“Con el espacio aún vacío, nosotros construimos castillos en el aire”, decía el curador Jorge Villacorta hace unos meses al explicar el trabajo curatorial que durante dos años había planeado el equipo encargado del proyecto de la muestra permanente del Lugar de la Memoria, La Tolerancia y la Inclusión Social (LUM). Esta semana todo ese trabajo se ha hecho realidad. Los tres pisos destinados a la exposición, vacíos durante casi año y medio desde la culminación de la construcción del edificio, por fin son ocupadas para que puedan ser recorridos desde este viernes 18.  

La primera imagen es una mujer ejerciendo su voto en Chuschi el 17 de mayo de 1980. La fotografía, más allá de hacer referencia a la quema de ánforas con la que Sendero Luminoso dio inicio a “la lucha armada”, sintetiza la propuesta de la muestra: “una reflexión sobre la institucionalidad, la democracia y la ciudadanía”, explica el historiador Ponciano del Pino, uno de los seis miembros del equipo curatorial, en medio aún de un olor a pintura y sonidos de paredes siendo perforadas. “Lo que esa historia nos ofrece es algo que va mucho más allá. En 1978 la Asamblea Constituyente da por primera vez el derecho al voto a las poblaciones analfabetas, en las que primaba la población andina, indígena, pero sobre todo las mujeres. Esta foto condensa el proceso de democratización contra el cual Sendero inició su lucha”.

Lecturas cruzadas

foto: raúl garcía / lamula.pe

La propuesta actual tiene como ejes centrales los conceptos de Ciudadanía, Educación y Democracia. Definir esas prioridades requirió más de ochenta reuniones. “El equipo siempre apostó para que los temas no se abordaran como compartimentos estancos, sino que sean transversales. Los parámetros iniciales propuestos por la Comisión de Alto Nivel (CAN) parecían rígidos pero se ha tratado de dar vuelta a los temas para hacer una muestra compleja con lecturas cruzadas”, explica la artista Eliana Otta. Como ejemplos de ello están el pasadizo dedicado a la precariedad y los retos de la educación que acompaña toda la muestra del primer nivel, el caso de la matanza de los periodistas en Uchuraccay que se amplia hasta la consolidación de la comunidad como distrito en el 2014, o cómo de una foto donde se ve el desarrollo de una clase en un aula llena de pintas se desprenden los testimonios tanto del fotógrafo como de un estudiante y del profesor del momento que dan a pie a otros testimonios sobre las estrategias educativas sobre la violencia.

Más que un periodo

Esa relación con el presente es una de las mayores insistencias del equipo. Otta señala que la consigna fue no reducir el discurso a un mensaje del tipo 'nunca más'. Lo que se ha buscado es salir del “corset temporal” para especificar cómo toda la violencia acontecida resuena hasta hoy. “Se trata más bien de superar un momento histórico específico para conectarlo dentro de una continuidad de preguntas y de retos para el futuro. Sí, esto no se puede repetir, pero porque el país que vamos a construir será otro”, plantea. Para Villacorta, la modificación del nombre que se hizo al inicio del gobierno de Ollanta Humala, por el cual se le agregó “...de la Tolerancia y de la Inclusión Social” al Lugar, es un vínculo explícito con el presente.

el curador jorge villacorta (foto: raúl garcía / lamula.pe)

Adaptación

Otra de las características principales es la versatilidad pensada para las modificaciones y los agregados que dé el tiempo, así como para que los mismos visitantes e involucrados intervengan en la presentación de los hechos. La sala Un Pueblo, Muchos Pueblos, por ejemplo, cuenta con paneles que se pueden sacar o cambiar de lugar para variar la prioridad de los casos lo que confirma que el trabajo presentado no es una versión unívoca, en parte porque las autoridades de los pueblos solicitaron que se mostraran las luchas del presente, un presente siempre cambiante.

En el segundo piso, también, después de la sección dedicada a las respuestas a la violencia por parte de la sociedad civil (murales, imágenes de marchas, cerámicas, música, información sobre los comités de autodefensa, investigaciones académicas, piezas periodísticas) y la incursión de Sendero a Lima, el espectador se topa un bloque enfocado en los desaparecidos destinado a que las personas tengan la libertad de dejar pertenencias de sus familiares ausentes en todos los cubículos que bordean el espacio, lo que acepta las limitaciones de una investigación para abarcar una historia tan compleja. “Evidentemente nosotros no hemos podido estar en contacto con todas las familias afectadas y por eso se requiere que la gente misma alimente este espacio para visibilizar estos hechos”, señala Otta. “Esta es una propuesta abierta que está en construcción”agrega Del Pino. “Requiere de la participación de la gente para resignificar estos espacios”.

