orar. Era una imposición de la fe que aplicaban casi como justicieros, una versión intolerante de la fe que en el islam tradicional no existe".
A finales del siglo XVIII ya contaban con el control de casi toda la Península Arábiga. Es así que desde ese entonces quedó establecida la unión oficial entre Arabia Saudita y el wahabismo.
El wahabismo hoy
En la actualidad hay un gran debate en torno a si Al Wahhab propugnó la violencia en sus enseñanzas o si sus ideas fueron manipuladas por Ibn Saud o por sus partidarios.
Al respecto, la profesora saudica de Antropología y Religión en la London School of Economics, Madawi al Rasheed refirió:
"Con el acuerdo, se les dio a los wahabistas control total de la vida social y cultural del reino, lo que significaba que tendrían el control de la educación y del sistema judicial. Por su parte, la familia al Saud tendría control total de las relaciones internacionales y del manejo de la economía".
A parti de ese momento los clérigos wahabistas tenían la obligación de predicar a los ciudadanos sauditas que obedecieran a sus gobernantes. Esto le aseguraba la satisfacción a nivel doméstico para los al Saud.
Es así que cada vez que el gobierno quería hacer un cambio en el país, debía consultar con los religiosos.
Esta costumbre ha traído importantes consecuencias tanto para Arabia Saudita como para los musulmanes en todo el globo. Al respecto, Al Rasheed explica:
"En los 1960 y 1970, comenzaron a surgir muchas ideas revolucionarias en el mundo árabe y para protegerse de estas ideas los dirigentes sauditas pensaron que los wahabistas eran un buen antídoto, porque ofrecían una narrativa alternativa sobre cómo obedecer a los dirigentes sin interferir en la política".
Teniendo en cuenta ello, los gobernantes sauditas decidieron invertir millones de dólares en campañas educativas, en la construcción de mezquitas, en imprimir millones de ejemplares del Corán para distribuir gratuitamente y finalmente fundaron la Universidad de Al Madinah para que los estudiantes becados de todo el mundo pudieran estudiar religión y luego volver a sus países para predicarla.
¿El objetivo? Difundir el wahabismo por todo el mundo.
Sin embargo, hay muchos que creen que exportar el wahabismo saudita ayudó a conseguir reclutas para estado islámico. Es así que al Rasheed asegura:
"Lo que vimos fue la propagación de un lenguaje revolucionario que ha inspirado a algunos individuos a cometer atrocidades en nombre del islam. Cuando Afganistán fue invadido por la Unión Soviética, el wahabismo fue utilizado por el régimen saudita para inspirar a los jóvenes a ir a luchar la yihad a Afganistán contra los infieles soviéticos".
Es más se dijo que los sauditas pagaron importantes sumas para enviar a miles de jóvenes a pelear en Afganistán. Uno de ellos era Osama bin Laden.
Las otras influencias
A pesar de ello, la profesora afirma que es un error ver al wahabismo como la única influencia del Estado Islámico. Y es que en el siglo XX hubieron otras agrupaciones políticas en las que también se basó la organización extremista:
"Se benefició con la llegada de los Hermanos Musulmanes, que habían sido exiliados de Egipto, Siria e Irak, en los 50 y 60, y que fueron bien recibidos en Arabia Saudita. Muchos de ellos se convirtieron en profesores de religión".
Según ella, esta fusión con las capacidades de organización de los movimientos islamistas condujo a lo que se llamó 'el despertar islámico'.
Esta nueva tendencia de los últimos 30 años ha cambiado la visión de varios clérigos musulmanes. Es así que Aimen Dean, un exmiembro de Al Qaeda en Afganistán quien después se convirtió en espía para los servicios de inteligencia de Reino Unido, refirió:
"Esto se debió a la globalización. Porque muchos clérigos tenían problemas con lo que veían como la expansión de la cultura estadounidense, con sus películas de Hollywood y sus televisiones de satélite".
Es así que respondieron a ello con métodos basados en el miedo y propagando el 'temor de Dios' en la mentalidad de los jóvenes musulmanes para evitar que se pierdan en las ideas occidentales.
De esta manera se produjo una generación de personas con mucha culpa que aún piensan que deben redimirse. Aimen Dean dice al respecto:
"Muchos de estos jóvenes quedaron muy vulnerables ante grupos como Estado Islámico o Al Qaeda, que les ofrecían algo que nunca antes nadie les había ofrecido: absolución total".
Y es que según el islam, la recompensa a cambio del martirio es la absolución total.
Sin embargo, Dean dice que esta culpa no es suficiente para convertir a una persona en un extremista violento. Se trata solo de la primera pase del largo proceso:
"Se necesita perder todo sentido de identidad, además de la fe, y después identificarte con los mártires del Corán que fueron perseguidos. Así se llega al destino final de este viaje".
Según el excombatiente es en ese momento donde se empieza a pertenecer a la oscura ideología del Estado Islámico, una secta donde se reza, se ayuda y no se duda ni un segundo para quitarle la vida al enemigo.
(Foto de cabecera: arabia.watch)
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