el historiador Ponciano del pino (foto: raúl garcía / lamula.pe)

La denuncia de los rezagos

“Esta es una historia sin fin”, dice Otta. Tras los espacios dedicados a la corrupción que socavó las instituciones, las luchas por reinsertar al país en la legalidad, la caída y condenas a Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, el periodo de transcisión, el trabajo de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, parecería que no hay más que contar. Pero hacia el final, una gigantografía que muestra el muro actual que divide a la pobreza de Pamplona y la riqueza de Casuarinas, deja en claro que aún muchas tareas pendientes. “El gran reto que tenemos como sociedad es cómo evitamos reproducir estos ciclos de violencia que se vuelven a expresar en la construcción de estas barreras”, denuncia Del Pino. “La gran meta del país es construir un sentido de unidad y evitar estas creaciones de distancias entre los mismos peruanos”.

El corset arquitectónico

El edificio diseñado por los arquitectos peruanos Sandra Barclay y Jean Pierre Crousse ganó el concurso debido, en parte, al discurso que planteaba: un camino ascendente desde la oscuridad hacia la luz. Pero este diseño fue elegido antes de que existiera una idea clara sobre el mensaje del LUM. ¿Cómo habitar ese espacio con una muestra que cuestiona la idea de que la oscuridad ya es cosa del pasado? “Lo que pretendemos es sacarte por un instante del contexto exterior de la arquitectura y aprender un poco acerca de un mundo que está en constante cambio”, explica Villacorta. “Hay una línea de tiempo que abre toda la muestra, pero en el interior los contenidos van socavando ese periodo de manera que uno deja de lado la arquitectura del espacio”.

El LUM y Yuyanapaq

la artista eliana otta (foto: raúl gacía / lamula.pe)

Cuando la ministra de cultura Diana Álvarez anunció que la exposición fotográfica Yuyanapaq se mantendría abierta en el ministerio hasta el 2026, dijo que esta “sintetiza los años de violencia en el Perú con remarcarle sensibilidad y talento” y que “para los peruanos encarna la intención de una sociedad que quiere entender su pasado para poder avanzar”. Si es así, ¿por qué un nuevo proyecto para el LUM?

Yuyanapaq es el Informe Final visual de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) y el LUM va más allá de la CVR. Yuyanapaq es un tesoro preciado y es importante que la gente la visite. Pero ahora estamos hablando desde una década después. El país ha cambiado y se necesita articular las cosas de una manera distinta”, dice Villacorta. “Yuyanapaq está basado en fotografías, pero el LUM interactúa con el visitante de una manera que le es más propia de su mundo cotidiano. Muchos contraponen un proyecto al otro, pero en realidad uno no cancela al otro”.

Si Yuyanapaq contaba con 27 salas fotográficas, el LUM plantea como elementos también las instalaciones, como la sala dedicada a dieciocho testimonios que enfrentan al visitante a versiones digitales en escala real de las personas y familiares afectados que giran constantemente y parecen interactuar entre ellos. También está el cuarto oscuro dedicado netamente a oír testimonios.

La complejidad del caso peruano

foto: raúl lescano

“El sufrimiento del otro es algo de lo que uno apenas puede tener una percepción, por eso es un campo demasiado complejo”, dice Villacorta. Pero a ello se le suma otra complicación: la violencia en el Perú se dio en democracia. “Eso es un punto de partida para que nadie se ponga de acuerdo. Además ahora estamos en un contexto de bonanza económica en donde los tres ejes que trabajamos (democracia, ciudadanía y educación) son precarios”.

“Buena parte del tiempo los peruanos derivamos nuestra felicidad de la promesa del futuro, pero también es crucial reconocer que en el presente hay pendientes que tienen que ver con un número enorme de peruanos que han sufrido mucho y tienen que ser reconocidos en la vida nacional”, ensaya Villacorta. “El LUM tienen todo el potencial de ser un foco donde surja un pensamiento diferente”.

“El sentido de tener un espacio como este es acceder a solo una versión de una experiencia muy compleja. Esta no puede satisfacer en su totalidad a nadie”, adelante Del Pino. “Este no es un lugar para encontrar la verdad. Por el contrario, son múltiples verdades que nos invitan a seguir reflexionando”.


Visitas: de martes a domingo de 10:00 AM a 6:00 PM

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En este video puedes recorrer algunos de los espacios de la mano de los curadores Eliana Otta y Ponciano Del Pino. 

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